El-Alamein y el Gobierno del FMLN
El comandante de las fuerzas alemanas era el famoso Mariscal Erwin Rommel, conocido como el Zorro del Desierto. El comandante de las fuerzas británicas era el todavía no famoso pero sí bastante excéntrico general Bernard Law Montgomery, que a raíz de lo que hizo allí se convirtió en mariscal y Vizconde de El-Alamein. El premio de la batalla era el Canal de Suez, que estaba en manos de Inglaterra. Si los alemanes lograban arrebatársela, Inglaterra perdería el acceso al petróleo de Irán, y el atajo al imperio en Asia y Oceanía y a los frentes de batalla con los japoneses en Birmania. Las apuestas, pues, eran altísimas. Y los jugadores eran ambos genios militares.
Por razones que sería muy largo explicar, tanto Montgomery como Rommel sabían que el que iba a atacar sería el primero. Éste, un maestro del engaño, ordenó a uno de sus generales, Sir Francis de Guingand, que convenciera a Rommel se que iban a atacar por el sur cuando lo iba a hacer por el norte, y de que el ataque sería dos semanas más tarde de lo que iba a ser en la realidad. Las instrucciones que le dio de Guingand al General Clarke, jefe de las fuerzas especiales que se encargaban de las operaciones de engaño, fueron las siguientes: "Usted debe esconder 150 mil hombres con mil cañones, mil tanques y diez mil vehículos en una llanura tan plana y tan dura como una mesa de billar, y los alemanes no deben darse cuenta, a pesar de que ellos estarán observando cada movimiento, escuchando cada ruido, trazando en el mapa cada huella."
Clarke trabajó con su equipo, que incluía un diseñador de escenarios y un ilusionista que habían sido famosos en los teatros de Londres. Hicieron muchos trucos para distraer a los alemanes pero quizás el más brillante fue el que diseñaron para esconder los diez mil vehículos y los tanques. Los pusieron exactamente en donde los iban a usar, a la vista de los alemanes. Pero lo hicieron tres semanas antes de la fecha secreta del ataque, y los dejaron allí para que los alemanes se acostumbraran a verlos y relajaran la vigilancia. Con otros trucos (como llevar al sur un acueducto falso, cañones falsos hechos con postes y enormes cantidades de barriles falsos de gasolina) metieron en la cabeza de los alemanes que el ataque iba a ser en el sur. Una vez que los alemanes creyeron esto, todo lo interpretaban sobre la base de que el ataque sería en el sur. Para ellos, los 10 mil vehículos que tenían enfrente de ellos estaban allí para ser trasladados al sur, no para atacarlos a ellos.
Basados en la velocidad de construcción del acueducto, los alemanes llegaron a la conclusión que el ataque británico sería a fines de noviembre y que sería en el sur—exactamente lo que los británicos querían que creyeran. Tan seguros estaban que Rommel, el Zorro del Desierto, decidió aprovechar el tiempo para irse a fines de septiembre a Alemania a hacerse un tratamiento de salud que duraría seis semanas. En la noche del 24 de octubre, con la luna llena, los mil cañones iluminaron la noche con sus disparos. Y en ese momento pasó lo que debería haber sido obvio que pasaría pero que los alemanes se habían acostumbrado a pensar que no pasaría: los diez vehículos que habían estado inocentemente estacionados enfrente de los alemanes comenzaron a moverse y a disparar contra ellos. El General Stumme murió de un ataque al corazón al salir a observar la situación desde un lugar supuestamente seguro que encontró ya ocupado por los vehículos británicos que no se habían movido en tantas semanas. Rommel recibió la noticia en Europa y voló hacia África, pero ya no pudo evitar la primera gran derrota de los ejércitos alemanes en la Segunda Guerra Mundial.
Antes de decir que sólo a un tonto lo pueden engañar así recuerde que Rommel fue sin duda alguna uno de los grandes genios militares del siglo pasado. Y dese cuenta de que el FMLN nos está aplicando el tratamiento de El-Alamein con gran éxito también y quizás usted ni se ha dado cuenta. Hace un par de años mucha gente hubiera muerto de un ataque al corazón sabiendo que en el futuro inmediato el FMLN controlaría la Oficina de Inteligencia del Estado, la Policía, el Ejército, todas las unidades de salud, todas las escuelas del país, y muchas cosas más. Pero como el FMLN ha tomado estas posiciones y no parece estar haciendo nada, todo el mundo ha bajado las defensas y cree que cualquiera que se alarme lo hace porque es asustadizo. Por supuesto, la impresión de que no estaba pasando nada mientras los 10 mil vehículos estaban inocentemente parqueados frente a los alemanes era totalmente falsa. Los británicos estaban amasando su fuerza para el momento del ataque. Lo mismo está haciendo el FMLN.
Los engaños siempre se descubren. La clave es descubrirlos antes de tener, como le pasó al General Summe, los tanques enemigos encima.
El autor es Máster en Economía, Northwestern Iniv. y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 28 de marzo, 2016
- 29 de mayo, 2015
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