Alcoa entra a la selva brasileña para ahorrar costos
JURUTI, Brasil—Este rincón aislado, marcado por un clima húmedo, puede contener la clave de la recuperación para Alcoa, el productor de aluminio más grande del mundo.
La empresa ha sido golpeada por uno de los declives más rápidos y profundos en la minería y la metalurgia, y el plan de recuperación de su presidente ejecutivo, Klaus Kleinfeld, se ha concentrado en sacar la chequera para comprar o desarrollar casi US$4.000 millones en nuevas operaciones así como en la reducción de costos en Alcoa.
Acá, en la selva amazónica, la empresa está invirtiendo US$1.500 millones en la creación de una mina de bauxita de bajo costo. El productor de aluminio espera que su gasto actual pueda convertirlo en un productor con costos más bajos que sus rivales una vez que la economía finalmente se estabilice.
Durante épocas de vacas gordas, la duda de cuándo, dónde y cuánto debe gastar una empresa es un acertijo para los altos ejecutivos en el sector de la minería y los metales. Pero adoptar una estrategia de gasto o ahorro es crucial para una empresa como Alcoa en medio de un clima económico difícil, debido a que por años ha perdido terreno frente a rivales más hábiles y eficientes como Rio Tinto, UC Rusal y otras empresas nuevas.
Kleinfeld ha seguido una estrategia diferente que la mayoría de sus competidores. Estas empresas intentaron acumular efectivo y reducir costos cuando los precios de los metales y la demanda alcanzaron un punto mínimo hace 18 meses.
Alcoa disminuyó sus gastos, incluyendo casi US$3.000 millones en operaciones, con el cierre de plantas y la eliminación de 60.000 empleos a través de despidos y venta de activos no fundamentales. Pero usó esos ahorros para reubicarse como un productor de bajos costos.
Alcoa está aún en el proceso de poner en funcionamiento su mina de bauxita en el Amazonas. La mina sobresale como una nave espacial blanca gigantesca rodeada de espesos matorrales. Su bauxita barata será transferida a un complejo ambicioso en São Luís que hace alúmina, para luego ser llevada de los puertos de Brasil a las plantas de Alcoa en todo el mundo.
Hace seis meses, el productor de aluminio dijo que invertiría US$2.200 millones para convertirse en socio de un nuevo complejo minero en Arabia Saudita. Cuando sea completado, el proyecto de aluminio será el más grande de su tipo en Arabia Saudita, dice Kleinfeld. Se espera que la primera ronda de producción esté lista para la venta en 2013.
La planta en Brasil es tan remota que los pobladores, que viajan 12 horas en embarcaciones para llegar a Santarém, la ciudad más cercana, han vivido por siglos de la agricultura y la pesca. La construcción de la mina de Alcoa requirió despejar porciones de selva, la construcción de carreteras y la capacitación de campesinos y pescadores.
Pero en 2008, la empresa consideró archivar el proyecto en medio de una caída de 60% en los precios del aluminio y un alza de los inventarios. Los inversionistas de Alcoa empezaron a ejercer presión para que la empresa creciera o se pusiera a la venta.
El 13 de enero, Kleinfeld llamó a sus 20 principales ejecutivos para una reunión de tres días a puerta cerrada. Los ejecutivos empezaron a hacer cuentas considerando el peor y el mejor de los casos y a decidir qué activos mantener y cuáles vender. La conclusión fue que Brasil "era una pieza importante del rompecabezas", dice Kleinfeld.
El Amazonas ofrecía una fuente de bajo costo de bauxita, un ingrediente clave en la producción de alúmina y al final de aluminio. Estaba también relativamente cerca de la planta de procesamiento de la empresa en São Luís.
Es más, el gobierno de Brasil era estable, su economía estaba creciendo y su electricidad era relativamente barata y confiable. Y su costa facilitaba el transporte de metales y minerales a América del Norte, Europa y China.
Cuando Alcoa propuso la explotación de bauxita acá, algunos residentes del lugar se resistieron, diciendo que arruinaría su tierra y su forma de vida.
Grupos ambientalistas trataron de conseguir la anulación de los permisos de Alcoa debido a la vegetación que la empresa iba a destruir. Pero el actual gobierno brasileño ha tratado por lo general tanto de proteger el medio ambiente y las culturas indígenas del país como de atraer el desarrollo.
Directivos de la empresa dicen que Alcoa consultó durante todo el proceso al gobierno, el que aprobó medidas de la compañía para restaurar la vegetación destruida, incluyendo la plantación de 20 árboles por cada uno talado.
De hecho, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que quería que el proyecto fuera un ejemplo de cómo el país puede convertirse en una potencia de la fabricación y la minería, asistió a la inauguración de la mina.
Pero aún no está claro si la costosa estrategia de Alcoa le dará una ventaja. Tanto UC Rusal como Rio Tinto están cambiando su estrategia de tratar de ahorrar efectivo a aumentar la producción en sus plantas de costos más bajos.
Esto significa que Alcoa, a pesar de su nueva mina en Brasil y su nueva empresa conjunta en Arabia Saudita, es aún un productor de mayor costo que sus rivales más grandes.
- 23 de julio, 2015
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