¿Tener hijos hace a las parejas más felices? Le sorprenderá la respuesta
Bryan Caplan, profesor de Economía en la Universidad George Mason y reputado articulista, publicará en 2011 un libro titulado Selfish Reasons to Have More Kids (Razones egoístas por las que tener más hijos) y The New York Times publica un extenso ensayo sobre el tema que se ha convertido en uno de los más leídos del mes.
El artículo, de recomendada lectura para padres, futuros padres y parejas que han decidido no tener hijos, se titula The Breeders' Cup y analiza el grado de felicidad que producen los hijos.
Llega a sorprendentes conclusiones bajo la premisa:
Parents' sacrifice is much smaller than it looks, and much larger than it has to be (el sacrificio de ser padre es mucho menor de lo que parece y mucho mayor de lo que debería ser)
Éstas son algunas de sus reflexiones:
Muchos nos preguntamos: "Tener hijos, ¿qué beneficio obtengo yo?" La respuesta, analizada desde una perspectiva económica y ateniéndonos a la felicidad que genera, proporciona una respuesta: el sacrificio de los padres es mucho menor de lo que parece y mucho mayor de lo que tiene que ser.
Siempre se ha pensado que los niños eran ser un activo económico ya que desde pequeños ayudaban a la familia. Pero en el mundo moderno, esos beneficios económicos de tener hijos han desaparecido.
Los padres en la actualidad hacen enormes sacrificios personales y financieros. De pequeños, los niños monopolizan nuestras vidas. Se quejan de todo, pero apenas ayudan en casa. Y cuando crecen, dejan de devolver las llamadas telefónicas e ignoran nuestros consejos.
LOS PADRES SIN HIJOS SON MENOS FELICIES QUE LAS PAREJAS SIN DESCENDENCIA
Los investigadores destacan que cada niño adicional hace que los padres sean, de media, un 1,3% menos felices.
El cambio viene con el primer hijo. La diferencia entre uno y ninguno es que la felicidad estimada cae en un 5,6%. Cada niño posterior reduce la probabilidad de ser muy feliz en un mero 0,6%.
El principal problema a la hora de criar a los hijos es que es incompatible la diversión con una buena educación. La presión del éxito, el apoyo constante, la dedicación en tiempo y dinero, nos consume.
Pero estudios realizados durante décadas con gemelos dicen lo contrario: A largo plazo, los efectos de toda esa dedicación de los padres es mucho menor de lo que parece.
Los padres se esfuerzan por convertir a sus hijos en adultos inteligentes y felices, pero los genetistas conductuales no han encontrado evidencias de que tal esfuerzo compense.
Los padres leen a sus niños, les ayudan con los deberes y les apuntan a multitud de actividades extraescolares.
Los genetistas también opinan que el efecto de la educación en la moral es bastante superficial. Los padres tienen un fuerte efecto en lo que a la religión e ideología política se refiere, pero poco sobre su comportamiento adulto o sobre sus perspectivas de futuro.
Muchos encuentran la genética del comportamiento deprimente, pero es una gran noticia para los padres. Si usted piensa que el futuro de sus hijos está en sus manos, es probable que haga dolorosas "inversiones" y se sienta culpable de no haber hecho más.
Una vez que te uno se da cuenta de que el futuro de sus hijos en gran medida se basa en ellos mismos, puede empezar a relajarse y convertir la educación de sus hijos en una actividad incluso divertida.
- 23 de julio, 2015
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