Venezuela: ¿Son o no son comunistas?

Analítica

Cuando el cardenal Jorge Urosa suma dos y dos y eso le da un resultado igual a “marxismo”, ¿por qué se ofuscan tanto cuando les llaman comunistas?

Hay desesperación, que no quepa la menor duda. Desesperación ante las elecciones y la gandola con diputados opositores que se les estacionará en la Asamblea Nacional este 26S. Desesperación, al punto de tener que desenterrar a Bolívar a ver si con alguna macumba palera se inyectan vida a esos numeritos agonizantes en las encuestas.

Tanto es así que ahora, de Esteban hacia abajo repiten que ellos ni son, ni han sido ni se la dan de comunistas, que lo suyo es otra cosa distinta al modelo cubano, que quién ha dicho eso, que eso es una maniobra burda de la oligarquía apátrida. Debe ser que nunca escuchamos de boca de él que Cuba y Venezuela son un mismo país con dos presidentes, o aquella frase inolvidable sobre el “mar de la felicidad” y más recientemente sus confesiones de amor filial al marxismo.

Sobre ese hedor a comunismo que despide el gobierno en su totalidad, hay señales más que concretas:

1.- Un discurso plagado de referencias anticapitalistas y pro Cuba, China y cuanto modelo del llamado socialismo real ha existido. “Hay que quitarle el oxígeno el estado burgués”, dijo recientemente. SI eso no es dialéctica marxista, quemamos el Manifiesto Comunista.

2.- El ataque sostenido a la propiedad privada y el correlato de la supremacía del supuesto bien colectivo (que en realidad es bien del Estado) por encima de cualquier otro tipo de propiedad. (Op. cit)

3.- La promoción de la ley de las comunas como instrumento para exterminar las divisiones político territoriales y arrebatar las atribuciones de los gobiernos locales para cederlos al aparato del partido. La misma palabra comuna es una traducción del término soviets. (Obras de Lenin)

4.- Las declaraciones sostenidas sobre afiliación marxista tanto del Presidente como de sus colaboradores cercanos. “Por primera vez lo admito: Asumo el marxismo”, dijo en la Asamblea Nacional el 15 de enero de este año.

5.- La “tarea” de leer como libro de cabecera El Capital, de Marx, impuesta a diputados y funcionarios del Estado.

6.- El Manifiesto del PSUV que incorpora prácticamente la fisolofía de base del marxismo. (Leer un extraordinario trabajo de Francisco Olivares publicado en Analítica).

7.- Implantación y copia del modelo comunista cubano. No hay mucho que explicar aquí porque está a la vista. Falta la libreta de racionamiento. Veremos.

8.- Ruta hacia un modelo integrado de Estado, en el cual no existe la separación clásica de los poderes públicos; es decir, el aparato del partido de ejecutivo, legislativo, electoral, fiscal, judicial, es todo. Esto, en boca de la presidente del Tribunal SUpremo de Justicia y también en el Manifiesto del PSUV.

9.- La ideologización de la fuerza armada, que ahora grita: Patria socialista o muerte.

10.- La pretendida ideologización de la educación, en la que se borra el período democrático y se ensalza la figura del comandante y se añaden contenidos de tenor socialista. Lo dice el propio ministro de Educación Superior: “Las universidades deben apuntar hacia la reforma curricular socialista”.

Entonces, cuando el cardenal Jorge Urosa suma dos y dos y eso le da un resultado igual a “marxismo”, ¿por qué se ofuscan tanto cuando les llaman comunistas? ¿por qué lo citan, lo increpan, lo insultan si él sólo está haciendo una operación aritmética?

¿Ustedes son o no son, se la dan o no se la dan…? Creo que la mejor respuesta la ofreció hace algunas semanas el periodista, escritor y diplomático Simón Alberto Consalvi a través de su cuenta de twitter: “El comunismo es tan malo, pero tan malo que Chávez le cambió el nombre”.