Argentina / Uruguay: Dos países en contraste
El País, Montevideo
El gran escritor inglés Charles Dickens escribió en 1859 "La historia de dos ciudades", una obra en la cual plasmó el contraste entre Londres y París hacia 1789, cuando comenzaba la Revolución Francesa.
Londres, según él, era por entonces la imagen del orden y el progreso, en tanto que París encarnaba la agitación y el enfrentamiento entre hermanos.
Si nos trasladáramos del Canal de la Mancha al Río de la Plata y del tiempo de Dickens al tiempo actual, ¿no encontraríamos un contraste similar entre Uruguay y la Argentina?
El lunes último por la noche los uruguayos celebraron en Montevideo los veinticinco años de su retorno a la democracia. Allí estuvieron los ex presidentes Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Luis Alberto Lacalle (1990-1995), Jorge Batlle (2000-2005) y Tabaré Vázquez (2005-2010), así como el presidente actual José Mujica y, venido de la costa opuesta del Río de la Plata, el precandidato presidencial Ricardo Alfonsín, hijo a su vez del ex presidente Raúl Alfonsín, a quien le cupo el honor de liderar el retorno de la Argentina a la democracia en 1983.
Como los ingleses en tiempos de Dickens, los uruguayos de hoy tenían mucho para celebrar esta semana: nada menos que un período de veinticinco años de perfecta estabilidad en cuyo transcurso sus tres partidos principales, los colorados de Sanguinetti y Batlle, los blancos de Lacalle y los "tricolores" del Frente Amplio de Tabaré y Mujica se sucedieron puntualmente los unos a los otros en un clima de concordia y de continuidad siguiendo las suaves oscilaciones del humor electoral, a resultas de lo cual el país ha venido progresando ininterrumpidamente en lo económico y en lo social.
La Argentina tuvo en el mismo período siete presidentes, pero ellos no se sucedieron ordenadamente.
Entre 1983 y 1989 gobernó Raúl Alfonsín. De 1989 a 1999, Carlos Menem. Entre 1999 y 2001, Fernando De la Rúa. Su sucesor Adolfo Rodríguez Saá duró apenas una semana.
El sucesor de éste, Eduardo Duhalde, sólo 17 meses. Finalmente el matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner, sucediéndose uno al otro según la lógica dinástica de la alternancia conyugal, perduró siete años y aún le queda un año y medio de poder.
Una aproximación aritmética a ambas series presidenciales ya nos dice que, en tanto que los períodos presidenciales uruguayos fueron regulares, los períodos presidenciales argentinos fueron irregulares no sólo en cuanto a su dispar duración, que incluyó desde la semana de Rodríguez Saá hasta los diez años de Menem, sino también en cuanto a su origen y su desenlace.
Mientras Alfonsín, Menem, De la Rúa y los dos Kirchner llegaron al poder mediante elecciones, Rodríguez Saá y Duhalde llegaron desde el Senado, sin elección popular. Por su parte Alfonsín, De la Rúa y Duhalde renunciaron antes de que expiraran sus mandatos.
En su célebre "Teoría de la Justicia", John Rawls clasificó a las sociedades políticas en dos categorías según fueran o no fueran "bien ordenadas".
Es obvio que en el último cuarto de siglo, mientras Uruguay fue una sociedad bien ordenada, la Argentina fue una sociedad desordenada. ¿Cuál ha sido la raíz de este notable contraste?
Los politicólogos, los sociólogos, los historiadores, podrían bucear en diversas direcciones para responder a esta pregunta crucial.
Lo que por lo pronto salta a la vista como un dato insoslayable para todos ellos es que ningún presidente uruguayo pretendió exceder el término de su mandato constitucional y que aun Sanguinetti, que obtuvo dos mandatos, lo hizo acatando la prohibición de la reelección consecutiva, que es la base misma del sistema político oriental.
Esta conducta esencialmente republicana gracias a la cual todos los presidentes respetaron escrupulosamente el plazo que tenían asignado, no se mantuvo en cambio del otro lado del Plata ni en la presidencia de Menem y ni en las presidencias de los Kirchner.
Los griegos llamaban "sophrosyne" al equilibrio de las pasiones y llamaban "hybris", al contrario, a la desmesura de las ambiciones.
Si quisiéramos ponerle un nombre clásico al abismo político que ha separado a las dos naciones rioplatenses en estos últimos veinticinco años, tendríamos que decir entonces que los presidentes uruguayos practicaron sin excepciones la sophrosine pero que los más poderosos entre los presidentes argentinos se dejaron seducir por la hybris, un vicio moral que los propios griegos ponían en la cima de todas las distorsiones morales cual esa famosa Caja de Pandora desde la cual, según su mitología, se dispersaron por el mundo todos los males.
- 14 de octubre, 2024
- 14 de octubre, 2024
- 15 de octubre, 2024
- 13 de octubre, 2024
Artículo de blog relacionados
El 18 de septiembre es el 261 día del año del calendario gregoriano. Quedan 104 días...
18 de septiembre, 2009- 12 de mayo, 2016
La Tercera Inesperadamente y gracias a una columna de opinión, irrumpió en el...
17 de abril, 2011Prensa Libre Hay una pequeña región de Francia en Limousin, llamada Ayau. Como...
6 de agosto, 2010