El Salvador: El extraño caso del Dr. Jekill y el Sr. Hyde

El FMLN, por fin, ganó las elecciones presidenciales. No hubo fraude, no hubo transición traumática. Está en el poder. Pero todo parece indicar que sus dirigentes no acaban de entenderlo. Se comportan como si fuesen oposición. Pretenden ser gobierno y oposición. Semejante cosa nunca se había visto en nuestra historia, ni en la historia de ningún país: un caso que pondría verde de envidia a Robert Louis Stevenson, autor de "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde".

La novela de Stevenson narra las cuitas de un personaje afectado por una psicopatología, que se expresa en el desdoblamiento de la personalidad. Tal desdoblamiento en política sería el equivalente al hecho de que un grupo organice una manifestación callejera violenta y al mismo tiempo ordene a la policía reprimirla.

Muchos pensaron que con la llegada del FMLN al gobierno se iban a acabar las quemas de llanta, los cierres de calles y que en general se iba a disminuir la tensión política en el ambiente. Lo normal es que un gobierno, sin evitar por completo la lucha política, trate de generar un clima de distensión, de tranquilidad y de entendimiento. De esa manera a los gobernantes se les facilita impulsar sus planes y cumplir en buena medida los objetivos que se ha planteado.

Pero el FMLN parece no entenderlo. Muy por el contrario se han dedicado a exacerbar la tensión política y a enrarecer la atmósfera social. Los dirigentes del partido de gobierno hacen declaraciones que en no pocas veces chocan con lo que dice el presidente. Funcionarios, como el viceministro de Salud arremete con argumentos manipulados y ridículos contra la industria farmacéutica, mientras que los blogueros del partido hablan del "enemigo de clase" como una perla de su violenta retórica del odio.

Parece que al FMLN no le interesa impulsar proyectos de nación. O más bien que no tiene visión de país, entendiendo país como la casa común de todos. Para el FMLN la política desde el gobierno se reduce a tratar de acorralar a su principal adversario: ARENA. El mantenimiento de las calles y autopistas, el abastecimiento de la red pública de salud, la eficiencia policial… todo pasa a segundo plano. O a ninguno.

La mayoría que marcó la bandera del FMLN lo hizo con la esperanza de que todo iba a estar mejor. Que habría empleo, mejor atención médica, aumentos de salarios, combate eficaz a la delincuencia, disminución del costo de la vida. Los más radicales esperaban el inicio de la construcción del paraíso. "La tierra será el paraíso, bello de la humanidad", dice el himno oficial de los partidos comunistas del mundo. Poco más de un año después, nada.

El FMLN no sólo no está haciendo bien las cosas en los ministerios que maneja, sino que boicotea las iniciativas de las áreas que no controla, incluyendo la mismísima Presidencia. Un ejemplo: el Presidente se arrogó el papel de liderar el regreso de Honduras al Sistema de Integración Centroamericana. Mientras tanto el FMLN trae al país a la esposa de "Mel" Zelaya, el hombre que violó la ley para perpetuarse en el poder y convertir a Honduras en un feudo del Chávez.

Al igual que los Castro, Chávez y Ortega, el FMLN siempre está hablando de que un día vendrá la felicidad y la redención de los pobres. Y mientras se vive eternamente en la víspera del paraíso el desempleo sigue creciendo, las calles se siguen deteriorando, la medicina sigue faltando en la red pública de salud, los asesinos siguen matando y la tensión política sigue creciendo. ¿Es que acaso el FMLN no sabe hacer otra cosa más que conspirar, vivir planificando el relajo, construir redes de inteligencia para espiar e intimidar? Todo para llegar al poder. Señores ya están en el poder.

O se salen del gobierno para seguir siendo oposición o, por lo menos deben aprender a gobernar. El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde es sólo literatura, pero lo de ustedes es una triste realidad que nos afecta a todos.

El autor es columnista de El Diario de Hoy.