¿Gastar como los Clinton?
"¿Te gastarías $27,000 dólares en la boda de tu hija?" Es la pregunta que me hizo un lector – llamare Néstor- porque su hija y su esposa se quieren gastar ese dinero. El no quiere.
Pero, la cosa se complica porque ahora están más motivadas después de vieron las fotos y la cobertura de la boda de Chelsea Clinton.
Muchos medios cubrieron la noticia de la boda de la hija del ex-Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, y ls actual Secretaria de Estado Hillary Clinton. Los padres de la feliz novia gastaron $11,000 dólares en un bizcocho, $750,000 dólares en comida y otros miles en la fiesta, llevando la factura a más de $2 millones de dólares y ganándole a la hija del Presidente Bush que gastó $100,000 dólares en el 2008.
Algo interesante en la cobertura fue que nadie cuestionaba como los padres, ambos figuras públicas del ambiente político, se atrevían a gastar millones en una boda cuando hay gente que no puede pagar su casa, sus préstamos y millones sin trabajo.
Pregunto: ¿Por qué los medios no cuestionan sobre los gastos "extravagantes" de algunos y no de otros? Por ejemplo: recuerdo claramente cuando se le cuestionaba a los ejecutivos de las automotrices de estar viajando en aviones privados. O a banqueros de estar gastando de forma extravagante en fiestas cuando hay millones de americanos pasando por una situación difícil. ¿Por que a ellos se les cuestionaba lo que gastaban, especialmente cuando las críticas provenían de seguidores del partido del Presidente Clinton, pero, no se les cuestiona a los padres de Clinton tales "extravagancias"?
Sin entrar en el juego de poner dedos a unos y no a otros, cada uno tiene la libertad de hacer de su dinero bien ganando lo que quiera. Especialmente cuando el padre de la novia gana $250,000 dólares por conferencia, millones por venta de libros y otros ingresos.
Pero, tenemos que ser como los Clinton para tener una boda a todo dar.¿Debe Néstor gastarse $27,000 dólares en una boda? Bueno, si Néstor le entrara el dinero que le entra a los Clinton, $27,000 dólares los paga con un poco más de 6 minutos de charla.
Bueno, Néstor puede persuadir a los medios que se interesen por su boda. ¿Generará "ratings" o mucha venta de magacines como para justificar pagarle por video o fotos de la boda? No apostaría a eso.
Entonces, ¿Qué opción tiene? Todo se condiciona a los ingresos, activos y preferencias de Néstor.
Néstor ingresa, después de impuestos, $4,500 dólares mensuales. Le toma cincuenta horas a la semana para poder recibir esa cantidad. ¿Activos? $10,000 dólares en una cuenta de ahorro; $50,000 dólares en una cuenta de retiro y cerca de $40,000 dólares en el patrimonio de la caa. Este dinero lo están acumulando para cuando se retiren porque no quieren vivir como sus padres que solo dependen del seguro social – dos de cada cinco hispanos en el retiro están así-.
¿Debe pagar $27,000 dólares por una boda? No. Tres razones.
Primero, es mucho dinero. La mediana del precio de una boda en Estados Unidos es de $17,500 dólares. Casi el 40% de ese total se va en el bizcocho, comida y bebida. El 14% en ropa, 10% en entretenimiento, 8% en flores, 7% en fotógrafo y la lisa sigue.
Segundo, la cantidad de dinero no es garantía de un matrimonio eterno. Vamos con un poco de estadísticas en USA: en 1970 casi 1 de cada 3 matrimonios terminaban en divorcio. En el 2000, 1 de cada 2. O sea, hay un 50% de probabilidad de que las fotos, ropa, comida, bebida y tantas otras cosas queden en el pasado.
Tercero, Néstor no es Clinton y ni tiene que serlo. Cierto que opciones no le falta. Tiene activos en la casa, el plan de retiro y la cuenta de ahorro. Pero, una cosa es tener y otra cosa es gastarse $27,000 dólares de sus activos para una boda. ¿Qué pasa si Néstor se queda sin trabajo mañana, tiene la hija el dinero para cubrir el faltante de liquidez de su padres? ¿Qué hace Néstor con $27,000 dólares en deuda de una boda? Asumiendo que usa el 10% de su ingreso para pagar la deuda de $27,000 + $1,080 dólares de gastos de cierre si usa una línea de crédito (4%), a un 6% de interés fijo, se echaría 6 años para pagar la deuda. Implica que son $450 dólares menos en ahorro mensual e incrementar el riesgo porque tiene $27,000 dólares menos disponible para otros eventos como perdida de empleo, enfermedad, accidente, etc.
Néstor es una excepción a la regla y debe evitar ser la regla. Sobre la mitad de las familias hispanas en los Estados Unidos entre las edades de 55 a 59 años no tienen dinero acumulado en cuentas de retiro. Afortunadamente el y su esposa están saliendo del común denominador. Contrario a los asiáticos y los anglosajones, que tienen mas dinero que nosotros porque ahorran, los hispanos cultivamos otras cosas pero no el ahorro. ¿Acaso vamos a permitir que Néstor sea una estadística más por una boda?
No es una decisión fácil para Néstor. La tradición social dice que el padre es quien paga por la boda. La hija ve todo con la emoción del momento. La madre, que pudiera traer un poco de balance, está como si fuera a casarse nuevamente.
Pero, ¿Queremos baguette hoy y hambre mañana?, ¿hambre hoy y baguette mañana? o ¿pan hoy y baguette mañana?
Los extremos en este caso son malos. Tanto pagar $27,000 dólares o no aportar un centavo serian un suicidio financiero y familiar.
Se puede hacer una boda que cumpla con la importancia de marcar un evento importante en la vida de Néstor y su familia sin tener que hacer un hoyo en el futuro de Néstor y familia. Hay que planificar cuánto es el máximo que puede afrontar y de ahí no moverse tomando en cuenta que hay otras responsabilidades después de la boda. Buscar precios y comparar basados en ese presupuesto. O sea, la recepción, el menú, fotógrafo, la lista de invitados, la música, el traje de novia y la transportación tienen que adaptarse al presupuesto y no al revés.
Así Néstor podrá vivir felizmente disfrutando sin tener que querer ser como los Clinton y a la vez prepara su futuro para tener una paz financiera como tienen los Clinton.
Al final, tú decides.
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