El castrismo destierra a los presos políticos
Casi dos centenares de disidentes continúan encerrados en las prisiones castristas. Sólo han sido excarcelados 21 de los 52 presos políticos que el régimen militar le prometió liberar a la jerarquía católica cubana. Para colmo, no les han permitido quedarse en la patria. Como afirma Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco: “Me parece que eso de ir de la prisión al aeropuerto, para ir a otro país, se llama destierro”.
Durante cuatro décadas, el castrismo ha desterrado a los presos políticos que ha aceptado excarcelar. Condenado a ocho años por ser marxista, Ariel Hidalgo cumplió siete años en las cárceles castristas; en agosto de 1988, por gestiones del cardenal O'Connor fue sacado directamente de la prisión al aeropuerto junto a otros prisioneros. El comandante Huber Matos fue desterrado después de cumplir íntegra su condena de veinte años. Lo mismo le ocurrió a Mario Chanes de Armas -asaltante del cuartel Moncada y expedicionario del Granma, junto a Fidel-: fue desterrado después de cumplir treinta años en las mazmorras castristas.
Normando Hernández, uno de los 21 presos de conciencia excarcelados, expresó: “El Cardenal me llamó el día 8 y me preguntó que si estaba decidido a emigrar hacia España. Fue una decisión. Dije que sí. ¿Pero qué tipo de decisión? Una decisión bajo circunstancias extremas (…) Como ser humano que soy, consciente de la lucha que venimos desempeñando en defensa de los derechos humanos tengo derecho a sacrificarme yo, pero no tenía más derecho a continuar sacrificando a mi hija que está enferma, no tenía más derecho a continuar sacrificando a mi mamá, que hacía ocho años que no la veía. No tenía más derecho a seguir sacrificando a mi esposa que ha sido vilipendiada, amenazada y hostigada por la Seguridad del Estado. Y eso es lo que me ha motivado a decir que estoy desterrado. Soy una persona que he sido desterrado después de un secuestro de siete años y que he sido humillado en mi venida hacia acá, hacia España”.
Normando denuncia: “He sido expulsado de mi país simplemente por disentir, por tener una opinión diferente del gobierno oficialista, disculpe, del fascismo imperante en Cuba. He sido desterrado simplemente por ejercer el periodismo independiente. Entonces, no puedo decir otra cosa. Me han obligado a salir de mi patria. Me han desterrado para poder ejercer derechos que son inalienables de cualquier cubano, en un país extranjero para poder hacer algo en favor de la salud de mi hija, la salud de mi esposa, la salud de mi madre y de mi propia salud”.
Como afirma Normando Hernández: “Allí está Biscet, hay muchos hermanos de causa, Pedro Argüelles Morán, Regis Iglesias, Eduardo Díaz Fleites, que han dicho de una forma muy digna que no van a salir de su país y hay que seguir luchando para sacarlos a ellos y para que el gobierno acepte que salgan en libertad hacia sus casas, para que continúen haciendo su trabajo desde dentro de Cuba que es donde lo debemos de hacer”.
- 23 de julio, 2015
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