¿El Internet es demasiado democrático?
Hay inventos que hacen revoluciones. Hoy vivimos la revolución digital. Empresas que en menos de 20 años se han vuelto emporios continúan surgiendo y se suman a las pocas que eran conocidas en los años ochenta.
Microsoft, Apple, Adobe y los grandes ya “clásicos”, vieron cómo de 1990 para acá llegaron Google, Yahoo, Amazon, eBay, Facebook. La corta vida de los nuevos gigantes refleja un estallido que ha trastocado sin fin de cosas como en efecto dominó.
Se decía, por ejemplo, que el libro iba de salida. Ahora es el libro el producto más vendido en la red, antes que la ropa y los viajes.
Los fenómenos tweeter (cualquiera es reportero) y wiki (sitios de información abiertos) han puesto a temblar a los medios ordinarios. Hablamos en principio del cierre de cientos de periódicos que ha tenido y tendrán lugar.
Y más: de pronto un blog personal puede hacer más tráfico que la página de un medio poderoso como CNN. Las filtraciones de wikileaks han comprometido a varios gobiernos y le han dado mucha seriedad al sitio. Y propublica.org ya hasta ganó un premio Pullitzer.
¿Más cambios? En cuanto a la manera de hacer negocios hubo dos apuestas que siguen sosteniéndose. Están los que sacan dinero directamente por dar un servicio que se relaciona con la red, como los proveedores de cable o los que decidieron blindar y cerrar el software para venderlo en la mano al usuario.
Del otro lado está el modo Google para hacer negocios, que consiste en generar tráfico y vender la publicidad en las páginas, lo que no lucra pidiendo dinero al usuario sino por cada click que éste hace en la publicidad que Google cobra a sus clientes.
La discusión de fondo sobre el carácter democrático del Internet está en mantener la neutralidad en la Red.
Hay quienes piensan que se debería cobrar por tipos de usuario. Dividirlos entre oro, plata y bronce. Se le daría prioridad en la navegación a quienes más paguen. Se trata de los proveedores del servicio, que podrían cobrar más a sus clientes.
Gente como Vinton Cerf, el padre del Internet, y Tim Berners Lee, creador del HTML, están en contra de que se haga diferencias entre usuarios. Piden que la neutralidad se haga ley para que todos seamos iguales en la red.
El gran choque sobre este talante democrático de la red está por darse en el 2011, cuando muchos diarios comiencen a cobrar a sus lectores la entrada a sus páginas virtuales. Ahora que estamos en el umbral de la entrada de la televisión a la red, hay que poner atención a cómo se resolverá lo de los diarios. De eso dependerán las películas, las series animadas, las telenovelas y los deportes.
No parece que vaya a desaparecer ninguna de las dos formas de lucrar en la red, pero algún equilibrio deberán hallar para no perder navegantes. Hay tantas cosas gratis arriba, ¿para qué pagar?
- 23 de enero, 2009
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