Los secretos detrás de una canción exitosa

The Wall Street Journal

Es cerca de la medianoche en un estudio de grabación en Manhattan, y un compositor está escuchando una canción que espera que millones de personas se la aprendan pronto de memoria. Hace poco que improvisó la letra, incluyendo el coro: "Si tú eres el país, yo soy tu nuevo ciudadano". Si todo sale como está previsto, la voz vinculada para siempre a Citizen será la de la cantante Beyoncé Knowles, quien está recopilando canciones para un nuevo álbum.

El compositor de 32 años, conocido como The-Dream, tiene motivos para mostrarse confiado: ya ayudó a crear éxitos como Single Ladies, de Beyoncé, y Umbrella, de Rihanna.

Sin letra, la voz humana sería tan sólo otro instrumento, pero el proceso de crearla es uno de los aspectos más misteriosos de la composición.

El universo musical se ha dispersado en varios géneros y subgéneros, lo que hace más difícil que una canción rompa las barreras culturales. La mayoría de los compositores trabajan ahora en células más pequeñas y sus canciones son cantadas por audiencias específicas.

El compositor por contrato

Un vestigio del viejo sistema vive en Nashville, la capital de la música country en Estados Unidos. Allí, Tom Douglas es un escritor en nómina de la discográfica Sony/ATV. "Hay cierto aire de obrero en los que hacemos esto", dice Douglas.

Douglas, un antiguo vendedor de bienes raíces, logró que su primera canción fuera grabada en 1994, cuando tenía 41 años. Desde entonces, su carrera despegó y ha estado bajo contrato con Sony/ATV, firma que ha grabado más de 100 de sus canciones.

Douglas recopila ideas en libros de composición musical, que pueden adquirir la forma de apuntes. Una de sus grabaciones más recientes, The House That Built Me (La casa que me construyó), tardó seis años en gestarse, después de que su coescritor Allen Shamblin mencionara una línea que leyó en algún sitio: "No construimos casas, ellas nos construyen". Los escritores crearon una canción, pero sintieron que le faltaba enfoque y la olvidaron hasta 2008, cuando la canción tomó forma alrededor de otra frase: "Si pudiera entrar, juro que me iré, no me llevaré nada excepto un recuerdo, de la casa que me construyó".

El cantautor

Con una sólida base de fans y un sonido que alterna entre country, folk y rock, Tift Merritt sigue los pasos de los cantautores que transcriben sus vidas en canciones. Pero con la excepción de algunos cantantes comercialmente exitosos como John Mayer —cuya canción Daughters se escucha en casi todos los matrimonios— muy pocos están creando temas que cruzan de un estilo a otro.

"No puedo explotar el género y reinventarlo; no soy una genio. Lo que puedo aportar son mis propios ojos y corazón y, con un poco de suerte, habrá una opinión, una voz".

En su cuarto álbum, See You in the Moon (Nos vemos en la luna), Merritt se mete en la piel de varios personajes, cantando desde la perspectiva de un delincuente juvenil o de su fallecido abuelo. Pero su principal instinto para escribir es la introspección: la canción All the Reasons We Don't Have to Fight (Todas las razones que tenemos para no pelearnos) es producto de una riña con su marido (y baterista) Zeke Hutchins.

El rockero independiente

Componer canciones es igual de personal para la estrella del rock independiente Matt Berninger, de The National. Con un sonido majestuoso, a menudo melancólico, la banda toca en importantes festivales y llena teatros, a pesar de que sus canciones nunca suenan en las emisoras comerciales. "Reconozco que mis canciones vienen de una perspectiva de un tipo común y corriente, universitario, de mediana edad, lleno de ansiedad, estresado por tener un trabajo, por mantener ese trabajo y por ser un adulto", dice Berninger, cantante y compositor. "Pero todavía tenemos esas fantasías de ser brillantes, independientes y temerarios".

La estrella latina

Mario Quintero canta en español música norteña, originaria del norte de México y caracterizada por su intenso ritmo y el uso del acordeón. Sin embargo, las letras de Quintero reflejan algunos temas polémicos del siglo XXI, incluyendo inmigración y narcotráfico.

Quintero formó en Tijuana su propia banda, Los Tucanes de Tijuana, y saltó a la fama en los años 90, gracias en parte a los narcocorridos, fábulas que detallan las aventuras de narcotraficantes reales. A pesar de que muchas radios vetan los narcocorridos, Quintero los defiende. "No digo que lo que hacen [los capos de la droga] está bien, pero lo que hago es ofrecer entretenimiento. Es como ver una película de acción. Algunas veces quieres que los malos se salgan con la suya", dice.

El libretista moderno

Para un escritor que trabaja como libretista de ópera, una "profesión del siglo XIX", David Henry Hwang ha tenido una buena racha. Según la organización Opera America, en los últimos cinco años diversas compañías han representado cuatro óperas en las que Hwang ha compuesto letras, más que ningún otro libretista en el mismo período de tiempo.

Si bien se considera principalmente un compositor, Hwang siente la obligación de hacer que "crezca la audiencia" de la ópera. Junto con el compositor argentino Osvaldo Golijov, Hwang escribió "Ainadamar", una tragedia sobre el poeta español García Lorca que se convirtió en la nueva ópera más exitosa de los últimos diez años.

Generalmente, Hwang elabora un libreto antes de escuchar la música. Posteriormente, con la ayuda de un compositor a quien deja en sus manos la visión artística, Hwang escribe versos en un cuaderno al compás de la "mala melodía" que compone en su propia cabeza.

El artista de hip-hop

"Durante más de tres décadas de rap, la letra siempre ha sido el centro", dice el escritor Adam Bradley, quien está próximo a publicar La antología del rap. Bradley eligió hitos importantes de estilo y concepto, incluyendo el retrato de psicosis en Stan, de Eminem.

Para el profesor y poeta Billy Collins, lo que se debe admirar de este género son las exigencias poéticas. "Las rimas deben ser incesantes e inteligentes. El hip-hop es el medio perfecto para desarrollar el amor humano por las rimas".