Berlusconi: autoritarismo, más allá de toda ideología
Hoy se cumple el primer aniversario de uno de los episodios más desopilantes y penosos del derrumbe democrático de Italia. Hace doce meses este día, el premier Silvio Berlusconi escudado en la defensa “de la democracia y la libertad”, iniciaba una querella millonaria contra el diario independiente La Repubblica . Fue la primera vez en la historia de la democracia italiana y mundial que se buscó castigar a un medio por hacer preguntas. El diario de Roma venía publicando diez interrogantes dirigidos al premier sobre los escándalos por sus contactos con la menor Noemi Letizia y los casos de prostitución y algunos otros hechos de corrupción aún más graves que envuelven de punta a punta su tremenda fortuna.
A La Repubblica, Berlusconi le exigió un millón de euros. También demandó por otros dos millones a la L’Unità . Su irritación con el legendario diario creado por Antonio Gramsci en 1924, fue porque publicó dos ediciones completas sobre esas preguntas apuntando al caso de la célebre prostituta Patrizzia D´Addario, que relató todo tipo de detalles sobre las alcobas de “Papi”; la actividad del empresario Gianpolo Tarantini de 34 años, proveedor de las llamadas “velinas” jóvenes y hermosas para el jefe; y las sospechas de circulación de drogas en el vértice del poder, la cuestión más delicada para “il Cavallieri”. Tarantini fue arrestado a, fines de 2009 acusado de narcotráfico.
El ataque contra La Repúbblica y L’ Unità no fue el primero, pero si el más firme avance para controlar la prensa que el premier siguió luego con el intento fallido, hasta ahora, de votar una ley “mordaza” que limite la tarea periodística. Para Berlusconi todo se justifica porque “la libertad de prensa -dice- no es un derecho absoluto”.
Es importante recorrer estos hechos porque sirven como una brújula para comprender lo que sucede con la información y el poder en otras comarcas del planeta.
A Berlusconi, como en los otros casos aludidos, no le importó la cuota de lodo que estas acciones derramaron sobre el país y su gestión; lo que la politóloga de la Universidad de Columbia, Nadia Urbinati, sintetiza como el ejemplo italiano para estudiar la decadencia de la democracia.
El premier, dueño de la principal fortuna del país, cree sin admitir dudas, que los electores se mueven según el dictado de los medios. Parte de sus bienes son los tres canales de televisión privados, Rete4, Canale5, Italia1. Es propietario, además, del grupo editorial Mediaset. Aquellos canales, junto con la estatal RAI, cuya directiva la elige el gobierno, cubren la totalidad del panorama audiovisual de la península .
Los estudios de mercado (Ipsos, 2009) indican que los telediarios son el medio elegido por 54% de los italianos para saber qué sucede. “Es increíble, tiene el control casi absoluto de los medios y solo escapamos La Repubblica y L’Unità contra los que arremete cada día”, se quejó asombrada y dolida la directora del segundo de esos medios Concita De Gregorio. Podemos imaginar a Berlusconi como el gran maestre de una logia con pupilos por el mundo unidos por estos criterios reaccionarios.
Pero conviene despejar alguna confusion. Pese al acuerdo entre esta legión autoritaria sobre el absurdo de que los pueblos son domesticables por vía de la información —al estilo de la saturación propagandística del stalinismo o los “60 Minutos” de Videla—, la presión para la difusión de “las buenas noticias del Estado” , del que hacen un feudo propio, es, en verdad, un objetivo colateral. El principal pasa por evitar la publicación de informaciones que desnuden lo que ocurre en los sótanos del poder .
El periodismo no es inmaculado -¿quién podría creerlo?-, por eso el mecanismo funciona con más y no con menos prensa. Eso lo tenían muy claro las dictaduras de todas las veredas que ahora estos modelos imitan con menos candor que voluntad.
Otra confusión es suponer que esto que hacen Berlusconi y sus seguidores, acaba en una acción contra el periodismo. Aunque esa es la construcción más sonora, por detrás se alza el diseño de un mundo en el que se diluyen los bordes institucionales del Estado republicano. Parte de esas instituciones son la oposición política y la libertad de expresión.
No es difícil observar en Italia, aunque no sólo allí, los efectos de ese fenómeno. La vereda opositora está desflecada, sin poder ni posibilidades reales de alcanzarlo. El propio Berlusconi ha proclamado en abril del año pasado: “dirán que ofendo al Parlamento, pero la pura realidad es que las asambleas multitudinarias son absolutamente inútiles , por no decir contraproducentes”. En otras palabras, la prensa es “embustera” y el Congreso, incompetente. Frente a semejantes nociones, conviene siempre repetir la frase de Hobbes quien advertía con una lucidez de la que tanto se carece hoy que “donde no hay poder común, la ley no existe” .
Si se amplía la mirada, se verá que en naciones con igual predicamento autoritario, la oposición política se ha apagado o se atrapa en sus propios contradicciones.
Venezuela es un caso paradigmático de este esquema que tiene otros ejemplos como el argentino en América latina o el ruso en Eurasia. Claro que ninguno de esos soldados querría aparecer en público tan semejantes entre ellos y a este Nerón moderno, aunque lo sean sin disimulo en las sombras.
¿Dónde están las fronteras? Irán, aliado central de Caracas y de otros países de la región, acaba de prohibir que se informe sobre la oposición . En esa república de Orwell sólo se puede hablar de lo que hace el gobierno y en términos laudatorios. ¿Es una profecía? Es ese páramo el que no se advierte cuando se caracterizan estos duelos sólo como litigios entre el poder y las empresas . Es un tremendo desafío ideológico recordar que la lucha por una libre expresión ha sido siempre un valor progresista. Así como no se puede salir de la censura con otra censura, aún donde hay buenas intenciones, el fin nunca debería prevalecer sobre el medio para alcanzarlo si con ello se recorta la libertad, que de eso se trata todo esto. El Nobel Dario Fo lo dijo en términos más sencillos: “En la democracia la libertad de prensa debería traducirse en el derecho de profundizar y comparar, derecho que es cada día más atacado”.
Copyright Clarín, 2010.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
El autor presentará su último libro "El atroz encanto de ser argentinos 2"...
5 de mayo, 2007Por Armando Ribas Diario Las Americas Las próximas elecciones en Estados Unidos, en...
31 de octubre, 2008Por Kathryn Westcott BBC Mundo A las doce en punto del mediodía de...
1 de marzo, 2007- 18 de enero, 2013