Fidel Castro apoya la ocupación militar de Checoslovaquia (I)
Próximo a la medianoche del 20/8/1968, comandos rusos vestidos de civil se apoderaron del aeropuerto de Ruzyne. En la madrugada, mientras los rusos desembarcaban soldados, transportes blindados y cañones en Ruzyne, las tropas del Pacto de Varsovia cruzaban la frontera checoslovaca y sus tanques penetraban hasta el centro de Praga. Comenzaba la Operación Danubio: un cuarto de millón de soldados y unos cinco mil tanques -la mayor operación militar llevada a cabo en Europa después de la segunda guerra mundial. Los rusos detuvieron a los principales dirigentes del gobierno checoslovaco e impusieron a Gustav Husak.
Con ello se le daba sepultura al intento de construir un “socialismo con rostro humano”. También se demostraba que era letra muerta el fundamento jurídico del Pacto de Varsovia, que expresaba en su artículo primero: “Las Partes Contratantes se comprometen, conforme a la Carta de las Naciones Unidas, a abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza y a arreglar sus controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro la paz y la seguridad internacionales”.
La invasión militar de Checoslovaquia por las tropas de la Unión Soviética, Alemania Oriental, Polonia, Bulgaria y Hungría fue repudiada por los partidos comunistas más importantes de Occidente, como el francés y el italiano. Causó la decepción de izquierdistas como Jean-Paul Sartre, Ernst Mandel, Ernst Fisher, Bertrand Russell, Rossana Rossanda, Tariq Alí, Jaroslav Seifert, Christopher Hitchens, Régis Debray, Noé Jitrik, Kiva Maidanik, Roque Dalton, Roger Garaudy y Teodoro Petkoff.
Manuel Sacristán -dirigente del Partido Comunista de España en esa época-, expresó en 1969: “El gran error de Fidel Castro consistió, en mi opinión, en no darse cuenta de que para decir verdades de a puño cogía, precisamente, la ocasión en la cual acaso se iba a abrir un portillo para que empezara de nuevo una dialéctica política interna al socialismo. Y ello le obligó a cometer el pecado de diplomacia consistente en callar que la República Socialista de Checoslovaquia era el país socialista menos degenerado políticamente de toda Europa central”.
¿Error? ¿Pecado? ¡No! Haciendo uso de la demagogia y la carencia de principios que lo caracterizan, Fidel declaró en la comparecencia transmitida por radio y televisión el 23/8/1968: “Estamos aquí esta noche para analizar la situación en Checoslovaquia. (…) Lo que no puede negarse es que la soberanía del estado checoslovaco ha sido violada. Desde un punto de vista legal, esto no tiene justificación. No hubo ni el más mínimo rastro de legalidad”. A pesar de que admitía que Moscú había violado el derecho internacional, Fidel apoyó al imperialismo ruso; cuando cuatro décadas después Ignacio Ramonet le preguntó a Fidel: “¿Lamenta usted, por ejemplo, su aprobación de la entrada de los tanques del Pacto de Varsovia en Praga en agosto de 1968 que tanta sorpresa causó entre los admiradores de la Revolución Cubana?”, Fidel le respondió que “(…) nosotros aceptamos la amarga necesidad del envío de fuerzas a Checoslovaquia y no condenamos a los países socialistas que tomaron esa decisión” (https://www.embacubasiria.com/cienhorascap26.html). Continuará.
- 23 de julio, 2015
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