Notas sobre la locura, Venezuela y los venezolanos
Si existiera en el mundo un coleccionista de locuras seguro que encontraría en Venezuela la más inagotable y variada fuente de disparates. Si las organizaciones internacionales que miden desarrollo, pobreza, hambre y derechos humanos, entre otras, dedicaran espacios en sus investigaciones para indagar y clasificar a los países por algo semejante a los niveles de esquizofrenia del sector público o gobernante, Venezuela quedaría de campeón mundial. Tal parece que las locuras que ocurren aquí no suceden en ninguna otra parte; al punto que los venezolanos, que tenemos fama de aguantar hasta agua hirviendo, empezamos a dudar de nuestra cordura y a preguntarnos si nos merecemos tanto desatino. Vamos tan mal que he visto citar en los últimos tiempos a Herrera Luque y a su tesis -expuesta en dos de sus ensayos- que sostiene que la locura nuestra es una tara que nos viene de lejos y que llegó con los conquistadores a partir del año 1498. Y es que cuesta entender que lo que está pasando aquí esté sustentado por hilos de la razón.
A Franklin Brito le quitan sus tierras y el hombre se pone en huelga de hambre contra la medida confiscatoria. Se debilita, sus órganos se comprometen y comprometen su vida. El Gobierno y la Fiscalía, para impedir que muera en la protesta, contra su voluntad y la de sus familiares, lo recluyen e incomunican parcialmente en un hospital militar. Después de varios meses, en el hospital donde fue forzado a permanecer por un acto de gobierno, Brito muere. Y siguen los disparates: un diputado del partido de gobierno, famoso por perseguir, casi un esbirro con curul, dice que “Brito no quiso entrar en razón” (¿Qué será “la razón” para este verdugo?). Un alto funcionario dice que a Brito ni se le expropiaron ni se le mandaron a invadir sus tierras. Esta declaración es demencial, ¿por qué no se lo dijeron a Brito y al país?, Brito estaría vivo hoy, ni siquiera habría entrado en huelga de hambre. Pero allí no queda la locura, ahora la Fiscalía inicia una averiguación contra los familiares de Brito, es decir, contra sus hijos, su esposa y su propia mamá seguramente -que son “sus familiares”- porque de acuerdo a la declaración oficial y a lo que se conoce en la jerga jurídica como iter criminis o camino del delito, Brito no se murió por culpa del gobierno sino porque sus familiares le dijeron y lo convencieron que se dejara morir. ¿Esta vaina es o no es de locos?
De loco fue la risa -que se convirtió en carcajadas- de un altísimo funcionario cuando, entrevistado por el canal de noticias CNN, escuchó decir a un experto venezolano que en Venezuela murieron asesinados, durante el año 2009, 19 mil 450 personas. ¿Quién en sano juicio puede reírse de una tragedia semejante?
A Sidor la expropiaron porque era “estratégica”, porque los argentinos eran explotadores y porque los trabajadores tercerizados debían tener los mismos derechos que los de planta y de acuerdo al contrato colectivo, eso dijo de manera solemne el mismo vicepresidente de la República de la época. Al cabo de 24 meses la siderúrgica produce un tercio de lo que producía en manos del consorcio extranjero. Sidor pasó de exportador a importador. Los tercerizados siguen tercerizados. Quince mil trabajadores y ex empleados de Sidor, accionistas de la empresa, que recibían cada semestre dividendos de la factoría, fueron humillados, burlados y maltratados cuando reclamaron sus derechos. El actual presidente de Sidor, en un ataque genial de productividad intelectual, anunció hace unos días que la compañía se salvaría importando productos de acero con dólares controlados o preferenciales y vendiéndolos a dólar libre. ¿Quién debería ir preso, los banqueros que el gobierno dice que hicieron fraudes o este tipo? ¿El caso Sidor es o no una locura?
Desde el año 1989 las naciones húngara, polaca, estoniana, lituana, letona, checa, eslovaca, alemana, ucraniana, yugoeslava, búlgara, rusa, moldava, macedonia y rumana, que habían instaurado el socialismo real o comunismo por más de 70 años, comprendieron que el marxismo no produce ni riqueza, ni prosperidad ni felicidad a los pueblos, sino que por el contrario los abusos contra la libertad y los derechos humanos, la corrupción y la pobreza son los principales atributos del comunismo. Y cuando la dirigencia china y la vietnamita desaplican el comunismo de la economía (un gran total, con los antes nombrados, de casi 2.000 millones de personas) un grupito venezolano en el poder se empeña, contra la Constitución y las lecciones de la historia, en instaurar un régimen comunista, a lo cubano -ruinoso y dictatorial- cuyo único fin es perpetuar a una camarilla en el poder. A uno no le queda otro camino que repensar en la locura.
Converso este tema y un amigo me dice: “La locura los eximiría, no son locos, son cínicos borrachos de poder”. Digo para mí, sean o no locos los que nos gobiernan, la realidad venezolana de estos días es de locura. Lo pido en serio ¡Qué Dios salve y proteja a Venezuela!
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 16 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
El País, Madrid Hace casi dos décadas Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 83 años)...
12 de junio, 2019El Mundo, Madrid Buenos Aires.- Argentina, que siempre se jactó de tener más...
13 de junio, 2009- 11 de julio, 2019
Por Ana Luisa Herrera El Sentinel Los frustrados atentados terroristas de los últimos...
25 de agosto, 2006