Proximidad económica, ¿lejanía política?
Entre las áreas de la economía que más atención académica han recibido en las últimas décadas, y cuyas conclusiones más consenso han tenido entre los estudiosos, se encuentra la que analiza los factores determinantes del crecimiento de largo plazo.
Entre tales factores cabe destacar los tres que pocos dudan en calificar como los más relevantes: a) la calidad institucional, b) las políticas económicas gubernamentales (aliento a las mejoras en la productividad, promoción de la educación, impulso a la competencia, etc.), y c) la geografía, que cada vez tiene menos que ver con los recursos naturales. Y cada vez más con la "proximidad económica" a los mercados internacionales.
Para cumplir con el primer factor no hay atajos: a la calidad institucional hay que demostrarla con hechos. No alcanza con recitarla. Y no se agota en el Poder Ejecutivo, sino que involucra al Legislativo y al Judicial. ¿Alcanzarla requiere años? No tantos, además alguna vez hay que empezar. Requiere decisión política: la de no seguir condenando a El Salvador a la pobreza.
En lo que respecta al segundo factor del crecimiento de largo plazo, las políticas económicas gubernamentales, para cumplirlo no hacen falta gruesos planes quinquenales, esos que afortunadamente nunca aparecen en El Salvador. Su mismo nombre tiene reminiscencias totalitarias: Stalin los aplicó en los años 30 y Perón los adoptó en los años 40. Esperemos que sigan sin aparecer.
Es que la función del Estado no es escribir la letra de una obra de teatro (obra que pudiéramos denominar "la vida en sociedad"), y menos aún subir al escenario para representarla. Su función es verificar las boleterías para que no haya evasión, favorecer la formación de nuevos actores, incentivar la apertura de nuevos teatros, y poner orden cuando el público tira tomates al escenario. Cuesta entender que cueste tanto entenderlo.
La geografía había sido originalmente un dato de la realidad sobre el cual no era demasiado lo que se podía hacer: la disponibilidad o no de recursos naturales, así como la corta o larga distancia a los mercados mundiales, eran determinantes. Y estaban determinados. Por la naturaleza.
Sin embargo, actualmente se puede mejorar la geografía…, y es más apropiado hablar de "proximidad económica", rubro en el cual El Salvador tiene importantes aspectos a su favor: no sólo la relativa cercanía física con los Estados Unidos, la principal economía del planeta, sino también un TLC con ese país.
Otro elemento de esa "proximidad económica" es que se comparten los mismos husos horarios, algo de lo que se podría obtener gran provecho haciendo converger la productividad y educación de los jóvenes salvadoreños al nivel de la población estadounidense. ¿Alcanzarlo requiere años? No tantos, además alguna vez hay que empezar. Requiere decisión política: la de no condenar a los jóvenes salvadoreños a la pobreza.
Por supuesto que la "proximidad económica" sería mucho mayor si el puerto de La Unión estuviese operando (adecuadamente, no de cualquier modo), si desde La Unión existiese una conexión vial y ferroviaria (una adecuada, no autopistas incompletas) con San Salvador y con el Atlántico, y si se propiciara seriamente una sustancial mejora de la posición de El Salvador en el ranking de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, conocido como Doing Business.
De estas cosas hablaba hace ya más de siete años el economista chileno Sebastián Edwards en un trabajo preparado para FUSADES bajo el título de "Desaceleración del crecimiento económico en El Salvador: un análisis exploratorio" (marzo 2003).
Edwards también expuso por esos días una distinción clave hecha por las autoridades chilenas: dejaron de promover "sectores específicos" para impulsar "actividades genéricas". El éxito de la industria del salmón no fue resultado de una promoción "específica al sector" pesquero existente, sino del "impulso genérico" a la actividad exportadora por entonces naciente. Sutil pero profunda diferencia.
Esas son las cosas que debieran estar discutiéndose desde hace años en El Salvador. ¿La respuesta de la política? Silencio atronador.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 8 de junio, 2015
- 10 de abril, 2013
- 26 de enero, 2014
Artículo de blog relacionados
- 5 de junio, 2012
- 26 de julio, 2010
The Wall Street Journal La campaña de Hugo Chávez para forjar una coalición...
29 de junio, 2009La Nación La gran transformación que ha implicado la aplicación del sistema capitalista...
30 de agosto, 2013