Política monetaria argentina: ¡a ajustarse el cinturón de seguridad!
Cristina Fernández de Kirchner habló de moneda y endeudamiento. Según ella, el canje de deuda fue un éxito cuando el riesgo país sigue en los mismos niveles. Encima anunció más emisión que la que ya hizo la anterior gestión del BCRA. Vienen tiempos de más turbulencia inflacionaria.
Cuando Cristina Fernández de Kirchner lanzó el famoso Fondo del Bicentenario, el argumento que utilizaba era que si regularizaba la deuda, tanto el sector público como el sector privado iban a conseguir financiamiento más barato. Para darle más fuerza a su argumento, Cristina Fernández decía que no podía comprender cómo no se entendía una cuenta tan sencilla como la siguiente: pagamos tasas de interés del 15% y colocamos las reservas al 0,5%. Si usamos las reservas que nos rinden menos para cancelar una deuda que es más cara, hacemos un negocio redondo. En forma resumida este era su principal argumento.
La semana pasada volvió a insistir con dos puntos: a) que el uso de las reservas para pagar deuda había sido un éxito y b) que la moneda se defendía con más PBI (sic). Al leer los discursos de Cristina Fernández sobre temas económicos y, en particular, sobre temas monetarios, a uno le agarra el mismo pánico que si estuviera volando en un jet piloteado por alguien que no tiene ni idea sobre cómo se maneja ese aparato. Es que Cristina Fernández ha dado reiteradas muestras de su absoluto desconocimiento de elementales temas económicos, y preocupa porque arriba del jet estamos todos. No es que se va e estrellar ella sola. Nos va a estrellar a todos. Veamos sus razonamientos.
El primero es que el uso de las reservas para pagar la deuda ha sido un éxito. ¿Cuál era el riesgo país EMBI+ al momento de entrar en el conflicto con el BCRA en enero de este año? Variaba entre 650 y 750 puntos básicos. Luego anuló el decreto del Fondo del Bicentenario y firmó otros dos decretos para usar las reservas del Central. Eso lo hizo en marzo de este año. ¿Tasa de riesgo país en ese momento? 776 puntos básicos. ¿Cuál es la tasa de riesgo país luego de haber pagado la deuda con reservas? Al 2 de septiembre estaba en 710 puntos básicos. ¿De qué éxito estará hablando Cristina Fernández si el riesgo país está, por lo menos, en el mismo nivel que cuando lanzó el famoso Fondo del Bicentenario? Como punto de comparación el riesgo país en Brasil está en 220 puntos básicos, Uruguay tiene un riesgo país de 208 puntos, Perú 160 puntos básicos y Colombia 175 puntos básicos.
¿Cómo está el socio chavista del matrimonio? Venezuela 1196 puntos básicos y Ecuador tiene 1033 puntos básicos. Parece ser que el refrán de que Dios los cría y el viento los amontona se verifica. Los más impresentables de América Latina tenemos el peor riesgo país y los más razonables tienen mínimos riesgos país. De manera que el argumento de Cristina Fernández era falso y su afirmación de que el uso de las reservas para bajar el costo financiero fue un éxito se aleja totalmente de la realidad.
Segundo punto, decía Cristina Fernández, con cierto tono irónico, que no podía entender como los que se oponían a usar las reservas del Central no entendían una cuenta muy sencilla. Afirmaba Cristina Fernández que si las reservas estaban colocadas al 0,5% y la deuda tenía un costo del 15%, la cuenta era muy sencilla porque había una ganancia entre las dos tasas.
Evidentemente Cristina Fernández parece tener un problema de información, porque las reservas que dice tener el BCRA fueron compradas con emisión monetaria que luego fue canjeada en parte contra bonos. Es decir, primero el Central emitió moneda (le cobró el impuesto inflacionario a la gente para comprar divisas) y como se le fue la mano con la emisión retiró del mercado parte de la moneda emitida y colocó bonos que pagan, en promedio, una tasa de interés del 10% anual. Al 20 de agosto pasado, el stock de LEBACS, NOBAC y pases llegaba a los $ 75.594 millones de pesos. En un año esta deuda creció el 54% y, encima, la cantidad de pesos en circulación subió el 26%. Es decir, no solo aumentó la deuda sino que, además, cobró un fenomenal impuesto inflacionario.
Ahora bien, considerando que el tipo de cambio está casi fijo, el 10% de interés que paga por la deuda el Central es un 10% en dólares, salvo que devalúen el peso y licuen la deuda. Esto quiere decir que, primero Martín Redrado y luego Marcó del Pont, compraron reservas de las que tanto se ufanan que colocan al 0,5% y pagan una tasa de interés del 10%. De acuerdo al actual stock de deuda, el gasto cuasifical hoy debe estar en el orden de los $ 8.000 millones anuales. ¿De qué reservas récord hablará Cristina Fernández si buena parte de ellas no le pertenecen y, además, pierden entre la tasa a la que colocan las reservas contra la tasa que pagan por la deuda? Por eso sorprende que el Central diga que tuvo utilidades de $ 20.000 millones en un año que le girará al tesoro vía emisión monetaria. ¿Computarán este diferencial de tasas que genera pérdidas en el Central?
Primero Redrado y ahora Marcó del Pont están armando un modelo similar al gasto cuasifiscal de los 80 bajo el gobierno de Alfonsín. Si bien las magnitudes de endeudamiento y tasa son diferentes, el mecanismo es muy parecido. Y ya sabemos cómo terminó aquella historia.
Por último, la frase de Cristina Fernández diciendo que la moneda se defiende con más PBI. La realidad es que para que haya más PBI tiene que haber inversiones y para que haya inversiones hace falta previsibilidad en las reglas de juego y seguridad jurídica, algo que el gobierno de los Kirchner ha atropellado sin piedad. ¿Quién puede invertir en Argentina un dólar si los derechos de propiedad están sujetos a los caprichos políticos del matrimonio? La forma en que están descuartizando a Clarín es tema de todos los medios importantes del mundo, con lo cual, los inversores del exterior saben en qué se meterían si pusieran un solo dólar en Argentina. Y aquí la va la aclaración de rigor.
Personalmente sufrí la alianza de Clarín con los K cuando le aprobaron la fusión de Multicanal con Cablevisión. Desde 1995 tenía mi programa en P&E, canal que cuando fue comprando por Clarín pasó de estar entre los canales de aire al número 60 y luego lo siguieron tirando para arriba hasta que casi nos caímos de la grilla, hasta que un día decidieron desarmar el canal y desapareció mi programa de P&E como el de tantas otras personas que pagábamos por el espacio.
¿Mi reclamo a Clarín? Ninguno. Si ellos eran los nuevos dueños de Cablevisión y decidieron sacarnos del aire tengo que respetar la decisión del nuevo dueño de la empresa. Así de sencillo es el respeto por la propiedad privada. Prefiero perder un programa de televisión pero que se respete la propiedad privada, a que alguien hubiese vulnerado el derecho de propiedad para que yo siguiera teniendo mi programa de televisión por cable.
Por cierto, no recuerdo que ninguno de los periodistas progres que hoy se sienten perseguidos por el gobierno K y se muestran como emblemáticas víctimas de la censura por no tener más sus programas en radio, hayan salido a decir nada sobre el cierre de la señal P&E. Claro, si a un progre le cancelan un contrato en una radio es una censura, si a un liberal le cierran la señal de cable en la que tenía su programa de televisión no hay que decir nada porque los liberales somos gente mala que queremos que la población se muera de hambre, trabajamos para el FMI y los fondos buitres.
Pero dejemos de lado esa historia porque ya sabemos lo parciales que son los progres al hablar de derechos y volvamos al tema monetario.
Decía que Cristina dice que se fortalece la moneda con más PBI, cuando en rigor el PIB (dicho correctamente) crece cuando hay inversiones que son hijas de la seguridad jurídica y los derechos de propiedad. Pero hay un punto más, Cristina Fernández parece creer que imprimiendo más billetes aumenta la demanda, lo que llevaría a mayor oferta de bienes y más actividad. Ese pareciera ser, intuyo, el razonamiento de la presidente. El problema es que tener más billetes impresos en circulación no significa tener más capacidad de demanda si esos billet
es impresos pierden poder de compra, eso que se llama inflación y que en ninguno de sus infinitos discursos Cristina Fernández menciona. Para ella no existe la inflación.
Al tener esta visión tan pobre del concepto monetario, lo que nos está diciendo es que van a seguir imprimiendo billetes para tener más demanda, mientras pulverizan el ambiente de negocios, con lo cual lo único que cabe esperar es un proceso inflacionario más agudo que el actual, porque no va a haber más inversiones que aumenten la oferta de bienes pero sí va a haber más billetes circulando.
Con su discurso Cristina Fernández nos dijo que, al llegar a la curva, en vez de tocar el freno antes de entrar, decidió acelerar. Con semejante forma de manejar, es obvio que en algún momento vamos a seguir de largo. Es más, hace rato que venimos derrapando en cada curva, y cada vez más fuerte.
En síntesis, el discurso de Cristina Fernández sobre moneda, confirma que la política monetaria que viene de la mano de Marcó del Pont va a ser más inflacionario que la de la gestión anterior. Y eso ya es mucho decir porque, realmente, la gestión anterior demostró sus escasos conocimientos técnicos de economía al emitir a marcha forzada como lo hizo. Si lo anterior fue realmente malo, le sugiero al lector ajustarse el cinturón de seguridad, porque lo que viene no va a ser nada agradable.
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