Se va Rahm Emanuel, el «Rambo» del gabinete de Obama
El viernes se conoció oficialmente la renuncia del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel.
Mientras el presidente estadounidense Barack Obama sigue "en la ruta" haciendo campaña para evitar que el Partido Demócrata sufra duras pérdidas en las elecciones parlamentarias de noviembre, en Washington parte de su gabinete parece desintegrarse.
Figuras clave de su equipo han abandonado el barco y regresado a sus refugios académicos, como la ex presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Christina Romer, o el jefe del Consejo Económico Nacional, Larry Summers.
Y ahora, hasta su jefe de gabinete y mano derecha, Rahm Emanuel, se apresta a dejar un gobierno del que ha sido el principal operador político.
En privado, Emanuel ha manifestado interés en ocupar el puesto de alcalde de Chicago, luego de que el actual burgomaestre Richard Daley, anunciara que no buscaría la reelección.
"Rambo" parlamentario
Como todo jefe de gabinete, Emanuel, de 50 años, podría considerarse como la figura tras el trono. Tiene un estilo agresivo, que según algunos le ha ayudado en gran medida al presidente Obama a imponer su agenda de reformas legislativas.
El jefe de gabinete es el cancerbero del la presidencia. Es el consejero más cercano con el que cuenta el primer mandatario y en quien se apoya para hacer negociaciones con el Congreso.
En círculos políticos de Washington se reconoce que Emanuel tiene una trayectoria que le facilitó ese trabajo, ya que antes de integrarse al gabinete ejerció como congresista por el estado de Illinois durante seis años.
De hecho, algunos medios de prensa lo califican de "Rambo", por la manera como dobló el brazo a algunos demócratas que dudaban sobre si apoyar o no las reformas del sistema de salud o la del sistema financiero.
Alter ego presidencial
En los pasillos del Congreso se tienen sentimientos encontrados en relación con el jefe de gabinete.
"Su eficiencia es palpable. Basta con ver las cosas que logró en el último año Obama, gracias al trabajo de Emanuel", dijo a BBC Mundo una asesora de la jefatura demócrata en el Congreso.
Del lado republicano, parecen reconocerle esa cualidad aunque habría "dejado varios cadáveres, y sobre todo, varios heridos, en el camino", dijo un vocero cercano a la bancada del partido opositor, quien destacó que en política los "heridos son más temibles que los muertos".
Algunos observadores políticos han descrito el binomio Obama-Emanuel como el del "policía bueno, policía malo" de las películas. En este caso Obama sería la cara amable de la maquinaria.
"Si Obama era el visionario conciliador, Emanuel era el policía malo, el único que realmente podía hacer que se diera el cambio en asuntos como reforma de la salud, la revisión de las regulaciones financieras y reducir los compromisos de EE.UU. en el exterior", afirma el analista Daniel Stone.
Nuevas campañas
Algunos unen la partida de Emanuel a las salidas de Romer y Summers para describir el "colapso" de la Casa Blanca, pese a que en su caso, ambos economistas habían puesto desde un principio un plazo de dos años a su trabajo con el gobierno.
Pero también hay quienes consideran que la renuncia de Emanuel podría serle beneficiosa al presidente, ahora que esta sumido en el esfuerzo de impulsar la campaña electoral para evitar la pronosticada debacle de los demócratas en las elecciones legislativas en noviembre.
"Cualquier cambio en el gabinete genera una fiebre de 'lectura de las cartas' en los medios de prensa para saber qué puede significar", afirma Stone, quien considera que, por su naturaleza, el cargo no afecta la percepción que se tenga de la presidencia.
En la Casa Blanca parecen estar viendo los cambios sin demasiada sorpresa, una remodelación rutinaria que, sin embargo, le permitirá al presidente realizar ajustes en el equipo antes de las parlamentarias y de manera que no parezca que haya una estampida de funcionarios tras la pronosticada derrota.
"Dentro del gobierno están viendo los cambios como una evolución, más que una revolución. Una remodelación rutinaria después de dos años de arduo gobernar", afirma el comentarista Glenn Thrush.
Incluso si los demócratas retuvieran el control de ambas cámaras del Congreso después de noviembre, Obama ya ha logrado buena parte de su agenda legislativa y no necesitaría un clon de Emanuel para negociar nuevas piezas legislativas", estima Thrush.
En ese sentido, hay quienes consideran que un jefe de gabinete "menos agresivo" que Emanuel podría ser justo lo que necesita Obama para manejar las nuevas condiciones que vendrán entre Capitolio y la Casa Blanca con el resultado electoral en los últimos dos años del periodo presidencial.
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