Y ahora, la derecha
El mundo parece moverse pendularmente de izquierda a derecha. Sucede que el Estado, racionalista, que coactivamente impone su diseño social, necesariamente fracasa porque la naturaleza social del hombre no puede ser suplantada por ningún diseño racional y menos impuesto por la fuerza policial o militar de los gobiernos y así, estos Estados terminan destruyendo y los políticos desprestigiados dando lugar al recambio.
Obviamente subyace un rechazo a la política entre la población. Un caso sintomático es el del payaso Tiririca, que resultó el diputado más votado de Brasil en las recientes elecciones y que hizo campaña con el lema «¿Qué hace un diputado federal? No lo sé, pero vote por mí y lo averiguaré'' y que tendrá que demostrar que sabe leer y escribir para evitar que anulen su elección, según la ley brasilera. Pero, en todo caso, es uno de los políticos más inocentes. Resulta que, entre los 19,592 candidatos federales y locales, 1,248 tienen alguna condena en la Justicia.
En las últimas elecciones, Europa viene dejando masivamente a la izquierda para volcarse a la derecha. Y ahora es el turno de Iberoamérica. En Chile, el socialismo fue barrido. Perú es gobernado por un socialdemócrata devenido a la derecha y en Argentina el estatismo viene desacreditándose rápidamente. En las recientes elecciones, Hugo Chávez sufrió una derrota importante. El oficialismo perdió la mayoría de dos tercios que tenía, y eso con una reforma electoral favorable que da a 9 estados, con el 63% de la población, sólo el 53% de los votos.
Antes de las elecciones, la popularidad de Chávez (36%) era la más baja desde 2004, perdiendo 20 puntos en el último año, debido al fracaso del socialismo del siglo XXI: fuerte incremento de la criminalidad y una caída del PIB de 6% en el primer semestre. Lo que coincide con el reconocimiento del fracaso del modelo cubano, que ha obligado a abrirse un poco más a la iniciativa privada.
En Bolivia, Evo Morales, que pretende un tercer mandato, tiene una popularidad del 46% habiendo perdido 18 puntos en menos de un año y eso que la economía anda bien gracias, irónicamente, a otro socialista cada vez más capitalista como es China que, con su explosivo consumo, ha provocado una fuerte subida en el precio de los minerales que produce Bolivia.
Al ser abatido el jefe militar de las FARC, la popularidad de Santos llegó al 88%, siendo el presidente con mayor aprobación de América. México (25% del PIB de Latinoamérica), gobernada por el centro derechista Calderón, y Brasil (40% del PIB de la región) han consolidado su poder. Ambos anunciaron el comienzo de negociaciones para un tratado de libre comercio, que contribuirá a unificar la región, tal vez logrando mayores libertades que el fallido ALCA.
En Brasil, hace un mes, todas las encuestas vaticinaban un triunfo en primera vuelta de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, que no tiene una mala relación con los empresarios. Y esto gracias al fuertísimo apoyo del personalista Lula que, con 80%, es el presidente más popular de la historia de Brasil, y que deliberadamente eligió a una sucesora poco conocida, eficiente y extremadamente leal.
Pero finalmente en la elección Rousseff obtuvo el 46.9% de los votos y José Serra 32.6%, por lo que deberán enfrentarse en la segunda vuelta, el 30 de octubre.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute de Oakland, California.
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