¿Quién es responsable de nuestras finanzas?
Hay una línea muy fina entre la responsabilidad de la sociedad y la nuestra cuando se trata de nuestras finanzas.
Hay ciertas cosas que son claras. Por ejemplo: la sociedad tiene la responsabilidad de reconocer y defender la propiedad privada. Tú adquiriste algo por los medios legales, pues la sociedad tiene la obligación de reconocerlo como tal. En el caso de manejar las propiedades que uno posee, debe ser uno el responsable de su manejo – al menos que uno esté en desventaja física para ser responsable.
Pero, ¿Qué pasa si administras tu propiedad incorrectamente quedándote sin dinero?, ¿debe la sociedad ayudarte? Y si debiera, ¿Por cuánto tiempo?
Veamos este caso real.
Ray Williams fue un jugador de baloncesto profesional que vivía bien. No solo era bueno en la cancha sino que también hacia dinero. Primero firmó un contrato de cuatro años por $500,000 dólares. Después firmo un contrato de tres años por $1.5 millones de dólares En promedio, generó $250,000 dólares anuales – cerca de $606,000 dólares al día de hoy-. No era como los megos salarios de los jugadores de baloncesto actual – que pasan los millones- pero, incluso hoy es mucho dinero.
No terminó la universidad porque decidió entrar a profesional. Así jugó diez años donde cosechó fama y dinero. En 1987 se retira después de 10 años sin un título universitario ni otra habilidad profesional.
Según entrevistas y reportes periodísticos, Ray Williams tuvo problemas financieros y terminó perdiendo casa, dinero, la familia y casi su vida. ¿Las razones? No fue el vicio a las drogas, el alcohol o el casino como otros jugadores. El problema se concentró en dos áreas: era muy generoso con conocidos y no tan conocidos donde proveía dinero a muchos sin decir no. Además le costó hacer la transición de un jugador profesional a desarrollar otra profesión. Tenía tantos años invertidos como jugador que no pudo aceptar la realidad de que el juego terminó. Los altos gastos y la falta de ingreso para sostenerse lo llevaron a la ruina total.
Trabajó como asistente de maestro de escuela, bartender y otros trabajos de bajo ingreso. Pero, todos fueron de corto tiempo porque no podía adaptarse a otro empleo que no fuera jugar baloncesto. Así se pasó brincando de trabajo en trabajo hasta que decidió acogerse al plan de retiro temprano de la liga.
La Asociación de Baloncesto Nacional (NBA por sus siglas en inglés) tiene uno de los planes de retiro para jugadores más confiables del deporte profesional. Sus jugadores pueden recibir un mínimo de dinero a partir de haber cumplido con cierta cantidad de temporadas jugadas.
Ray Williams no era la excepción, especialmente después de jugar 10 años como profesional. El tenía la opción de esperar llegar a la edad del retiro – 62 años- para recibir una cantidad mensual de por vida o tomar un monto único e inmediato. Al acogerse al plan de retiro temprano recibió la cantidad de $200,000 dólares. Con ese dinero se fue al sur de Estados Unidos, invirtió en bienes raíces y perdió todo.
Pidió dinero a la fundación de jugadores legendarios y recibió más de $10,000 dólares.
Pidió dinero a la asociación de jugadores retirados y recibió $2,000 dólares.
Actualmente, Ray Williams tiene 55 años, con diabetes, viviendo en un auto viejo de 1992 en una de las ciudades del sur de la Florida. Duerme en el auto y dedica su tiempo entre pescar para alimentarse y el hospital para enfrentar su diabetes y depresiones.
En una entrevista que realizara a un periódico de la ciudad de Boston y que sacó a la luz su historia, Ray Williams argumenta que los jugadores megamillonarios de hoy deben ayudarlo a él y a otros baloncelistas retirados que tienen tiempo para ver el juego por televisión y no tienen dónde verlo. Son muchos como él que necesitan comida, techo efectivo para reparar su auto y un trabajo. Ėl cree que la liga, productora de miles de millones de dólares anuales, y sus jugadores deben ayudarlos y tratarlos como si fueran también parte del equipo.
¿Tiene razón lo que dice Ray? ¿Tienen la asociación y los jugadores la responsabilidad de ayudarlo? Él recibió la oportunidad de trabajar y ganar propiedades por sus habilidades. Recibió la pensión que había ganado. Recibió más dinero para salir de su situación económica. Pero, la situación no mejora.
¿Dónde termina su responsabilidad y comienza la de los demás?
No hay duda que cuando estamos en cualquier situación difícil, una mano que nos ayude a salir del hoyo es una bendición. Más satisfactoria es cuando la razón del fracaso proviene de nuestra propia estulticia. Y si volviéramos a equivocarnos, sería ideal que nos ayudaran. Pero, ¿hasta cuando? ¿Qué pasa si nuestras repetidas acciones equivocadas exigen más socorro que a su vez podemos estar afectando aquel que puede estar necesitando asistencia por primera vez? ¿No estaremos creando un derecho de beneficios garantizados desapareciendo cualquier responsabilidad personal?
Aunque este debate no empieza ni termina con casos como el de Ray Williams, sí nos sirve de ejemplo para mostrar que hay una línea muy fina entre la responsabilidad de la sociedad y la nuestra cuando se trata de nuestras finanzas.
Al final tú decides.
- 23 de enero, 2009
- 2 de enero, 2025
- 1 de enero, 2025
Artículo de blog relacionados
El Comercio, Lima Venezuela es un país problemático, no solo para la región...
27 de mayo, 2009El País, Montevideo Cada tanto tiempo aparecen en muy diversos lugares personas que...
14 de enero, 2017Diario de América La mezcla indigesta de las peores practicas del comunismo y...
2 de enero, 2011Por Jorge Morales La Opinión, Los Angeles El descenso considerable en las detenciones...
29 de octubre, 2008