El inglés selló el fin de Babel
Nacer inglés es ganarse el primer premio en la lotería de la vida", dijo supuestamente Cecil Rhodes. Pero el viejo imperialista estaba equivocado. Debió haber dicho: "Nacer siendo hablante del inglés?". El ascenso global del mal inglés está contribuyendo al ascenso de los que somos hablantes nativos de la lengua.
Advertí por primera vez esta ventaja en un congreso, el año pasado. Los oradores provenían del norte de Europa, pero todos pronunciaron sus charlas en inglés? o en una especie de inglés. Alemanes, belgas y franceses se ponían de pie y, con acentos monótonos que impedían concentrarse en escucharlos, leían discursos que parecían haber sido pasados al inglés por una computadora. A veces, los organizadores les rogaban que hablaran en sus propias lenguas, pero ellos se negaban. Mientras tanto, los intérpretes del congreso permanecían ociosos en sus cabinas.
Cada nuevo orador perdía a su audiencia en un minuto. Sin embargo, cada vez que abría la boca un orador que era hablante nativo del inglés, la audiencia prestaba atención. Los hablantes nativos tenían un tono coloquial, podían hacer bromas y agregar matices. No eran más inteligentes que los extranjeros, pero sonaban como si lo fueran y por eso los escuchaban. Allí, en aquel microcosmos, se advertía una naciente jerarquía global: el reinado de los hablantes nativos del inglés. El inglés ha estado invadiendo el entorno internacional al menos desde 1919, cuando el Tratado de Versalles se redactó en inglés además de en francés. Los posteriores impulsos benéficos que recibió la lengua incluyen el ascenso de las multinacionales estadounidenses, la caída del Muro de Berlín, el advenimiento de Internet y la apertura de China, dice Nigel White, director de entrenamiento y desarrollo internacional de la empresa de comunicaciones Canning. En la actualidad, alrededor de uno de cada cuatro seres humanos habla por lo menos un poco de inglés, según datos del British Council. Y muchos más quieren aprenderlo. Robert McCrum, coautor del libro The Story of English , celebra "la aparente concreción de uno de los más viejos sueños de la humanidad: el fin de Babel".
Por supuesto, la mayoría de estos nuevos hablantes no hablan un inglés correcto. Hablan globish ? una versión del inglés simple, sin brillo, libre de expresiones idiomáticas y con un vocabulario limitado. La mayoría de los europeos presentes en mi congreso, por ejemplo, hablaban globish . Los hablantes del globish con frecuencia tienen problemas para entender el inglés nativo. Los confunden las expresiones idiomáticas, las oraciones inconclusas, las referencias a antiguos programas de televisión, o simplemente el hábito británico de no decir lo que se quiere decir. Hilary Moore, un docente de primer nivel de Canning, señala que los alemanes no entienden que cuando los británicos dicen, por ejemplo, "bueno, no fue fantástico", en realidad quieren decir "fue espantoso". Y algunos hablantes nativos tienen acentos impenetrables. "Nadie entiende a los irlandeses", explica White.
Los extranjeros con frecuencia participan en reuniones en las que se habla inglés y acaban fatigados, confundidos, envidiosos e irritados. Un holandés amigo mío describe una reunión en la que diez ejecutivos holandeses hablan en inglés para tener en cuenta al único británico presente? quien, según rezonga mi amigo, "está allí sintiéndose superior".
Como los malentendidos inglés- globish son comunes, los expertos suelen advertir que los hablantes nativos del inglés sufrirán en este nuevo mundo. Sin embargo, los hablantes nativos solamente deben aprender globish . White dice que un curso de medio día puede enseñarles a los hablantes nativos a hablar lentamente, sin ironía, y a evitar verbos que pueden confundir, por ejemplo to put up with (soportar, aguantar).
Digamos que un hablante nativo del inglés puede aprender globish en unos días. Comparemos eso con los años que insume aprender francés (por no hablar del chino mandarín). No es raro que los adolescentes británicos ya no se molesten por aprender idiomas extranjeros. El francés ya no figura entre las diez materias más estudiadas por los chicos británicos de 16 años. ¿Por qué pasarse años estudiando para pedir una cerveza en mal francés, cuando uno puede pedirla en globish ? Sólo unos pocos especialistas deben estudiar idiomas extranjeros y conocerlos lo suficiente como para entender con acierto sus sociedades. Para la mayoría de los británicos, el mal francés ya no es necesario.
Peor aún, aprender un segundo idioma puede poner en desventaja a los hablantes nativos del inglés. Si usted habla un francés mediocre, podría encontrarse en una reunión de negocios con franceses. Y así, ellos parecerán más rápidos e inteligentes que usted. Si los obliga a hablar inglés, usted será el ganador.
En el mundo del globish , el hablante nativo de inglés triunfa. Cuando necesita recurrir al globish , puede hacerlo. Pero cuando se requiere sutileza o velocidad, saldrá ganando. Los hablantes nativos del inglés con frecuencia dirigen la conversación empleando expresiones tales como " Can I just jump in here ?" (me gustaría interrumpir un momento en este punto?) y " So what we´re saying is ?" (entonces, lo que estamos diciendo es que?). Los extranjeros se quedan en silencio, tratando de seguir lo que se está diciendo.
Ahora esto ocurre incluso en Bruselas, especialmente desde 2004, cuando se integraron los europeos del Este que no hablan francés. Hoy casi todas las personas que tienen voto en la Comisión Europea hablan inglés. Los británicos y los irlandeses redactan muchos documentos oficiales, porque a todos los demás les cuesta escribir en un inglés decente. De manera que los hablantes nativos conducen silenciosamente los debates. Y lo mismo ocurre en las empresas multinacionales, según dice Moore.
La estrategia adecuada para los hablantes nativos es muy clara. Si aprenden un poco de " globish extra", Bob´s your uncle . (Traducción para los lectores que hablan globish : Bob´s your uncle significa que todo marchará perfectamente.)
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- 28 de marzo, 2016
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