Un nuevo comienzo, pero para Obama

En Estados Unidos y en todo el mundo, su nombre fue sinónimo de un nuevo comienzo. Fue el hombre del cambio, el que prometía una nueva forma de hacer política, una nueva forma de relacionarse con el mundo.

Se lo dijo a Estados Unidos y a todo el planeta el 20 de enero de 2009, cuando asumió en Washington: "El mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él".

Se lo dijo a los iraníes el 20 de marzo de 2009: "Buscamos la promesa de un nuevo comienzo".

Se lo dijo a los cubanos el 18 de abril de 2009, en la Cumbre de las Américas: "Creo que podemos conducir las relaciones entre Estados Unidos y Cuba hacia un nuevo comienzo".

Se lo dijo a todo el mundo musulmán el 4 de junio de 2009, desde El Cairo: "Vine aquí a buscar un nuevo comienzo entre Estados Unidos y los musulmanes, basado en el interés y el respeto mutuo".

Se lo dijo a los iraquíes el 31 de agosto de 2010: "La misión de combate ha llegado a su fin. De las cenizas de la guerra puede haber un nuevo comienzo".

Pero fundamentalmente se lo dijo a los norteamericanos. A los 15 millones de desempleados, a los 32 millones que no tienen seguro de salud. A los ejecutivos de Wall Street, a los inmigrantes ilegales.

Algunas cosas cambiaron, sí. Pero pocas. Ahora, casi dos años después, el cambio le llegó a él.

Dos años después, su presidencia tiene que volver a comenzar. Tendrá que enfrentar un Congreso mucho más republicano y hostil; tendrá que negociar. Hacer cambios más que cosméticos en el gabinete. Enfrentará el riesgo de una parálisis legislativa y tendrá que reformular su agenda. Todo esto con las elecciones presidenciales de 2012 emergiendo en el horizonte casi como una amenaza.

Pero puede ser el cambio que necesita ahora que la magia y la retórica inspiradora se han agotado.

Tres cosas tiene a favor: la historia, la incógnita que presenta el Tea Party y la oportunidad de compartir la responsabilidad.

En la historia puede encontrar las lecciones de algunos de sus antecesores: puede ser un Clinton o un Reagan, y convertir la derrota en oportunidad. Reagan lo hizo en 1982, cuando enfrentó una debacle electoral similar. Y Clinton lo hizo en 1994, cuando la revolución republicana barrió el mapa político del país. Ambos lograron la reelección dos años más tarde. Ayer, en su discurso, Obama dio muestras de querer seguir ese camino: tender una mano, negociar, buscar consensos.

En el surgimiento del Tea Party puede encontrar la oportunidad de volver a conquistar el electorado de centro. Puede capitalizar la división y el desconcierto que crea el sorpresivo surgimiento del movimiento dentro de las entrañas mismas del Partido Republicano.

Y en la responsabilidad compartida puede encontrar la manera de llevar adelante algunas de las reformas que tanto necesita el país. No es ninguna novedad que el poder trae responsabilidad. Para Obama, significa que a partir de ahora también los republicanos tendrán que rendir cuentas a los votantes. Ellos se lo exigirán: ése fue el contundente mensaje de las urnas anteayer. Como nadie, el presidente sabe que el cheque en blanco de los votantes es efímero. Ahora los republicanos tendrán que dejar de mirar desde afuera y aunar esfuerzos para terminar de sacar al país de la depresión, tanto económica como anímica.

Posiblemente, sólo posiblemente, sea éste el nuevo comienzo que tanto necesita Obama.

LOS GANADORES
Marco Rubio
Senador electo por Florida

El cubano-estadounidense de 39 años ganó una banca al Senado por Florida y se convirtió en el hispano estrella del Partido Republicano.

Rand Paul
Senador electo por Kentucky

Una de las nuevas estrellas del Tea Party, anunció que está listo para organizar un bloque del movimiento en el Congreso.

Líder demócrata en el Senado
Harry Reid

Ganó una durísima elección en Nevada contra una fuerte candidata del Tea Party y continuará siendo el jefe de la bancada demócrata en el Senado.

LOS PERDEDORES Nancy Pelosi
Representante demócrata

La veterana legisladora mantuvo su escaño por California, pero perdió la presidencia de la Cámara de Representantes a manos de John Boehner.

Meg Whitman
Candidata a gobernadora

Los casi 120 millones de dólares que invirtió la ex ejecutiva republicana en su campaña no le alcanzaron para suceder a Arnold Schwarzenegger en California.

Carly Fiorina
Candidata a senadora

La ex ejecutiva de Hewlett-Packard fue una de las candidatas con mayor perfil del Partido Republicano, pero no pudo derrotar a la candidata demócrata Barbara Boxer en California

Christine O´Donnell
Candidata a senadora

Una de las figuras ascendentes del Tea Party, sufrió una dura derrota en Delaware luego de sus polémicas declaraciones sobre temas sexuales.

Charlie Crist
Candidato a senador

El gobernador de Florida fracasó en su intento de obtener un escaño en el Senado como independiente. Fue derrotado ampliamente por Marco Rubio.