¡Bravo, WikiLeaks!
El Heraldo, Tegucigalpa
Internet, la informática, está potenciando la transmisión de información que es, precisamente, una característica esencial del mercado. El lucro, el servicio a la comunidad, surge de esta capacidad informática de encontrar, por ejemplo, un avance tecnológico y, al mismo tiempo, un grupo de personas que podrían mejorar con él.
Pues WikiLeaks es otra página web. En tanto no haya obtenido la información violentamente (como en un robo con armas y amenazas), lo que es inmoral, debemos apreciar su trabajo. ¿Pero qué trabajo?
En el mercado cuando, por ejemplo, unos empresarios necesitan una máquina para poder producir y lucrar, la demandan provocando un aumento de precio. Esta información transmitida a través del precio lleva a producir más máquinas para los empresarios. Así se realizan voluntarios y pacíficos acuerdos entre las partes.
Por el contrario, las "transacciones" estatistas son imposiciones coactivas. Por caso, impone (vía monopolio de la violencia) precios máximos que impiden esa informática y desalientan a los fabricantes de máquinas. Así, en el mercado las transacciones son voluntarias y en el estatismo son violentas y reniegan de esa función transmisora de información porque las decisiones (por ejemplo, sobre los precios) son tomadas por el poder central. Es característica del estatismo producir su propia información en contra de las personas, de aquí la necesidad de esconderla.
WikiLeaks les ha recordado a los estatistas que, cada vez, será más difícil esconder información y evitar que se haga masiva, será más difícil sostener el estatismo, sostener esquemas basados en la coacción, en la violencia que para sobrevivir necesita de información solo conocida por el poder central.
La Casa Blanca es incoherente. En 1947 crea la CIA, el primer servicio civil de inteligencia (luego vino la SIDE en la Argentina peronista de 1948), y cada vez pone más "cortinas de hierro" en las fronteras de EE UU. Pero deploró la filtración porque "pone en riesgo a gente que recurre a Estados Unidos para promover la democracia y un gobierno abierto". Luego dijeron que las filtraciones no serán toleradas. Tengo "malas noticias": esto es el principio. Aumentarán las medidas de seguridad, como el nuevo Interagency Policy Committee for WikiLeaks, pero más rápido se desarrollará la informática volteando las barreras del estatismo. Otro funcionario se quejó de que quebraría la confianza de sus amigos (otros Estados) que se preguntarán "¿Puede EE UU guardar un secreto?", pues tengo otra "mala noticia": no podrán.
El hecho de que el "perjudicado" directo sea el gobierno de EE UU (y no la URSS que escondía peores secretos), es auspicioso porque ahora la izquierda, cuando sea jaqueada por la red, no podrá argumentar que es de derecha. Los izquierdistas, que hoy proponen muchos WikiLeaks, deberían empezar por crearlos en Cuba (donde el acceso a la red está severamente restringido), comenzando por crear las condiciones: libertad para que todos puedan acceder a toda la Internet.
La incoherencia de la izquierda no es solo una cuestión de banderas, lleva una confusión ideológica importante. Mientras que, como queda dicho, Internet y WikiLeaks son transmisores de información y, por tanto, van contra el esquema de la violencia, en uno de sus tantos blogs se alentaba: "Estemos preparados para atosigar… como dijo el Che:… hagamos… muchos Vietnam". Es decir, su modus vivendi que es la violencia morirá, precisamente, en la medida en que Internet, la informática, crezca.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute de Oakland, California.
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