Paraguay: Hugo Chávez solo pretende usarnos

Digo que no les quedan argumentos políticos válidos porque está plenamente demostrado que Chávez es un agresor consuetudinario de la democracia, y que el Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático en el Mercosur, suscrito a pedido expreso del Paraguay en 1998, establece en su primer artículo que “la plena vigencia de las instituciones democráticas es condición esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Partes”.   

Los insólitos amigos que le aparecieron a Hugo Chávez en Paraguay sostienen entonces que lo importante es el formidable socio comercial que nos perderíamos si el Senado rechaza el Protocolo de Adhesión de Venezuela al Mercosur. Ahora bien, nuestro país no tiene ningún impedimento en comerciar con el mercado venezolano, puesto que a fines de 2004 ambos suscribieron el Acuerdo de Complementación Económica Número 59 (ACE 59), en el ámbito de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

Es cierto que el Protocolo de Adhesión significa un paso más adelante, ya que dispone la aplicación de un Programa de Liberalización Comercial que ambos países debían negociar antes de la entrada en vigencia del acuerdo. Sin embargo, hasta el momento, Caracas no ha demostrado el más mínimo interés de avanzar en este ámbito. Es más, hasta ha aplicado medidas restrictivas paraarancelarias al ingreso de nuestros productos a su mercado.   

Es lógico que el régimen de Caracas sienta especial aversión hacia el libre comercio y la economía de mercado, que son precisamente las bases sobre las que se asienta todo el proceso de integración regional. ¿Cómo no habría de tenerlo, si permanentemente ordena y ejecuta la expropiación y la nacionalización de empresas privadas, incluidos supermercados, hoteles y hasta chacras? Entre comienzos de 2005 y el presente año, hubo más de 760 estatizaciones. Por lo tanto, ¿de qué libertad comercial estamos hablando?   

Es evidente que el autocrático mandatario de la República Bolivariana de Venezuela no tiene la menor intención de profundizar el comercio con nuestro país, sino que su único objetivo es lograr por cualquier medio que el Paraguay selle su ingreso al Mercosur para obtener legitimidad internacional, conseguir una plataforma regional que le permita ganar mayor presencia en el mundo para defender sus concepciones totalitarias y sus polémicas alianzas con regímenes despóticos, así como para hacer frente con mayor eficacia a sus críticos.   

En nuestras manos está dejarnos usar miserablemente para que otros cumplan sus oscuros planes o mantener una actitud firme, soberana y digna que dé ejemplo al mundo entero de compromiso con los valores y principios de la democracia, la libertad y los derechos humanos.