Chávez y R. Castro hablan del socialismo
El presidente venezolano avanza en el control totalitario de su país, como una maniobra dirigida a quitarle efectos reales a su derrota en las elecciones anteriores para integrar la Asamblea Nacional, en la línea del socialismo clásico a la manera de cómo se entendía en los años de la Guerra Fría. Al mismo tiempo, el líder visible de la ‘hermanocracia’ cubana admitió claramente la necesidad de eliminar los conceptos “erróneos e insostenibles” aplicados en la isla.
En septiembre pasado, los venezolanos rechazaron por 53 por ciento de los electores, el plan chavista de convertir a su país en un estado comunista. Esta derrota provocó una serie de acciones, entre ellas: las fuerzas armadas anunciaron su decisión de no permitir un gobierno opositor aunque ganara las elecciones. Hace pocos días fueron aprobadas varias leyes para crear un “Estado del Poder Popular”, con una asamblea propia, en sustitución de la Asamblea Nacional, escogida por el presidente. Chávez fue autorizado para legislar él solo por más de un año, y otras leyes casuísticas le permitirán controlar los medios audiovisuales, las telecomunicaciones, las universidades, la escogencia de catedráticos. En suma, un retroceso a la monarquía absoluta.
Por su parte, Castro habló en la Asamblea Nacional de Cuba utilizando términos muy severos, pero sobre todo realistas. Habló de rectificar, porque de lo contrario la revolución se hundirá, y de la necesidad de aplicar al pie de la letra los ajustes económicos para actualizar el socialismo cubano, basado en conceptos insostenibles “de excesivo enfoque —al cual calificó de— paternalista, idealista e igualitarista que instituyó la revolución en aras de la justicia social”. Es notorio también, porque realmente no se hubiera esperado de él, su firme llamado a desterrar la mentira, y a defender la necesidad de admitir opiniones divergentes, así como sus críticas al Partido Comunista Cubano, involucrado en acciones “que no le corresponden”.
Es irónico. Chávez trata de imponer su “socialismo del siglo XXI”, y para ello se encuentra en esa desesperada carrera por convertirse en un gobernante a la manera del norcoreano, basado —según ha dicho en numerosas ocasiones— en el modelo cubano. Pero por su parte, Castro está admitiendo con toda claridad los errores del sistema, y de hecho abriendo, aunque sea un poco, la posibilidad de mejoramiento de la vida en la isla, tanto en el campo económico como en el de la opinión diversa a la oficial. Claro está: tampoco se pueden hacer muchas ilusiones a este respecto, sobre todo en la expresión del pensamiento. Si los presos políticos siguen en las mazmorras, las palabras del menor de los hermanos Castro serán llevadas por el viento.
Chávez evidentemente teme a la disidencia de opinión, manifestada en el resultado electoral. Ello explica su cacería contra los medios informativos, contra el poder de una Asamblea Nacional no controlada por él. Se ha encargado de romper las normas de la constitución emitida a su gusto, y debido a ello todas sus medidas pueden ser calificadas como prueba de desesperación. La nueva actitud de Cuba en el campo económico también afecta al presidente venezolano, porque de hecho es adaptación a las nuevas circunstancias mundiales. Por ironía, esa concentración de poder, basado en decisiones personales, es una prueba de la preocupación causada porque cada vez se confía menos en quienes están alrededor, es decir, de la paranoia.
- 23 de enero, 2009
- 29 de diciembre, 2024
- 28 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
AOL Noticias Según los últimos datos del censo, más de 50.5 millones de...
12 de mayo, 2011- 7 de agosto, 2019
El Blog de Montaner Si de algo sirvió el invento de Hugo Chávez...
19 de mayo, 2016Siglo XXI Al comenzar la recesión en Estados Unidos muchos economistas y políticos...
24 de septiembre, 2009