Ciudad Juárez: Navidad en medio de la narcoguerra

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En Ciudad Juárez, México la zona limítrofe más importante con Estados Unidos, las celebraciones decembrinas no tienen el ánimo festivo de años previos ya que los habitantes temen salir a la calle.

La mayor parte pasará la Noche Buena en casa y por lo pronto, en estos días, miles de juarenses han ido a la vecina ciudad de El Paso, Texas, para hacer compras, en tumultos tales que tardan hasta cuatro horas para cruzar la línea fronteriza. Se estima que gastarán más de 2,400 millones de dólares en el comercio paseño.

Patricia, promotora cultural y activista comunitaria, al igual que la mayor parte de la población ya no quiere salir a la vía pública sólo para actividades estrictamente necesarias. Ella y su marido han decidido ir al Distrito Federal a pasar las fiestas con sus parientes.

"Esta temporada no será de felicidad para la mayoría", dijo Patricia, quien reside desde hace 20 años en esa urbe fronteriza. Afirma que sabe que vive en la época decembrina más por el frío invernal que por la emoción festiva de la temporada.

El cuerpo de bomberos inició una campaña para recaudar hasta ahora juguetes y logró 8,400, que reparte entre niños de escasos recursos. La semana pasada, un ciudadano de El Paso les regaló 200 bicicletas.

En el municipio de Praxedis, que se hizo famoso porque su jefa de policía, Marisol Valles, cuenta apenas con 21 años de edad, ha suspendido el baile público anual, según reportó el secretario del ayuntamiento, Andrés Morales. Las celebraciones típicas como las posadas y los convivios en escuelas y lugares públicos no han tenido lugar ya que como lo dice Morales "el 2010 termina con un balance a la baja".

Incluso, el paso de los migrantes mexicanos radicados en Estados Unidos, quienes en esta temporada van a pasar las fiestas en sus sitios de origen ha tenido una disminución del 15 por ciento, reportó el diputado federal priísta Héctor Pedraza Olguín, integrante de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios.

Otro factor que provoca esta discreta celebración es la crisis económica. Un 76 por ciento de encuestados por el diario El Universal consideró que están siendo afectados por la carencia de dinero.

No obstante, el 92 por ciento de los consultados indicaron que les gustan estas fiestas. Por ello, en el calor de hogar, el convivio navideño será dentro de los hogares, sin mayor contacto físico con el exterior.

Una joven exclamó:

Recuerdo algunos años atrás cuando aún podíamos salir libres sin miedo a lo que nos fuera a pasar, cuando nuestros padres no tenían que preguntar a donde vamos, con quien vamos, a qué horas regresamos, si traemos el celular, simplemente salíamos corriendo de la casa y desde la puerta gritábamos ¡YA ME VOY! Y si nos oyeron bien y si no también, era tan hermoso ser un mocoso de 12 años diciendo tontería y media con sus amigos mientras caminábamos por el fraccionamiento ¡A las 3 de lamañana! Y sin embargo no había problema, los padres no tenían que estar marcando cada 30 minutos para saber si estamos bien, era suficiente salir al porche y chiflar para que los oyéramos y sabían que ya íbamos en camino sin necesidad de estar esperándonos en la puerta.

Cuando de niños nos preguntaban que queríamos ser de grandes, de que viviríamos, como queríamos vivir y algunos contestaban que querían ser bomberos, otros decían doctores, abogados el masexcéntrico quería ser astronauta. Pero bueno eso como dije son recuerdos, cosas del pasado o como diría un amigo cosas del verbo "ya no".

Es deprimente ver a mis vecinitos de 7 y 9 años jugando a ser narcos a quien es de la línea y quién no. Ahora las respuestas clásicas de los niños a que quieren ser de grandes son casi sacadas de alguna comedia trágica donde todos quieren ser narcos o federales que en estos tiempos es prácticamente lo mismo. Ver como un niño de 8 años puede estar en fiestas y andar caminando por la calle con una caguama en una mano y un cigarro de marihuana en la otra, mientras que antes la mariguana era cosa que solo oíamos en los noticieros y en clases de orientación sobre prevención de drogadicción".

TRANQUILIDAD EN TIJUANA

En Tijuana, la principal frontera mexicana, se respira un ambiente de tranquilidad. Los ciudadanos transitan en las calles en un ambiente de seguridad, aunque constantemente se ven a militares fuertemente armados, que vigilan la urbe, al igual que grupos policiacos con entrenamiento especial. Y es que en años anteriores el área fue conmocionada durante al menos una década y media con una alta tasa de crímenes de alto impacto provocados por el crimen organizado.

Juanita, quien vive en la populosa La Mesa, dijo que lo que obtuvo de aguinaldo en la maquiladora donde trabaja, del equivalente a 150 dólares, lo destinara para comprar regalos para sus tres hijos y que en la Nochebuena harán una buena cena, con baile. Dice que su barrio en este momento está tranquilo, cuando hace apenas dos años era muy difícil salir, sobre todo, en la noche ya que esa región era afectada por los narcos.

Los Aleman, residentes del fraccionamiento Playas, en la salida a Ensenada, se encuentran en una buena situación económica debido a su negocio de importación y exportación de la esposa y de comunicador de el jefe de familia.

Con ellos irán parientes y amigos a celebrar la noche del 24.

En ese mismo sitio, de clase media alta, Elizabeth la pasará mal. Ella es migrante sudamericana, quien se encuentra sin empleo, sin dinero y lo peor: su casa se inundó por las fuertes lluvias de tres días en esa ciudad fronteriza. Ella, sumida en la depresión, dice que el próximo día 24 dormirá temprano. No quiero vivir esa realidad difícil ya que, además, en días pasado escapó de ser secuestrada, aunque los delincuentes sólo le arrebataron el bolso y ni siquiera tiene dinero para retornar a su país.