Escuelas Económicas (V)
El Periódico, Guatemala
(Parte IV)
La Escuela “Económica” Marxista: Karl Marx fue un filósofo, historiador, politólogo, sociólogo y frustrado economista, cuyo gran mérito fue analizar la sociedad desde un punto de vista que combinaba la historia con la sociología y con la economía. Eso sí, Marx el economista choca con Marx el historiador y sociólogo, ya que su propuesta económica se basa en una tesis sobre el valor-trabajo equivocada, y descarta el rol que juegan en la economía la propiedad privada y el rol del emprendedor; es esta una de las razones del por qué las profecías marxistas nunca se han cumplido.
La tesis marxista está construida sobre el materialismo histórico y el materialismo dialéctico, que no son compatibles con la Ciencia Económica. A su favor, Marx fue un gran científico social cuyas enseñanzas influyeron en la socialdemocracia, pero también, en nombre del progreso humano han causado –y siguen– más muertes y miseria que ningún otro personaje en toda la historia de la humanidad, según el historiador Robert Downs.
Marx se consideraba a sí mismo como un profeta –a pesar de oponerse a la religión en general– cuyas enseñanzas no debían someterse a ningún examen científico. Por el contrario, con el fin de darles fuerza se apoyaba en slogans como: Trabajadores del mundo, uníos; No tienen nada más que perder que sus cadenas; La dictadura del proletariado, y muchísimos más.
Marx calificaba de “científicos” sus aportes a la Economía, pero ninguno de ellos soportó el rigor de la prueba científica, llevando al sistema marxista a la implosión que vivimos en 1989 –caída del Muro de Berlín– y la caída de la URSS en 1991. China tuvo la suerte de abandonarlo como sistema económico en 1979, aunque lo mantienen como sistema político.
Marx publicó el primer tomo de Das Kapital, pero Engels tuvo que publicar los siguientes dos tomos tratando de explicar las inconsistencias del primero. Para Marx la contribución del capital como factor de producción era equivalente a la tasa de “explotación” del factor trabajo, como si el capital no fuera un bien escaso. Marx obvió el hecho que el capital no solo beneficia al “capitalista” –término originado por él– sino también eleva el producto marginal del trabajador y por ende los salarios reales.
Durante la segunda mitad del siglo XIX la economía se debatía entre dos tesis opuestas, sobre si los costos determinan los precios o viceversa. En otra columna fuera de esta serie trataré de explicar con ejemplos la Teoría del Valor. En 1871, simultáneamente Stanley Jevons (1835-1882) en Inglaterra, Leon Walras (1834-1910) en Francia, y Carl Menger (1840-1921) en Viena descubren el principio de la Utilidad Marginal: Los precios y los costos (precios de los factores intermedios) son determinados por la demanda del consumidor final y de acuerdo a la contribución marginal de cada factor de producción (tierra, capital y trabajo).
Este descubrimiento, hoy conocido como la Revolución Marginalista, vino a perturbar las enseñanzas de Smith, Ricardo y especialmente Marx, dando inicio a la Ciencia Económica moderna en todas sus escuelas, como veremos a continuación. De allí en adelante las diferencias más importantes las encontramos en la Teoría Monetaria y ya no en la Teoría del Valor.
Unos pocos años más tarde, John Bates Clark (1847-1938), de la Universidad de Columbia, perfeccionó el modelo que prueba que en condiciones competitivas, cada factor recibe su producto marginal.
Sigue la serie pero primero les deseo muy Feliz Año 2011.
- 23 de enero, 2009
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