Sarah Palin lo advirtió

Diario Las Americas

Hay que pedirle excusas a Sarah Palin. Cuando ella dijo que la nueva ley de cuidado de salud nos llevaría a “paneles de la muerte” que decidirían quién recibe o no tratamientos para salvarle la vida, ella fue censurada y ridiculizada.

Ahora nos enteramos, a través de uno de los que la puso en ridículo –The New York Times—que ella tenía razón. Bajo una nueva política no incluida en la ley por miedo a que quedaran al descubierto las verdaderas intenciones de la Administración en cuanto al final de la vida, una regulación emitida por el Dr. Donald M. Berwick, recientemente nombrado administrador de los Centros para servicios del Medicare y Medicaid, estipula que el gobierno pague médicos que aconsejen a los pacientes sobre las opciones al final de sus vidas. Estas pudieran incluir instrucciones para evitar tratamientos intensivos que pudieran prolongar sus vidas.

Esta regla inevitablemente llevará a los burócratas a decidir quién está “apto” para vivir y quién no. El efecto que esto pudiera tener en la opinión pública, que en sólida mayoría se opone al “Obamacare” (N.R. nombre que popularmente se le ha dado a la ley), está claro en un correo electrónico obtenido por el Times. Es del Representante Earl Blumenaver (Demócrata de Oregon), quien se lo mandó a la gente que está trabajando con él en eso. Oregon y Washington son los únicos estados con leyes de suicidio con ayuda, un adelanto de lo que vendrá si esta nueva regulación se permite. Blumenaver escribió en su correo electrónico de noviembre: “Aunque estamos muy contentos con el resultado, no vamos a estarlo proclamando a viva voz, porque todavía hay peligros. Esta regulación pudiera ser modificada o revertida, especialmente si los líderes Republicanos tratan de usar esta pequeña medida para perpetuar el mito de “los paneles de la muerte”.

Ah, pero no es un mito, y ahí es donde Palin estuvo en lo cierto. Todas las medidas inhumanas empiezan con pequeños pasos; de lo contrario el público pudiera rebelarse contra una política que fuera directamente a la “solución final”. La vida humana se consideraba algo valioso, porque hasta el gobierno la veía como “dada por nuestro Creador”. Esta doctrina nos separa de las plantas, los microorganismos y los animales.

Antes, los médicos hacían un juramento que, en parte dice: “Yo no daré una droga letal a nadie si se me pidiese, ni aconsejaría hacerlo; y similarmente, yo no daré un pesario a una mujer para causar un aborto”. ¿Hizo alguna vez el Dr. Berwick, un admirador del cuidado racionado y del sistema de salud británico, ese juramento? Si lo hizo, parece que ya no cree en él.

¿Ven para dónde vamos con esto? Primero se elimina la prohibición al aborto y los “doctores” ahora los practican. Luego comienza el ataque contra los débiles y los ancianos. Una vez que cambia la definición de la vida humana, todas las vidas humanas son potencialmente prescindibles si no se ajustan a los estándares del gobierno que “evolucionan” constantemente.

Todo esto se adornará con los mejores motivos posibles y será vendido al público como el mejor beneficio. Los asesinatos, mejor dicho, terminaciones de la vida, se llevarán a cabo fuera de la vista del público para no perturbar a las masas que todavía pudieran tener unas cuantas ascuas de su pasada moralidad ardiendo en sus corazones. La gente firmará documentos expresando su deseo de morir y el gobierno verá esto como un medio de “reducir el exceso de población”, como dijera Charles Dickens.

Cuando la vida se ve como algo de valor, los individuos y sus médicos pueden tomar decisiones sobre tratamientos que sean del mejor interés de los pacientes. Pero cuando el gobierno está tratando de recortar gastos y ofrece pagarles a los médicos para que durante sus visitas anuales les digan a los pacientes que pueden optar por poner fin a sus vidas en vez de continuar un tratamiento, esto es ya demasiado. Ese es el próximo paso para llegar al suicidio con ayuda médica y, si no se detiene, a la eutanasia ordenada por el gobierno.

¿No puede pasar aquí? ¿Basado en qué norma? Sí, esto puede pasar en los EE.UU. y sucederá si los Republicanos en el Congreso no lo paran.

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