Un prelado venezolano delata a Hugo Chávez

Ninguno de los regímenes bolivarianos tiene buena relación con la Iglesia Católica de su país. Absolutamente ninguno. Como buenos marxistas que son, consideran a la Iglesia Católica como peligro y parte del mundo que ellos mismos están empeñados en derrumbar.

Curiosamente, los Presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Venezuela, Hugo Chávez, tienen hasta un abierto antagonismo personal con el respectivo Cardenal de la Iglesia Católica local. En el caso del caribeño, ella se remonta hasta algo antes de que Chávez llegara al poder en su país, en 1998.

 

El sandinista y bolivariano Daniel Ortega está -él también- enfrentado duramente con la Conferencia Episcopal de Nicaragua, a la que ataca y persigue sin pausa. Rafael Correa, por su parte, es apenas levemente más perspicaz y algo más educado. Por ello, disimula un poco mejor (aunque no demasiado) su absoluto desdén por la Iglesia Católica ecuatoriana.

 

Casi todos los prelados católicos de la región tienen la dosis de coraje que la investidura requiere y no se quedan callados cuando creen que deben hablar. Por ello advierten públicamente sobre lo que está ocurriendo en sus respectivas jurisdicciones. Advertencia que normalmente llega a su feligresía local y al mundo entero, gracias a Dios.

 

El excelente Cardenal venezolano, Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, acaba de señalar algo que -por lo que significa- no puede pasar desapercibido. En una entrevista de televisión conferida a un canal privado, sostuvo que “no tiene la menor duda” que Hugo Chávez avanza hacia una dictadura de naturaleza comunista. Ante la pasividad de la región toda.

 

Por eso el alto prelado de la Iglesia Católica advierte expresamente al ex militar golpista venezolano que tiene una “responsabilidad grandísima ante la historia y ante Dios” por lo que está imponiendo al pueblo venezolano. Además sostuvo que Chávez “está al frente de un régimen comunista, porque él mismo lo dijo hace varios meses”. Así de claro.

 

Al mismo tiempo, el Cardenal Urosa rechazó expresamente la alternativa de la violencia, “porque (ella) no es el camino y es totalmente dañina para el pueblo que la practica”, alentando, en cambio, a construir una “resistencia pacífica, que no quiere decir pasiva”. A lo que agregó asimismo que el episcopado venezolano es independiente, tanto del gobierno autoritario de Chávez, como de la oposición.

 

Es obvio que no puede esperarse que ni Telesur, ni la prensa adicta a nuestro gobierno difundan los dichos del Cardenal Urosa. Que describen la realidad venezolana. A esto cabe agregar -por cierto- que las relaciones del matrimonio Kirchner (compañero de ruta de los bolivarianos) siempre fueron malas con nuestro Cardenal Bergoglio. A punto tal, que despreciando por conveniencias personales el protocolo oficial y la liturgia tradicional de la celebración de la independencia, cada 9 de julio huyeron del Te Deum de acción de gracias de la Catedral de Buenos Aires, para no tener que escuchar a Bergoglio desde el púlpito. Actitud pequeña que la crónica está registrando, año a año.

 

Venezuela ha salido del sendero de la democracia. La Organización de Estados Americanos y su ineficaz Secretario General, han elegido ignorarlo argumentando que carece de las herramientas necesarias para reaccionar. Así se escribe la historia.

Emilio J. Cárdenas, Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas