Perdón por molestar
La Vanguardia, Barcelona
Primero pedir disculpas. ¿A qué viene meter el dedo en el ojo, justamente ahora que estamos disfrutando de un momento culé tan orgásmico? Quizás tocaría emular al gran Pàmies en sus artículos, o elevar una merecida laudatoria a estos tres grandes del deporte rey, cuyo origen de cantera los convierte en míticos. Xavi, Iniesta, Messi, tanto monta en el reino de la seriedad profesional, la genialidad individual y el espíritu de equipo. Son, sin duda, un triunvirato que inspira orgullo porque aúna todo lo positivo que puede tener el fútbol: grandeza deportiva, generosidad en el campo y humildad personal.
No tengan, pues, ninguna duda, me siento feliz con este Balón de Oro a seis pies y creo que el momento deportivo que está viviendo el Barça es de tal calado histórico, que no se repetirá en muchas generaciones. El tema del artículo, por tanto, no es el central de estos días, sino uno colateral que nace a tenor de un comentario de Joan Julivert en Els matins de TV3. Decía el periodista, con razón, que la tríada de oro del Barça representa el buen trabajo de la Masia y, dados los orígenes diversos de los tres –Argentina, Fuentealbilla y Catalunya–, también representa la capacidad catalana de gestionar la complejidad. Cierto, pero con una salvedad significativa y dolorosa: el único que habla catalán es el que tiene origen catalán.
Es decir, a pesar de que tanto Iniesta como Messi llegaron al Barça con 13 años y fueron escolarizados en catalán, no han necesitado usar el catalán en la vida. Ni tan sólo parece que lo sepan hablar ¿Ocurriría lo mismo si llevaran toda su vida adulta en París, o en Madrid (y no fueran castellanohablantes) o en cualquier otro lugar? Es evidente que no, lo cual, aparte de dejar por los suelos las mentiras que sobre la inmersión lingüística dicen los ínclitos brunetes, nos recuerda algo brutal: sin el castellano no se puede vivir en Catalunya; sin el catalán, no hay ningún problema.
No sólo es incierto lo que aseguraba el conseller Ferran Mascarell a Helena García Melero, que el catalán está fantástico, sino que es más cierto que pierde espacios de dominio, pierde calidad y fracasa masivamente como lengua de uso entre la inmigración. Se podría aducir que casos como los de Iniesta y Messi no son significativos, ya que se trata de deportistas de élite cuyo objetivo no es hablar idiomas. Algo así debe de aducir Cruyff cuando perpetra su esotérico castellano. Pero no vale, porque si un deportista tiene que dedicarse a su profesión, un inmigrante sin recursos tiene que dedicarse a sobrevivir, y en ambos casos, el catalán sirve para muy poco. Ni es idioma de prestigio, ni es necesario, ni es exigible.
Por ello no lo hablan los Messi y los Iniesta, ni tantos miles que viven en Catalunya. Es una cuestión atmosférica: dedicados a sus cosas, saben que no hace falta perder el tiempo con nuestro idioma.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
El autor presentará su último libro "El atroz encanto de ser argentinos 2"...
5 de mayo, 2007Por Armando Ribas Diario Las Americas Las próximas elecciones en Estados Unidos, en...
31 de octubre, 2008Por Kathryn Westcott BBC Mundo A las doce en punto del mediodía de...
1 de marzo, 2007- 18 de enero, 2013