El récord violento de las izquierdas
No bien se había esfumado el humo del arma de fuego de Laughner en su masacre del 8 de enero pasado cuando los izquierdistas de este país, atrincherados en sus bastiones de la llamada “main stream media” ya habían lanzado sus ataques, algunos repulsivos y por supuesto calumniosos diciendo que el crimen lo había perpetrado un derechista o conservador.
A las pocas horas después, cuando la información sobre el atacante empezó a salir se fue comprobando que el tipo en cuestión era un desquiciado a quien parece que sus lecturas del libro de Carlos Marx, “El Manifiesto Comunista,” y de Adolfo Hitler le habían indigestado el cerebro. Algunos de sus compañeros de escuela lo recordaban como un desequilibrado con ideas anarquistas y socialistas. Entre toda la información no había por donde agarrar una idea, o un pensamiento conservador que lo hubiera impulsado a cometer su deleznable crimen. El papelazo de los liberales y sus allegados de la extrema izquierda había rebasado todos los límites.
En este aspecto la izquierda americana, y la de muchos otros países adolecen del defecto de la proyección psicológica que consiste en acusar o proyectar en sus adversarios lo que ellos han hecho o quisieran hacer, técnica esta muy usada por Castro. Y decimos esto porque en este país el récord de violencias llevadas a cabo por la izquierda intransigente dogmática supera enormemente a las perpetradas por las derechas. Veamos.
Hace ya un poco más de un siglo, un anarquista inspirado por Emma Goldman asesinó al presidente McKinley. Esta Goldman es hoy en día uno de los ídolos del feminismo académico. El amante de Goldman, Alejandro Berkman trató de asesinar a un destacado capitalista, Henry Clay Frick. Más tarde en el siglo no nos olvidemos de las bombas asesinas del grupo llamado “Weathermen” y de las “Panteras Negras.” Uno de los miembros del grupo de los “Weathermen” fue el famoso Bill Ayers quien como sabemos ejerció gran influencia intelectual y política sobre el actual presidente.
Este sujeto, Ayers, logró eludir que lo procesaran judicialmente y es bien conocido, y escrito que él se autoproclamaba “culpable sin dudas, pero libre como un pájaro.” Su esposa Bernardin Dohrn sí fue procesada por los actos de violencia de Ayers y tuvo que cumplir penas de encarcelamiento.
Fueron los radicales de color los que pistola en mano se apoderaron de la Universidad de Cornell en 1969 mientras en ese mismo año el SDS, (la Sociedad de Estudiantes Democráticos) y los “Weathermen” escenificaron los disturbios llamados “Días de Rabia”. No nos olvidemos tampoco los disturbios raciales de Watts en 1965 y en 1968 en Los Angeles y en el resto de la nación. En estos estaban las manos de los izquierdistas
Ya a la gente se les ha olvidado los disturbios durante la Convención Nacional Democrática en Chicago en 1968. Al presidente Kennedy no lo asesinó un derechista conservador sino un comunista redomado, L. Harvey Oswald, mientras que a Robert, el hermano del presidente, fue muerto a tiros por un palestino radical, a quien por sus ideas no se le puede endilgar el traje de conservador. En los años 70 Patty Hearst, la heredera de la fortuna de los Hearst fue secuestrada y obligada a llevar a cabo varios asaltos armados por la organización violenta izquierdista llamada “El Ejercito Simbionitico de Liberación.
Seguimos: Fue ese grupo el que inspiró a Sara J. Moore para que asesinara al entonces presidente Gerald Ford. Este atentado fracasó. Mas tarde, unas solas semanas, otra izquierdista trató también de asesinar a Ford. La cosa no se acaba aquí ya que un congresista, Leo Ryan, fue asesinado por otro izquierdista. ¿Y qué se dice de aquellos miembros del grupo terrorista de Puerto Rico, el FALN que el presidente Clinton perdonó? ¿Y de la activista radical izquierdista Rosemberg que mató a dos policías y a un guardia de seguridad en un robo perpetrado en 1981? Más tarde cuando se le ofreciera una cátedra en una universidad, el escándalo público fue tan grande que tal ofrecimiento tuvo que ser retirado.
Y ¿para que seguir? Baste añadir los disturbios en Seattle en 1999 en contra de la reunión de la Organización Mundial del Comercio, y las protestas en contra de la guerra y el expresidente Bush. Ahí no se vio a un solo conservador. Y con respecto a Bush, la izquierda llegó a hacer una obra de teatro y una película en donde se le asesinaba… ¿No es esto una manera de incitar al crimen? En fin, quiénes son entonces los maestros y practicantes de la violencia?
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