El club de los dictadores

Tal Cual Digital

El club de los dictadores informa que, por desórdenes vergonzosos provocados por una pequeña minoría e impulsados ¡cuándo no! por agentes externos, se ve en la imperiosa necesidad de cerrar provisionalmente sus puertas.

Durante este tiempo de retiro táctico-espiritual, nuestros socios quienes, gracias a elecciones trucadas o golpes de Estado salvadores de la patria, han permanecido en el poder por varias décadas o el tiempo que ellos consideran necesario, examinarán en secreto y con atinado juicio las últimas revueltas y tomarán las medidas pertinentes.

El club de los dictadores notifica igualmente que los camaradas Kim Jong-il y los hermanos Castro han enviado mensajes de tranquilidad y sosiego a los jóvenes integrantes que residen en Latinoamérica, exhortándolos a mantenerse en sus puestos.

Ellos sospechan que los sucesos actuales en el Medio Oriente podrían ser una invención mediática de CNN y de Al Yazira, en función de oscuros intereses, que dentro de unos días serán revelados.

No obstante, aconsejan a los poseedores de franquicias en países latinoamericanos ­en particular a algunos de los asociados al grupo ALBA­ tomar medidas urgentes, que dejen una clara impresión en el mundo de que en sus respectivas sociedades se cumple estrictamente con los derechos humanos, se respalda la libertad de expresión, se protege el derecho de asociación sindical y de huelga, y se administra justicia con el mayor celo, de modo que las sentencias son impartidas sin menoscabo del derecho a la defensa y sin intervención del Ejecutivo, lo que les evitaría odiosas denuncias en organismos internacionales.

El club de los dictadores admite que atraviesan tiempos tormentosos, y que la exagerada omnipresencia de nuevos medios de comunicación, como Internet, Facebook y Twitter se han convertido en factor de perturbación de la paz ciudadana, desencadenando molestia e irritación en la población, que en muchos casos los lleva a incitar temibles protestas frente a los gobernantes con tal grado de violencia que amenaza la estabilidad de sus privilegios de gobernantes.