Ronald Reagan, un JFK republicano

BBC Mundo

Washington. – Ronald Reagan es más citado, más seguido y más querido hoy, cuando se celebran los cien años de su nacimiento, que en 1988 cuando salió de la Casa Blanca.

El ex presidente republicano tenía en ese entonces un 54% de popularidad y un 44% de rechazo, mientras que hoy alcanza el 74%, según datos de la encuestadora Gallup.

Pero tras su muerte en 2004, Reagan ha ido adquiriendo un aura mitológica que lo ha convertido en el equivalente republicano de John Fitzgerald Kennedy, el mandatario demócrata más popular del siglo XX.

Los conservadores hablan con admiración de los años de la "Revolución Reagan" (1980-1988) y apelan a la memoria del ex presidente para reforzar sus exigencias de gobiernos menos intrusivos, más responsables fiscalmente y más determinados en seguridad nacional.

Todo republicano aspirante al liderazgo dice seguir el legado del actor-líder sindical devenido en gobernador y luego presidente. Hasta el presidente Barack Obama se ha referido a Reagan como modelo de trabajador bipartidista y de eficaz líder mundial.

Fetiche político

Para Ron Reagan, hijo del presidente y su segunda esposa Nancy, la fascinación que algunos conservadores sienten por la figura de su padre es "una veneración fetichista", como dijo en una reciente entrevista con The Washington Post.

La elevación a los altares conservadores se debe en parte a la carencia que tendrían los republicanos de figuras presentables e inspiradoras, como lo es la de Kennedy para los demócratas.

"Todos profesan que Reagan es un elemento importante en su crecimiento político (porque) Reagan fue un presidente conservador exitoso en una manera que anteriores presidentes republicanos no lo fueron", aseguró Frank Donatelli, asesor del ex presidente.

Palin habló sobre el discurso "Tiempo de Elegir" que ofreció Reagan en 1964, en el que habló sobre los peligros de altos impuestos y gobiernos "socialistas" que consideraba que amenazaban con borrar el legado de los padres fundadores estadounidenses, algo muy similar a las actuales preocupaciones conservadoras.

Aunque algunos rechazan que a Reagan se le identifique con el Tea Party, la ex gobernadora aseguró que este habría rechazado cosas como la ley del sistema de salud o las regulaciones establecidas por Obama sobre el sector privado.

Mitos y leyendas

Para Peter Hannaford, quien perteneció al equipo de escritores que trabajó en las campañas de Regan en 1976 y 1980, darle una "dimensión real" a la figura de Reagan es una tarea, por ahora, imposible.

"Él ha entrado ahora a la mitología. Y con ese paso lo positivo se refuerza más y más, y los detalles de lo que funcionó bien y lo que no funcionó se disipan. Particularmente las cosas que no funcionaron", aseguró Hannaford.

Los modernos conservadores, con Palin a la cabeza, ven a Reagan como su apóstol en la causa de los bajos impuestos, y aunque este recortó algunas tasas, bajo su presidencia se realizó la última gran reforma impositiva que implicó el aumento de muchos tributos.

Se "añora" los viejos tiempos de supuesta mayor sanidad en las cuentas públicas, pero entre 1980 y 1988 la deuda estadounidense subió de US$ 712.000 millones a US$ 2.000.000 de millones. La Casa Blanca con Reagan nunca presentó un presupuesto balanceado.

En 1983 Reagan propuso la Iniciativa de Defensa Espacial, ridiculizada por sus oponentes como la "Guerra de las galaxias", y tenía un discurso fuerte en materia de seguridad nacional, sin embargo era partidario de abolir las armas nucleares.

En cuanto a su respeto a la institucionalidad, su presidencia estará siempre vinculada al escándalo Irán-Contras, un esquema mediante el cual EE.UU. vendía secretamente armas a su enemigo Irán (prohibido por el Congreso) y daba la ganancia a la Contra que atacaba a los sandinistas de Nicaragua (algo también ilegal).

Incluso en materia migratoria, los conservadores de hoy que reclaman controles más estrictos a la entrada de extranjeros parecen no recordar la amnistía declarada por Reagan en 1986 que permitió la regularización de casi 3 millones de personas.

Vencedor de la Guerra Fría

En 1980 Reagan sucedió en la Casa Blanca al demócrata Jimmy Carter, a quien venció gracias a la confluencia de una crisis económica y el deterioro del ya golpeado prestigio estadounidense tras el errático manejo del secuestro de la embajada en Teherán, al inicio de la revolución islámica iraní.

Apenas cuatro años antes, su predecesor republicano, Richard Nixon, avergonzó a la institución al ser el primer gobernante en ser destituido por un juicio político, consecuencia del escándalo de espionaje en las oficinas del partido demócrata en el edificio Watergate de Washington.

En cambio los seguidores de Reagan aseguran que, con todo y el escándalo Irán-Contras, el presidente número 40 "recuperó la majestad presidencial", puso al país en una senda de recuperación económica y "ganó" la Guerra Fría con la Unión Soviética.

Esa aureola de "guerrero" quedó sellada en uno sus discursos más famosos, dado el 12 de junio de 1987 frente al muro de la entonces dividida Berlín, donde pidió al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, "derribar esta pared".

Cayó el muro, se unificó Alemania, y la comunista Unión Soviética dio paso a una convulsionada Rusia capitalista inspirada en el libre mercado y la competencia, los valores económicos que predicaba Reagan.

Esa filosofía, que se conoció como "reaganomics", se basaba en reducción del gasto público, rebajas impositivas, desregulación y control monetario de la inflación poniendo en práctica las tesis liberales de la llamada Escuela de Chicago.

Aunque al final de la era Reagan la economía estaba en mejor forma, con menos inflación y más empleo, para muchos marcó el inicio del declive del poder adquisitivo de la clase media estadounidense y de grandes beneficios para las corporaciones.

Son críticas que hace solo el sector liberal, porque esa doctrina económica de Reagan, con ligeras modificaciones, se ha convertido en la base programática del partido Republicano.