La Argentina y su incertidumbre electoral

El Imparcial, Madrid 

Es opinión compartida entre analistas que Cristina Fernández de Kirchner no se postulará para ser reelecta en los comicios del 23 de octubre a no ser que los sondeos le garanticen una victoria rotunda. En verdad, nadie la imagina sometida a un ballotage. De modo que, muerto Néstor Kirchner, uno de los tantos interrogantes que sobrevuelan este año electoral tiene que ver precisamente con la persona que, en caso de que ella desista, vaya a ser ungida en su reemplazo.

Las especulaciones en torno al gobernador de la provincia de Buenos Aires y servidor siempre dispuesto Daniel Scioli chocan con una realidad incontestable: el desprecio que a diario le prodigaron los Kirchner y que nunca se preocuparon por disimular. En cualquier caso, si Cristina finalmente declinara su postulación, es difícil imaginar otro candidato del Frente para la Victoria con una proyección comparable a la de Scioli.

Del lado de la oposición, una candidata firme, que ya ha presentado a su equipo de gobierno, es Elisa Carrió, de la Coalición Cívica. El radicalismo, fragmentado, tiene más de un presidenciable en puerta, empezando por Ricardo Alfonsín y algo detrás Ernesto Sanz. La izquierda no kirchnerista seguramente apoyará a Fernando “Pino” Solanas. Ya se han lanzado también (con la posibilidad, según se especula, de que terminen acordando) el ex presidente Eduardo Duhalde y Mauricio Macri, jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y sin duda el candidato más vilipendiado y temido por el oficialismo. Del impredecible senador Carlos Reutemann no se sabe nunca qué hará aunque se tejen conjeturas sobre sus probables alianzas con Macri o, en su defecto, con Scioli.

La ley 26.571 prevé internas obligatorias, abiertas y simultáneas para la fórmula presidencial y legisladores nacionales, fijando los segundos domingos de agosto como fecha. Algunos partidos quieren adelantarlas en su seno. En cualquier caso, con dichas internas terminará de despejarse el panorama y, con ello, más de una incógnita. Hasta entonces, como se ha dicho bien, sólo tendremos “precandidatos”.