México: Los destapados
Ciudad de México — "El que se mueve no sale en la foto''. Esa era la antigua regla de la política mexicana para escoger presidente. El candidato que se autodestapara diciendo públicamente que aspiraba a la presidencia, quedaba descartado en ese preciso instante. Pero los tiempos ya cambiaron. La nueva regla de la política mexicana es que quien no se mueve y pronto, no sale su foto en Twitter y Facebook, pierde terreno frente a otros candidatos y no puede llegar a la presidencia.
Las elecciones presidenciales en México son hasta julio del 2012 y se espera que los partidos políticos escojan a sus candidatos a finales de este año o a principios del otro. Sin embargo, durante los últimos días entrevisté a cinco políticos mexicanos que, según varias encuestas, son los que más probabilidades tienen de llegar a la presidencia. Y, sorprendentemente, cuatro de esos cinco me dijeron que sí quieren ser el próximo presidente de México.
Son los destapados. Esto es totalmente nuevo e inusitado en la política mexicana. Es interesante que los cuatro se destaparon en entrevistas para la televisión norteamericana y que transmitiremos próximamente por Univision. En este mundo globalizado, los medios de comunicación internacionales (como Univision) también son locales y nacionales. Y viceversa.
Esto es lo que me dijeron los "destapados''.
• A la pregunta expresa de si quería ser presidente de México en el 2012, el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador me dijo: "Sí vamos a participar''. Luego me explicó por qué. «Nosotros estamos absolutamente convencidos que el país necesita un verdadero cambio''. López Obrador considera que las elecciones del 2006 fueron fraudulentas y que él es el "presidente legítimo'' de México. El y el alcalde de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, se disputarían una candidatura única de la izquierda. "En su momento lo vamos a resolver de acuerdo a quien esté mejor posicionado; es un pacto que tenemos''.
• Al jefe de gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, le pregunté si le gustaría cambiar de oficina a Los Pinos. "Sí, por supuesto'', me contestó. "Sí lo he dicho y para eso me he estado preparando muchos años. Ahora, eso va a depender de qué resultados tenga yo en mi gestión y de qué opinen los electores. Finalmente ellos son los que deciden''. Ebrard está de acuerdo en que una encuesta decida quién será el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) o de una alianza de izquierda. La pregunta –la gran pregunta– es cuál será el universo de esa encuesta: solo partidarios del PRD o toda la población en general.
• El senador panista, Santiago Creel, perdió la candidatura de su partido en el 2006 frente al actual presidente Felipe Calderón. Pero está haciendo todo lo posible para que la historia no se repita. "Así es'', me contestó cuando le pregunté si quería reemplazar a Calderón. "Porque tengo un proyecto, un proyecto de gobierno de unidad nacional, porque tengo soluciones nuevas a problemas viejos''.
• El senador priísta Manlio Fabio Beltrones lo ha hecho todo. Trabajó con el PRI en su época autoritaria, en la transición democrática luego del año 2000 y ahora que están tratando de recuperar el poder. "El PRI aprendió la lección'', me dijo, "sabe en qué se equivocó, sabe también en qué acertó''. Y luego se preguntó: "¿Qué mexicano con la capacidad y la experiencia que pudo haber acumulado no le gustaría estar al frente de la solución de los problemas? Uno de ellos soy yo''. Y luego le pregunté: "¿Le suena bien Presidente Beltrones?'' Sonrió y contestó: "No me suena bien. Me suena excelente''. Pero primero le tiene que ganar la candidatura del partido al actual gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto.
• El único de los cinco entrevistados que no me dijo abiertamente que sí quería ser el próximo presidente de México fue el priísta Peña Nieto. Casi todas las encuestas lo colocan como el favorito. Pero aún no se quiere destapar. Prefiere esperar a que deje su puesto en septiembre. ¿Pero quiere ser presidente? "Representa un gran reto y una gran oportunidad de servir al país'', me dijo, "pero en cuanto a mi participación personal al interior de mi partido, y como eventual candidato, la tendré hasta que concluya mi gestión como gobernador''.
México vive nuevos e impredecibles tiempos electorales. El proceso para escoger presidente, al igual que el país, está siendo transformado por las redes sociales y la internet, un viejo reclamo por las enormes diferencias sociales y un explosivo malestar por la violencia. México no es Egipto. Pero existe esa incómoda sensación de que algo está a punto de estallar. Quien gane las elecciones del 2012 tiene que entender esto.
Imposible saber el desenlace electoral. Lo que sí sabemos es que los candidatos que son punteros o casi seguros ganadores al inicio del proceso, no siempre ganan. Y a los que pocos toman en cuenta al principio de la contienda –como Calderón en México y Barack Obama en Estados Unidos– a veces nos sorprenden con cierres contundentes.
Estos son nuevos tiempos en México. Ya hay cuatro "destapados''. ¿Quién sigue?
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