Cuba: Paranoia

Diario de América

La campaña es ingeniosa. No en balde, los integrantes de la Cúpula gobernante Cubana llevan más de medio siglo empleando el viejo axioma de "dividir para reinar".

A los Hermanos Castro, todo lo que se les presenta amenazador para sus designios de perpetuarse en el poder lo destruyen sin contemplaciones; y sin temor a lo que digan en el exterior.

La soberbia y arrogancia del Gobierno de la Habana se basa en que tienen todos los posibles resquicios cubiertos con una argamasa de delatores, espías e infiltrados.

Cualquier movimiento de la disidencia es vigilado y se minan sus bases con intrigas y rumores inquietantes, de integrantes sumados a las filas opositoras que siembran la duda y transforman el proyecto en un caos, donde reinan las especulaciones de uno y otro y  los demás.

Algunas tácticas son infiltrar directamente agentes en las filas de la oposición. Otras son lanzar a la población contra los activistas.

En estos momentos, luego del escándalo reciente de la revelación de dos infiltrados en la Comisión de Derechos Humanos y el grupo de las Damas de Blanco respectivamente, es sembrar rumores tan insólitos como que este último conglomerado de mujeres es peligroso.

Alarmada, la activista Martha Beatriz Roque Cabello declaró que en los colegios les están pasando a los niños "un documental de los dos espías y les dicen horrores sobre
las Damas de Blanco".

La disidente incluso precisa que en particular en la provincia de Holguín "el  terrorismo de Estado ha llegado a poner carteles en las escuelas diciendo que las Damas de Blanco iban a matar a doce niños".

Señala: "Como es natural, la gente esta aterrorizada".

La sospecha, para sembrar la paranoia entre la población de la Isla, se extiende también a núcleos en el exilio, donde agentes especializados han recibido la orden de reactivar los rumores, justamente de que hay infiltrados en los grupos de la diáspora.

Como David y Goliat, la Disidencia interna y el Exilio cubano deberán luchar una vez más en desigualdad de condiciones en esta nueva batalla contra la Fuerza del Gobierno de La Habana, que sabe que la chispa que encienda a Cuba, puede emerger en cualquier sitio de la Isla y en cualquier momento.