Demasiados interrogantes sobre Libia
En septiembre de 1941, los líderes del Japón tenían una pregunta que hacer al Almirante Isoroku Yamamoto: ¿Podía anular a la flota estadounidense anclada en Hawái? Sí, dijo. A continuación hizo una pregunta a los líderes: ¿Pero después qué?
Tras el ataque, dijo, "operaré con considerable libertad durante los primeros seis meses a un año, pero no tengo absolutamente ninguna confianza" después. Yamamoto conocía América: Había sido alumno de Harvard y había ocupado el puesto de agregado naval de la embajada de Japón en Washington. Sabía que Japón estaría en guerra con un gigante industrial enardecido. La derrota de la flota de Japón que cambió el rumbo de los acontecimientos en la Batalla de Midway tuvo lugar el 7 de junio de 1942 – seis meses exactos después de Pearl Harbor.
Hoy, ciertas voces de Washington instan a aplicar la fuerza estadounidense, de alguna forma, en defensa de la población que trata de deponer a Muammar Gadafi. Algunos intervencionistas son Republicanos, cuyo escepticismo con la capacidad de la administración pública de lograr el efecto esperado se limita a las cuestiones nacionales. Todos los intervencionistas deben de responder a unas preguntas:
– El mundo será un lugar mejor sin Gadafi. Pero ¿es ése un interés nacional estadounidense vital? Si es así, ¿en qué momento se convirtió en uno? Hace un mes, a nadie le parecía que lo fuera.
– ¿Qué parte de la violencia de Gadafi viene del aire? Incluso si su aviación es barrida del aire, ¿ello sería decisivo?
– ¿Qué lecciones deberíamos haber aprendido del hecho de que la peor atrocidad de Europa desde la Segunda Guerra Mundial — la masacre de los musulmanes bosnios de Srebrenica a manos de los serbios – tuviera lugar bajo una zona de exclusión aérea?
– El Senador John Kerry dice: "Lo último en lo que queremos pensar es en alguna suerte de intervención militar. Y yo no considero que la zona de exclusión aérea supere esa demarcación". Pero, ¿cómo se impone una zona de exclusión aérea — el uso de la fuerza militar para impulsar objetivos militares y políticos — sin intervención militar?
– Las fuerzas estadounidenses podrían dejar en tierra la aviación convencional de Gadafi destruyendo las carreteras que llegan a sus 13 bases aéreas, pero dejar en tierra los helicópteros de combate exigiría constantes patrullas aéreas, lo que exigiría la destrucción de las instalaciones de radar y los puestos antiaéreos de Libia. Si el daño colateral fruto de tal destrucción llega a incluir bajas civiles — recuerde a esos nueve menores afganos abatidos hace poco por error cuando estaban recogiendo leña — ¿estamos preparados para las imágenes televisadas?
– The Economist informa que Gadafi dispone de "un enorme arsenal de misiles tierra-aire rusos" y que algunos expertos creen que Libia tiene misiles tierra-aire avanzados SAM que podrían ser una amenaza para la aviación estadounidense o aliada. Si un piloto es derribado y capturado, ¿estamos preparados para la tragedia de los rehenes?
– Si decidimos abastecer de suministros bélicos a los insurrectos anti-Gadafi, ¿cómo podemos hacérselos llegar?
– Presumiblemente coordinaríamos el apoyo con los líderes de las fuerzas anti-Gadafi. ¿Quiénes son?
– Libia es una sociedad tribal. ¿Qué parte de nuestras experiencias en Irak y Afganistán justifica la confianza en que entendemos la dinámica libia?
– A causa del que al parecer ha sido el objetivo controlado de evitar bajas estadounidenses y de la OTAN, la intervención humanitaria — 79 días de bombardeo — contra Serbia y Kosovo se llevó a cabo a 4.000 kilómetros de altura. Esto marcó la intervención como proyecto digno de matar por él pero no digno de morir por él. ¿La intervención en Libia sería parecida? ¿Son moralmente dudosas esta clase de intervenciones?
– ¿Puede evitar la intervención "la ampliación de la misión más allá de sus objetivos iniciales"? Si abatir a la aviación de Gadafi es imperativo humanitario, ¿por qué no lo es proteger a sus enemigos de los ataques terrestres?
– En Túnez y en Egipto, los regímenes fueron depuestos a través de protestas multitudinarias. Libia no está sacudida por manifestaciones sino por la guerra. No es una guerra de agresión, no es una guerra de ejércitos que violan fronteras nacionales y que por tanto implican los pilares básicos de elementos convenidos del derecho internacional, sino que se trata de una guerra civil. ¿Con qué frecuencia la intervención de la nación A en la guerra civil de la nación B mejora el bienestar de la nación A?
– Antes de que intervengamos en Libia, ¿pedimos permiso de la ONU? Si es denegado, ¿seguimos adelante de todas formas? Si la respuesta es sí, ¿por qué pedimos permiso? Si se nos niega permiso y nos abstenemos de la intervención, ¿no hemos hecho rehén de una institución hostil a la política exterior estadounidense?
– La Secretario de Estado Hillary Clinton teme que Libia se convierta en un estado disfuncional — "una Somalia gigante". Hablando de eso, ¿no hemos visto una película de advertencia — "Black Hawk derribado" — acerca de la forma en que las intervenciones militares humanitarias pueden tener giros desagradables?
– Las multitudes egipcias siguieron y aprendieron de las multitudes tunecinas. Pero el gobierno libio siguió y aprendió del destino de los gobiernos tunecino y egipcio. Ha decidido luchar. ¿La intervención estadounidense en Libia no alentará a otras poblaciones inquietas a esperar el apoyo militar estadounidense?
– ¿Sería prudente que la fuerza militar estadounidense estuviera involucrada en tres países musulmanes simultáneamente?
@ 2011, The Washington Post Writers Group
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