Argentina: Nuevo atropello a la libertad de prensa
30 de marzo, 2011
30 de marzo, 2011
Argentina: Nuevo atropello a la libertad de prensa
El Imparcial, Madrid
El domingo pasado las plantas impresoras de los diarios Clarín y La Nación fueron víctimas de sendos bloqueos que paralizaron, en un caso, y demoraron, en el otro, su distribución. Se trató del quinto bloqueo desde noviembre último, esta vez realizado por unas cien personas (entre las cuales se contaban niños) escudadas en un presunto reclamo gremial y apoyadas por el sindicato de camioneros que lidera Hugo Moyano (aliado de Cristina Kirchner y quien días atrás amenazara con alzar sus huestes contra los medios que difundieran noticias relativas a las denuncias judiciales que lo salpican).
El gobierno, por su parte, no solamente guardó un silencio cómplice sino que hizo caso omiso a dos medidas cautelares previamente dictadas que le ordenaban garantizar la libre circulación de los periódicos. La pasividad de la policía que se hallaba en las inmediaciones fue la prueba más palmaria de la voluntad explícita de la Presidenta y de su Ministra de Seguridad de no acatar las decisiones de la Justicia.
Todo el arco opositor, intelectuales de renombre, la Asociación de Entidades Periodísticas, la Asociación Empresaria Argentina, la Academia Nacional de Periodismo y otras varias instituciones, incluida la Sociedad Interamericana de Prensa, condenaron unánimemente lo que fue calificado como “uno de los días más oscuros” para la libertad de expresión desde la recuperación de la democracia en 1983. ADEPA fue terminante en sus declaraciones al afirmar: “Lo que se está vulnerando en nuestro país es la libertad sobre la que se apoyan el resto de las libertades. Ellas suelen apreciarse debidamente cuando se pierden. Hoy se asfixió a la madre de todas ellas. Mañana puede ocurrir lo mismo con todas las demás”.
Mientras leía esta declaración, con la que coincido plenamente, me anoticiaba también de que la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata había resuelto otorgar el premio Rodolfo Walsh al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el mismo que clausuró decenas de emisoras de radio, paladín de la censura y la intimidación, por su contribución al “periodismo militante”. A decir verdad, no hay de qué sorprenderse pues no puede haber mayor coherencia entre una cosa y la otra, vale decir, los bloqueos y la inacción gubernamental por un lado, y este premio que no sé hasta qué punto hubiera complacido al propio Walsh, periodista y dramaturgo desaparecido durante la dictadura militar que llegó a escribir, en un comunicado clandestino, que “el terror se basa en la incomunicación”. Todo es parte, lamentablemente, de esta Argentina turbada.
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