El chiste de Chávez y el periodismo argentino

ABC – Analítica

Lo de Hugo Chávez en Buenos Aires (el premio de periodismo que le han entregado) parece un chiste. El problema es que la gracia ha salido de una universidad pública, de su decana (Florencia Saintout), de un grupo de estudiantes, del cuadro de catedráticos y de profesores.

La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, de reconocido prestigio hasta hace unos años, acaba de enterrar los principios más elementales de esta profesión con la distinción al presidente de Venezuela. En ése país, durante su largo y con aspiraciones de convertirse en eterno, mandato del ex golpista (recordar el pasado también incluye el de Chávez en 1992) se ha desarrollado una política permanente de amedrentamiento a los medios de comunicación.

Chávez ha provocado el cierre de cadenas de televisión y de radio mediante la suspensión o rescisión de licencias. A la prensa escrita la tiene acogotada con la publicidad oficial y la lupa financiera de su Administración. Todo y todos los que pensaran o piensan -y lo digan- de manera diferente al caudillo bolivariano sufren la venganza inmediata del poder.

Lo saben en Caracas, lo saben en Madrid, París, Roma, Londres, Berlín, Moscú, Washington, México, Bogotá, Quito, Lima, Brasilia, Montevideo, La Paz, Santiago… Lo saben hasta en Buenos Aires pero aquí, no les importa porque la decana, los catedráticos, los profesores y buena parte de sus alumnos -visto el panorama de ayer- opinan lo mismo que Chávez: El pensamiento sólo puede ser único, el nuestro. Viva el periodismo siglo XXI.