Soberanía y Wikileaks
Debemos asumir, antes que nada, que WikiLeak ha logrado su objetivo de alborotar al mundo simplemente haciendo gotear verdades que obtenidas de documentos filtrados o fugados de los archivos oficiales del país más poderoso del planeta, tratan sobre asuntos sensibles o delicados políticamente hablando.
Julián Assange se ha apoderado de más de un millón de documentos, que sin ser propiamente secretos de Estado, por ser confidenciales, se convierten en noticia porque se usan a medios de comunicación para difundirlos dosificadamente. De esta manera se causan estragos y resonancia para poder comercializar mejor la venta de su ingenioso producto. Es sugestivo que diario El Universo haya accedido a esa información tan oportunamente. ¡Bien por ellos! El periodismo está de plácemes, mas no los políticos quienes se sentían a buen resguardo bajo el manto de las reglas del mundo diplomático y de la dualidad o doblez del lenguaje político.
La ex embajadora Heather Hodges cumplía su trabajo informando a su gobierno las percepciones o puntos de vista que se formaba respecto a lo que sucede en este país, así como lo seguirá haciendo en el nuevo destino donde sea designada y lo venía haciendo desde otros países donde ella ha desempeñado su cargo. Se trata de una funcionaria de mucha experiencia. Si no queremos que esto suceda es mejor no tener embajadas, y así ahorraríamos una muy buena cantidad de dinero para destinarla a hospitales y colegios. Me duele que se gaste dinero para tener a nuestro Canciller tocando la guitarra alrededor del mundo acompañado de gente chabacana y de un asesor libanés, Kabalán Abissab, que lo lleva de la mano por el complejo y siempre misterioso mundo árabe. El Soberano Correa cumple con su trabajo cuando se lanza al ataque y expulsa a la embajadora, para de esta manera ubicarse en el epicentro de la noticia que es su primer mandamiento; amarse él por encima de todas las cosas.
El tema de fondo pasó a ser la expulsión de embajadores, y mientras unos lloran al ver irse al infierno los beneficios que recibían de sus preferencia arancelarias, otros aplauden la valentía de nuestro Presidente dispuesto a defender nuestra SOBERANÍA a cualquier precio posible, que vale mucho mas que esos míseros 25 millones de dólares que perderán anualmente los exportadores. Blanco y negro como siempre sucede alrededor de Rafael Correa. Así funciona. Su tropismo hacia el poder absoluto no repara en los daños colaterales que esta expulsión de la embajadora ocasionen. Sus prioridades están claras y su habilidad intacta. No creo en absoluto que en el 2.013 se vaya a vivir a Bélgica como lo ha expresado en una entrevista dada a una televisora del Estado. ¡Eso es imposible, debido la personalidad impulsiva y descontrolada que tiene. Sí es bipolar como cree la embajadora Hodges, pero enseguida todo lo reacomoda electoralmente dada la habilidad e inteligencia que tiene.
¡Ay SOBERANÍA! ¿cuantas bravatas se dicen en tu nombre? Somos soberanos dentro de la frontera para elegir el sistema de gobierno que nos venga en gana. Pero a la vez quién es elegido debe ser consecuente con las realidades y conveniencias de habitar en un planeta donde estamos insertados todos. Hay una globalidad internacional a la que tenemos sacarle beneficios más que sacrificios. Ellos, los gringos y sus aliados del primer mundo, necesitan de nuestro banano y nosotros de sus capitales y tecnología. Mal balanceada está la cosa como para ponernos a expulsar embajadores. ¿Hasta que punto somos soberanos si incluso usamos la moneda norteamericana y tenemos en los Estados Unidos al más voluminoso socio comercial, y una gran cantidad de emigrantes que han labrado allá una circunstancia favorable en Ecuador negada? ¿Porqué respetamos los tratados que nos obligan a proteger las marcas extranjeras y en base de esos acuerdos perseguimos a nuestros informales por vender productos que los llamamos piratas? ¿Cuánto dependemos en nuestro desarrollo del acceso que ellos nos den a la Internet, tecnología informática, telefonía, transporte, medicinas y tantas otras cosas que apreciamos la mayoría de los ecuatorianos?
¿Finalmente que hay de malo en tener transparencia? ¡Gracias Julián Asserje por ponernos al alcance de esa información que sí la sospechábamos, pero que nadie se atrevía a ponerla en el tapete informativo por razones prácticas o por simple miedo, porque realmente es el miedo lo que se está convirtiendo en política de Estado. La expulsión de la embajadora norteamericana no es sino una bravata que engaña, y causa desconcierto por la inseguridad que nos trasmite la intemperancia de un solo señor que ahora nos gobierna. ¡Que macho es Correa por expulsar a la Embajadora norteamericana! Ese es el mensaje que percibe el elector desatento. ¿Hemos salvado nuestra SOBERANÍA? les pregunto yo.
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