Libia: el adiós del hermano Koussa

 

Cuando quienes actúan o forman parte del reducido círculo íntimo de los líderes autoritarios (donde -teóricamente- la confianza en los actores está “más allá de cualquier duda”) abandonan repentinamente el barco cuyo timón empeñan esos líderes, le envían así una mala señal.

Esto, como se sabe, es lo que le sucedió recientemente al líder libio, Muammar Gadafi, quien seguramente debe de haberse sorprendido mucho por la fuga de nada menos que su Canciller, Moussa Koussa.

 

De Libia, Koussa se escapó a Túnez y de allí a Gran Bretaña. Hoy desde Londres seguramente colabora con quienes combaten contra Gadafi, tratando de impedir que siga asesinando a civiles inocentes. Koussa está ahora ayudando a decodificar las imprevisibles y hasta extrañas conductas y actitudes de su ex Jefe.

 

Muchos creen que Koussa -que fuera el jefe de la “inteligencia” libia- ha estado directamente involucrado en reiterados actos de terrorismo, de todo tipo, que se atribuyen al régimen libio. Tanto dentro como fuera de Libia, incluyendo el atentado contra el vuelo 103 de Pan American que cayera sobre el suelo de Escocia, en Lockerbie. Y respecto de él hay asimismo sospechas graves de vinculaciones con el terrorismo del IRA irlandés. Por esto las autoridades y fiscales escoceses lo interrogarán, seguramente.

 

Es probable que Koussa -que no da puntada sin hilo y de quien se sospecha ha tenido vinculaciones íntimas con la inteligencia británica, quizás por años- colabore, a cambio de refugio y seguridad.

 

Por ahora, ha logrado que se levanten las sanciones personales financieras y de viaje que pesaban sobre él, lo que podría “estimular” a otros a seguir eventualmente sus pasos y dejar cada vez más solos a los miembros del clan Gadafi.

 

Curiosamente este es el mismo Koussa que siendo un joven diplomático hace apenas tres décadas fuera expulsado de Gran Bretaña por sus posturas extremas, que llegaron hasta a justificar públicamente el asesinato de los opositores a Gadafi, como algo natural. Eran tiempos de salvajismo en los que, desde el interior mismo de la Embajada libia en Londres se asesinó -a mansalva- a una mujer policía que estaba en la calle, asignada a la seguridad de la sede diplomática frente a la plaza que ocupa. Una sencilla placa, en la vereda, recuerda aún este sórdido y cobarde episodio.

 

Koussa es quien, además de los nubarrones espesos que flotan sobre su pasado, negoció el cierre, en el 2004, de los programas libios de armas de destrucción masiva, lo que presumiblemente podría ser computado en su favor. Así como algunos esfuerzos recientes en los que intervino personalmente en temas como el terrorismo en el norte de África o la cuestión de los refugiados que huían del infierno de Darfur, en Sudán.

 

Educado en la Universidad norteamericana de Michigan State, donde obtuvo un master en sociología, rematado con una tesis adulona sobre Gadafi, alguna vez, en los 90, encabezó el progresista Centro Libio para la Resistencia contra el Imperialismo, el Racismo, el Atraso y el Facismo”, nombre pomposo que seguramente podría inspirar a muchos de nuestros jóvenes “progresistas”. De allí, Koussa saltó a desempeñar tareas de inteligencia y luego a encabezar la diplomacia de su país.

 

Hasta ayer era mencionado, en Libia, como el poderoso “hermano Koussa”. Dotado de una influencia y cercanía al poder realmente decisivos, era una suerte de “mano derecha” del clan Gadafi en lo relacionado con las vinculaciones de su país -y propias- con el resto del mundo. Hoy, al decir de uno de los hijos de Gadafi, Koussa es apenas un “anciano traidor”, expuesto a las presiones de los enemigos de Libia.

 

Las cosas cambian, rápidamente. No sólo Libia -como nación- está en dificultades y no es lo que era. También Gadafi. Ya ni Libia, ni Gadafi, ni Koussa tienen certeza de qué es lo que finalmente les deparará el futuro. Toda una lección para los “amigos del poder”, cuando éste es autoritario. En ese patológico ambiente, todo es siempre contingente. En todas partes.

Emilio J. Cárdenas fue Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.