Cuánto ignoramos de las familias militares estadounidenses
Es domingo y en muchas familias las esposas y madres de militares estadounidenses se aprestan a preparar el desayuno que seguramente incluye arepas, frijoles refritos o unas apetitosas tortillas. El menú puede incluir el famoso bolillo, pan cubano, huevos revueltos con un poco de chile, todo junto a un caliente chocolate o café negro con leche. Será como todos los domingos una pequeña fiesta familiar que muchos inclusive tomarán en pijamas.
Y serán los Tejera, Núñez, Valdez, Cotto, Sánchez, Gutiérrez, Rocha o los Hernández quienes disfrutarán y conversarán. El tema central será sobre el hijo o el esposo que está sirviendo en las fuerzas armadas de Estados Unidos en alguno de los frentes de guerra y que está por venir con licencia o que acaba de regresar a cualquiera de las bases militares alrededor del mundo. Tal vez, en algunos casos, el diálogo será sobre un familiar caído en el frente de batalla.
Y es que son muchos los tópicos que enfrentan estas familias. Por ejemplo, el caso más recurrente, es cuando retornan del servicio militar y enfrentan la reinserción a la sociedad civil; pero cualquiera sea el caso, cabe destacar la labor de apoyo aportada por la pareja, quien ha luchado a diario con la ausencia de su "media naranja" administrando sabiamente el hogar, atendiendo a los hijos y asegurándose que solo sean buenas noticias las que su compañero o compañera reciba donde quiera que esté destacado. Esa es la actitud valerosa que muchos ignoramos.
Lidiar con las interrogantes que influyen sobre sus vidas no es fácil. Mientras los congresistas alegremente llevaban la contraria al presidente por ganar bendiciones partidistas sin aprobar el presupuesto, no cabía suponer que los militares destacados no recibirían sus cheques con los que mantienen a sus familias. No es un juego ni una carta al azar, son vidas entregadas a servir a la Patria.
Afortunadamente, los republicanos y demócratas aprobaron el presupuesto y las familias militares respiraron sabiendo que sus gastos seguirán cubiertos y sus vidas teniendo seguridad.
Ahora aparece una luz guiada por la Casa Blanca en manos de la Primera Dama Michelle Obama que conjuntamente con el Vicepresidente Joe Biden quieren desarrollar programas en las comunidades para respaldar a las familias militares. La iniciativa aspira llegar al fondo de las necesidades para aportar con soluciones, mejorando la calidad de vida de los militares tanto activos como retirados y sus familias.
Así muchos de los Hernández, Suárez, Sánchez, Medina, Zárate y todos aquéllos que se han unido a las fuerzas militares, tendrán una mejor respuesta a su vida, una razón para encontrar un futuro mejor y revalidar su orgullo por servir a la Patria.
- 23 de julio, 2015
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