España: La crisis ya expulsa más gente de la que recibe
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MADRID.- La profundidad de la crisis económica española y, sobre todo, su elevado nivel de desempleo, que afecta a 4,7 millones de personas, no deja de producir nuevos datos y realidades desalentadoras.
Esta vez, luego de haberse confirmado ya el incremento de la desocupación y un repunte económico inferior al esperado, las estadísticas oficiales se encargaron de ratificar lo que muchas historias personales insinuaban el año último: cada vez más españoles toman la decisión de abandonar su patria en busca de un mejor porvenir; esa determinación es imitada, además, por miles de extranjeros que alguna vez eligieron este país para vivir y trabajar.
De acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Estadística de España (INE), difundido la semana última, en el primer trimestre de 2011 emigraron 14.108 españoles, un 30,4% más que en el mismo período del año anterior, y prácticamente el doble de los ciudadanos que optaron por regresar a este país entre enero y marzo (7875).
Según un estudio realizado por Naiara Arnáez, investigadora de la Universidad de Mondragón, el perfil medio del emigrante es el de un hombre (85%) que tiene menos de 35 años (50%), está casado o vive en pareja (67%), cuenta con una licenciatura (53%) y suma entre 11 y 15 de años de experiencia laboral (35%).
Si bien el informe confeccionado por el INE no ahonda en las razones de este balance poblacional negativo, la mayoría de los analistas no dudan en atribuir la tendencia a la precarización del mercado laboral, provocada por la crisis.
El propio INE destacó, además, la continuidad del proceso de retorno de los ciudadanos extranjeros (inmigrantes) a sus países de origen. En concreto, en los tres primeros meses del año se produjeron 121.818 bajas en el padrón oficial de inmigrantes, contra 101.610 altas, por lo que el número de extranjeros que decidió dejar España ya es uno de los más altos desde que se inició la crisis: 20.209 personas, una cantidad que da cuenta de un flujo impensado incluso en los meses siguientes al comienzo de la crisis, en 2008.
Más allá de que las cifras divulgadas no revelan un éxodo comparable al de las corrientes de emigración de finales del siglo XIX o a los años que siguieron a la Guerra Civil Española (1936-1939), los principales medios locales ya comenzaron a trazar un paralelo entre el fenómeno de pérdida de población actual con la recordada "fuga de cerebros" de la década del 60, luego de que la dictadura de Francisco Franco impulsó la apertura comercial de la entonces aislada España hacia el resto de Europa.
Hoy, con un desempleo juvenil que alcanza al 43,5% (contra el 20,4% del promedio europeo), la convicción de hallar un futuro mejor fuera de las fronteras españoles aumenta al calor de las historias difundida por el "boca a boca" y las relatos publicados con una frecuencia cada vez mayor por la prensa.
Así, las experiencias de los profesionales que triunfan en Francia, Alemania y los países escandinavos son cada vez más conocidas y, al mismo tiempo, buscadas por los egresados de las universidades españolas que no encuentran salida laboral.
Un ejemplo preocupante sobre la falta de empleo lo aporta el Centro de Orientación e Información de Empleo de la Universidad Complutense, donde ya se registran 1741 demandas de trabajo para puestos en actividades vinculadas con títulos en técnica e informática, en contraposición a una menguada oferta de 696 posiciones para ese sector.
Proyecto alemán
Atenta a este déficit en la capacidad de absorción del mercado laboral español y, al mismo tiempo, a la escasa oferta de profesionales capacitados en esas áreas en Alemania, la canciller de ese país, Angela Merkel, comenzó rondas de conversaciones con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero sobre el diseño de un plan para convocar a españoles graduados en técnica e informática para llenar esas vacantes, ya sea en forma temporal o permanente.
Otro síntoma del aumento de la emigración de españoles es la creciente politización del fenómeno: las distintas fuerzas políticas, en particular el oficialista PSOE y el opositor Partido Popular (PP), reforzaron el número y la intensidad de los mensajes de su campaña proselitista para las elecciones regionales del próximo 22 de mayo hacia los más de 600.000 votantes españoles residentes en el exterior.
En esta particular batalla, el PP llamó la atención en las últimas semanas a través de una intensa propaganda que va más allá de los emigrados, en la que se invita a los emigrantes españoles a regresar a su país para contribuir con su aporte a la "recuperación de España" que ese partido proyecta, en caso de recuperar la presidencia del país en las elecciones generales del año próximo.
14.108
Los que se fueron
En el primer trimestre del año, la cantidad de españoles que emigraron al extranjero creció un 30,4% respecto de igual período de 2010.
7875
Los que volvieron
La cifra de los que decidieron el regreso corresponde también a los primeros tres meses del año.
43,5%
El desempleo entre los jóvenes
Es más del doble que el promedio europeo (20,4%).
20.209
Los extranjeros que partieron
El número es uno de los más altos desde que se inició la crisis española, en 2008.
El sueño chino, una vía para escapar a la desesperación
El sueño chino, una vía para escapar a la desesperación
Cada vez más jóvenes españoles se desplazan al gigante asiático
Por Zigor Aldama
El País
MADRID.- "¿A China?" Cuando a Estibalitz Gete su pareja le comunicó el destino que le había asignado la multinacional vasca para la que trabaja, no supo si reír o llorar. Pero, en plena crisis financiera, él lo tenía claro. Tras la conmoción inicial, ella tampoco tuvo duda.
"El proyecto iba a durar tres años. Me pareció una experiencia enriquecedora, y tampoco tenía muchas expectativas en casa", recuerda esta mujer de 31 años, diplomada en Magisterio, que llegó al gigante asiático con la firme intención de no convertirse en un mero bulto del equipaje.
Lo que no podía prever es que en sólo un mes encontraría trabajo en Shanghai como productora de material didáctico para la enseñanza del español en una escuela online , que lograría dominar el chino y, mucho menos todavía, que dos años después bailaría en la bienvenida que tuvo José Luis Rodríguez Zapatero en la pasada Exposición Universal.
Ahora da clases de inglés en una guardería para niños coreanos de la capital económica de China, y su novio decidió extender su estancia de forma indefinida.
"Todos mis amigos, menos uno, me llamaron loca por irme tan lejos. No sé si la respuesta a la crisis está en China, pero de lo que estoy segura es de que no está en casa", dijo Gete.
Las estadísticas sostienen de forma contundente sus palabras. Después de la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, España pugna por crecer unas décimas al año, mientras se disparan la tasa de desempleo y la desesperación.
En el otro extremo de la globalización, el Partido Comunista de China busca enfriar el espectacular crecimiento (un 10,3% en 2010) que, en sólo tres décadas, convirtió a un país tercermundista en la segunda potencia del planeta, capaz de hacer frente a la hegemonía norteamericana.
El mundo empresarial ya lo sabía y, por eso, a fines de los 90, puso una pica en el lomo del Gran Dragón. Con ella llegó un nutrido grupo de jóvenes, en su mayoría ingenieros y técnicos, que erigieron las empresas que hoy son los pilares de la fábrica del mundo. Son los expatriados, un término que remite a un contrato con remuneración generosa y beneficios que superan a los de sus colegas en la empresa matriz.
Sin embargo, la crisis económica de Occidente creó una nueva figura en China que ya tiene una jocosa acepción en inglés: es el halfpat (medio expatriado). Son, en su mayoría, jóvenes con amplia formación que buscan en la nueva tierra de las oportunidades lo mismo que las multinacionales: un lugar en el que se les permita hacer realidad sus sueños profesionales.
Claro que éstos llegan por su cuenta, sin contrato, con problemas de visado y, en general, sólo con sus ahorros. "En China puede que no tengamos ingresos superiores a los de España, pero la vida es mucho más barata", asegura Yolanda Pascual, una diseñadora de moda de 36 años que dejó hace ya tiempo Barcelona.
Sara Suárez Domínguez, de 31 años, vive en Shanghai. Traductora de cinco idiomas, comenzó a estudiar chino en Granada. "Pensé que necesitaba dominar una lengua rara para diferenciarme del resto", explica.
Hace seis años, decidió que el chino sólo podía perfeccionarse en la tierra de Mao, y se plantó allí. Pero no llegó sola. Su pareja, el cocinero Ion Alaña, de 30 años, decidió dejar su trabajo para acompañarla en ese viaje hacia lo desconocido. España todavía vivía la euforia de la burbuja inmobiliaria, pero la pareja temía ya estancarse en el "mileurismo".
Como después le sucedió a Gete, Alaña tardó poco en encontrar trabajo. Lo hizo como chef del restaurante Garçon Chinoise. Mientras, Suárez Domínguez obtuvo su certificado como intérprete y comenzó a buscarse la vida. Se involucró en el Año de España en China, en 2007, y dirigió el programa empresarial del Pabellón de España en la Expo del año pasado.
En este tiempo, Alaña abrió una taberna vasca, Kuluska, punto de encuentro de expatriados y halfpats españoles. "Cada vez llegan más paracaidistas que vienen a estudiar chino y quieren quedarse luego a buscar trabajo", comenta el cocinero.
Crecimiento
Las corporaciones también sintieron el vuelco de una sociedad especialmente arraigada en su tierra. "Antes era difícil conseguir gente dispuesta a desplazarse a China, pero ahora hay cola", resume José María Luzarraga, experto en internacionalización empresarial.
"España está muerta. No hay oportunidades para la juventud. En Shanghai está todo por hacer", explica con crudeza Andrés Ferrer, un diseñador de 37 años profesor en la Universidad de Shanghai.
Esta combinación de factores se refleja en la cifra de residentes españoles registrados en la embajada de Pekín: el número se multiplicó por seis en la última década, hasta los 4125.
Igual, expatriados y halfpats siempre tienen como objetivo regresar a España. "Pero éste no es el momento", dice Suárez Domínguez.
PARA LA UE, "RIESGO DE DESINTEGRACIÓN"
LISBOA (ANSA).- Europa está hoy ante el riesgo de desintegración por la crisis económica, alertó ayer Mario Soares, ex premier y ex presidente de Portugal. La crisis que atraviesa su país "no es sólo un problema portugués, es problema de toda la UE, revelador de un problema más profundo".
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