La frontera entre México y Estados Unidos, una inmensa sala de lectura
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México. – Con sus más de 3.000 kilómetros de extensión y sus interminables filas de autos y personas, la frontera entre Estados Unidos y México podría convertirse en el espacio perfecto para una inmensa red de salas de lectura.
Al menos así lo ven las autoridades culturales mexicanas, que el pasado 23 de abril (Día Mundial del Libro) pusieron en marcha en la ciudad de Tijuana el primer programa de préstamo de libros en un puesto fronterizo.
Horas de espera
Por ahora, la iniciativa "Lectura en espera-Lectura en línea" se desarrolla solo en la garita internacional de San Ysidro, por donde pasan cada año alrededor de 10 millones de personas que se dirigen a la ciudad estadounidense de San Diego, del otro lado de la frontera.
"Allí hay filas de coches de varios kilómetros, y peatones que pueden pasar parados entre media hora y dos horas para cruzar a San Diego", explica Laura Emilia Pacheco, directora de publicaciones del mexicano Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Durante esos tediosos periodos de espera, los conductores y sus acompañantes, así como los peatones que aguardan para entrar a EE.UU., pueden tener en sus manos alguno de los 4.000 títulos disponibles: libros de poesía, novelas y obras de información general que podrían leerse en menos de dos horas.
Librobicis
Una veintena de voluntarios ofrecen los ejemplares a los viajeros subidos a sus "Librobicis", carritos que transportan estantes llenos de libros al inicio y fin del punto fronterizo.
De momento, las librobicis operan de miércoles a domingo, de 9 de la mañana a 4 de la tarde, cuando se registra más tráfico de personas y vehículos en San Ysidro.
"Cada vez que un automovilista elige un libro se le pone un cono anaranjado encima del vehículo. Al final de la fila, llegando a donde están los oficiales, se recoge el libro y se retira el cono", cuenta Pacheco.
Además, varias instituciones culturales de Tijuana y del estado de Baja California diseñaron para este mismo lugar un sistema de "lectura de cruce", consistente en colocar anaqueles con libros a lo largo de la línea internacional, dedicados especialmente a los peatones que esperan a ser revisados en la frontera.
Diálogo en la frontera
Según sus creadores, el objetivo de la iniciativa no es sólo entretener a los peatones y conductores, también abrir un diálogo sobre la literatura en un espacio lleno de simbolismo, una de las fronteras más vibrantes del mundo.
"Queremos fomentar la lectura en voz alta dentro del vehículo, y el debate sobre las obras. Los libros nos hacen reflexionar, tratar de entender al otro. Eso nos vuelve más tolerantes e incluyentes, lo cual es fundamental en una frontera… y en donde sea", dice Pacheco.
De hecho, si bien ésta es la primera frontera que cuenta en México con una biblioteca móvil, no es el único lugar inesperado donde encontrar el préstamo de libros.
En México existen hasta 3.600 salas de lectura gestionadas por voluntarios y repartidas por todo el país, en lugares como un cementerio, una estación de tren abandonada o una morgue.
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