¡Indignaos!… reclamando más Estado y menos libertad
La portada del panfleto facilón y demagogo de Hessel dice que es un "alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica". Parece ser que esta recopilación brillante de sofismas económicos y topicazos anticapitalistas va dirigida a los jóvenes, para invitarlos a desperezarse y a cambiar la indiferencia por una indignación activa. Habrá que entender indiferencia como todo aquello que no sea reclamar más intervención del Estado en nuestras vidas y en la economía.
En otro momento, ya he comentado la falta de honestidad de Hessel, típica del "buen intelectual", que consiste en criticar el sistema capitalista, pero aprovecharse de él al mismo tiempo. En el caso de Hessel, no duda en denostar al sistema capitalista y a los medios de comunicación, pero no ha dudado en utilizarlos para promocionar su producto. Incluso le ha puesto un precio (capitalista) a su panfletito. Y, sobre todo, no ha renunciado a las ganancias. Todo muy honesto.
Pero quizás lo peor del mini-documento de Hessel es lo que intenta transmitir a los jóvenes.
Primero, transmite la idea de que el Estado debe intervenir activamente en sus vidas para resolverles los posibles problemas que vayan teniendo en la vida. Es decir, que su vida, cuerpo y posesiones dependen de decisiones externas a él. Cuidados desde la cuna hasta la tumba. No hay que preocuparse de anticiparse al futuro porque ya estará la dulce mano del Estado para recogernos y acompañarnos.
Lo cual significa destruir toda iniciativa individual a favor de la iniciativa política; significa fomentar e institucionalizar el parasitismo, ya que los ciudadanos saben perfectamente que viven a costa de extraer renta a otros ciudadanos; y significa delegar sus responsabilidades vitales como son su salud, su futuro, su trabajo y su educación. Y esto no es más que sacar lo peor del ser humano. Eso es lo que comunica directa e indirectamente Hessel. Desde luego, eso no me parece que sea vivir una vida plena y responsable.
Otro nefasto efecto que tiene el panfleto fascista-comunista de Hessel para los jóvenes es que no les ayuda a comprender los fenómenos económico-políticos, lo que hará que tomen decisiones erróneas en el presente y futuro. Pongamos por ejemplo el sistema de pensiones público. Si alguien verdaderamente cree que este sistema es viable y necesario, actuará de forma muy distinta a alguien que entiende que este sistema es totalmente inviable por ser un sistema piramidal. El primero cree que percibirá una buena y segura jubilación cuando se retire laboralmente; el segundo sospecha que no recibirá nada. El primero no se preocupará demasiado en ahorrar e invertir en el presente para acumular y aumentar su riqueza de cara al futuro; el segundo se convertirá de inmediato en un ahorrador e inversor, consciente de que nadie le va a pagar su retiro. El primero no debe actuar con perspectiva a futuro; el segundo sí, y rápido. El primero es un funcionario y parásito; el segundo es un empresario y emprendedor. La diferencia entre uno y otro es abismal. Y sus futuros también lo serán.
Hessel, claro está, fomenta el primer caso. Desde luego, no creo que sea un modelo intelectual a seguir por los jóvenes. Y menos, en la situación de crisis actual.
- 23 de julio, 2015
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