Argentina: La cortina de humo de los derechos humanos
13 de junio, 2011
13 de junio, 2011
Argentina: La cortina de humo de los derechos humanos
(Puede verse también El mayor escándalo de la era K)
Desde el inicio de su gestión, Néstor Kirchner salió a levantar la bandera de los derechos humanos, haciendo una revisión absolutamente sesgada de lo ocurrido en los 70. Por ejemplo, con sumo cuidado se hizo el corte del terrorismo de Estado a partir del 24 de marzo de 1976 sin considerar que la Triple A comenzó a operar bajó el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón.
Ni Néstor Kirchner ni CFK jamás dijeron nada al respecto porque sabían que hablar del terrorismo de Estado antes del 24 de marzo de 1976 implicaba descolocar la imagen de Perón y ganarse la antipatía de esa corriente política.
El matrimonio nunca hizo referencia al terrorismo como una fuerza armada, entrenada por gobiernos de otros países en la época de la guerra fría, que intentó tomar el poder por la fuerza. Me estoy refiriendo a un gobierno elegido por el voto como fue el de Juan Perón e Isabel Perón, que fue acosado por el terrorismo. Tanto es así que Hebe de Bonafini sostuvo cuando se inauguró el Museo de la Memoria (para mí memoria parcial): “Qué pena los FAL, las armas con las que nuestros hijos quisieron hacer la revolución. Si el museo no va a mostrar cómo fue esa organización revolucionaria, las luchas que se libraron, los hechos que se realizaron, no sirve”. ¿Puede alguien que habla de derechos humanos afirmar semejante cosa? ¿Puede alguien que dice defender los derechos humanos, como lo hacía Néstor Kirchner y ahora CFK, ser creíble en su discurso cuando se abraza a una persona que reivindica el terrorismo como forma de imponer sus ideas y reivindica la violencia y la muerte como forma de tomar el poder?
Hebe de Bonafini tiene varias frases que más que reflejar su compromiso con los derechos humanos, la muestran como a una mujer violenta y autoritaria. Cuando vio con agrado el ataque a las Torres Gemelas no pensó en los miles de inocentes que habían muerto, sino que se expresó como si estuviera festejando un acto de venganza hacia lo que ella considera el imperio norteamericano. Los miles de muertos civiles en las Torres no eran humanos para doña Hebe. La madre de Néstor y Cristina.
El kirchnerismo también inventó La Cámpora por el ex presidente Cámpora, que no tuvo mejor idea como primer acto de gobierno que liberar a los terroristas que, durante el gobierno militar anterior, habían sido juzgados y sentenciados. Esos mismos terroristas que una vez liberados volvieron a sus andadas. Esos mismos grupos terroristas que luego se enfrentaron a Perón. El mismo Perón que los echó de la Plaza de Mayo.
Por eso, francamente, no es creíble el discurso kirchnerista de los derechos humanos. En primer lugar, porque cuenta una historia parcial y desvirtuada de lo ocurrido en los 70. En segundo lugar porque reinventa la imagen de Cámpora que fue despreciado hasta por el mismo Perón y liberó a terroristas que luego salieron a matar gente inocente. Y en tercer lugar porque en cada acto oficial CFK, y antes Kirchner, siempre tenían como invitada de honor a doña Hebe, la misma que se alegró por la muerte de inocentes en las Torres Gemelas y la que dijo que sus hijos habían usado el FAL para hacer la revolución. Una revolución a sangre y fuego, donde cayeron civiles y niños acribillados bajo la metralla del terrorismo. ¿Alguna vez escuchó a CFK, a Néstor o a Hebe hablar de la trágica muerte de la pequeña hija del capitán Viola en Tucumán, asesinada por los FALS terrorista? ¿Los mismos FALS que mataron a la hija del capitán Viola?
¿Alguna vez escuchó a doña Hebe, CFK o Néstor hablar de la muerte de la hija de Lambruschini, que murió en un ataque terrorista que hizo volar un departamento matando a la chica y a otros civiles inocentes?
Ahora que surge todo este escándalo de corrupción de Shocklender y las Madres de Plaza de Mayo, con un desfalco fenomenal de dinero que supuestamente debía ser destinado a la construcción de casas de gentes humilde, todo parece indicar que el discurso de los derechos humanos del matrimonio es más una cortina de humo para tapar infinidad de casos de corrupción que una convicción.
En los inicios de su gobierno Néstor Kirchner llegó a decir que todos éramos hijos de las madres de plaza de mayo. Personalmente yo no me siento hijo de una mujer que no solo destila odio e intolerancia en cada uno de sus discursos, sino que, además, le pasa por delante de las narices un elefante de corrupción y dice que no sabía nada.
Tampoco me siento hijo de una mujer que arengó a tomar el Palacio de Justicia para forzar a la Corte de Justicia a fallar de acuerdo a su paladar.
Hebe de Bonafini cambió de una supuesta defensa de los derechos humanos a empresaria de la construcción y militante kirchnerista. Cuando uno ve los cientos de millones de pesos que salieron de nuestros bolsillos y fueron a parar a una fundación que dice defender los derechos humanos, pero ahora descubrimos que está envuelta en un fenomenal escándalo de corrupción, y encima, como decía antes, de corrupción con dinero que tenía que ser destinado a esa gente humilde que el gobierno dice defender, decía, cuando uno ve todo esto empieza a confirmar que el tema de los derechos humanos para este gobierno y sus aliados (¿socios?) es una especie de escenografía de cartón y aglomerado que esconde otra realidad. Un proyecto político que quiere el poder para hacer grandes negocios y usufructuar del poder.
¡Cuánto se criticó a Menem en los 90 por el famoso Tango 01, al punto que fue materia de la campaña electoral de 1999, y resulta que ahora doña CFK tiene una flota de aviones y helicópteros, viaja en AUDI y mister Shocklender tenía su Ferrari, aviones, lanchas, etc.! ¡Cuánta hipocresía junta! Hablar de los pobres, robarles la plata y, encima, viajar en confortables aviones, helicópteros y autos. Hablar de los pobres, tirarles mendrugos para que a cambio tengan que ir a aplaudir los discursos de la señora de negro llorando por él. Realmente causa repugnancia tanta hipocresía.
CFK dijo cuando lanzó el famoso fútbol para todos que ya no se iban a secuestrar los goles. Un uso burdo del tema de los derechos humanos. Claro, había que entretener a la gente con el fútbol mientras su madre Hebe manejaba una fundación que está, como mínimo, sospechada de corrupción.
En estos años de tanto palabrerío de derechos humanos, inclusión social, solidaridad y demás palabras bonistas, se ha denostado al liberalismo. La realidad es que los hoy llamados derechos humanos no son otra cosa que los derechos individuales que desde sus inicios defendió el pensamiento liberal. Limitar el poder del monarca para que no pudiera explotar económicamente a la población y además impedirle que violara los derechos individuales de los súbditos. El liberalismo, sin llenarse la boca de palabras lindas, busca la prosperidad de la gente bajo el manto de la libertad. Limita el poder del Estado para que el monopolio de la fuerza sea utilizado para defender el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas y no para violar los derechos individuales y someter a todo tipo de arbitrariedades a la población.
Estos falsos defensores de los derechos humanos, hablan todo el tiempo de los pobres, pero detestan que se limite el poder de los gobiernos porque eso les impediría imponer sus proyectos hegemónicos y su corrupción desenfrenada.
En definitiva, cuando escucho hablar tanto de derechos humanos, sensibilidad social, inclusión y cosas por el estilo me acuerdo de aquella frase que dice: “dime de qué te jactas y te diré de qué careces”.
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