Chantajes del siglo XXI
La Prensa, Nicaragua
Mantener un gobierno satélite en Nicaragua está resultando caro para el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en términos monetarios y políticos, porque financia complementos salariales y energía a los nicaragüenses mientras receta apagones a los venezolanos.
Sus ayudas a Nicaragua tampoco son altruistas, ni “cristianas” o “solidarias” como dice el presidente Daniel Ortega, porque obedecen a un plan político para mantener, al costo que sea, a un régimen antidemocrático.
Este año, por ejemplo, el dinero venezolano es usado para chantajear a los electores nicaragüenses, en el sentido de que si Ortega pierde las elecciones de noviembre los empleados públicos perderían un bono mensual y el resto de la población pagaría más por el servicio de energía eléctrica.
El bono, al inicio equivalente a 25 dólares por mes, es financiado por Venezuela y lo reciben 148 mil empleados públicos desde mayo de 2010. Pero el propósito de ese complemento salarial quedó más claro en mayo de 2011, cuando Ortega, ya de lleno en la campaña por su reelección, elevó el monto a 31 dólares y advirtió que este se acabará el próximo diciembre. Su mensaje fue directo: Para que en 2012 haya más bono, deben votar por él.
Ortega lo bautizó “bono cristiano, socialista y solidario”, uno de los lemas de su campaña, en la que con frecuencia deja entrever que si él sale del poder, Chávez dejaría de mandar dinero a Nicaragua.
Como el bono solo sirve para intimidar a un sector de la población, Ortega buscó otra forma de presionar al resto de ciudadanos. Ordenó el aumento del precio de la energía en casi 42 por ciento y a la vez decretó el congelamiento de las tarifas de ese servicio hasta enero de 2012, “gracias al financiamiento del Alba”, léase Chávez, porque el Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas) es el proyecto político regional del presidente de Venezuela, financiado con el petróleo de ese país.
En términos nominales la energía ya es más cara en Nicaragua, pero la población solo pagaría el aumento hasta en enero, dependiendo del resultado de las elecciones. Si Ortega pierde, entregaría el poder el 10 de enero; y como él sabe que eso es posible, hoy usa el dinero de Venezuela como un arma cargada y pone manos arriba a los nicaragüenses. Según por quien voten, jalará el gatillo o dejará de apuntarles.
Chávez ha enviado a Nicaragua 1,700 millones de dólares en los últimos cuatro años, según registros del Banco Central nicaragüense. Ortega ha usado ese dinero a su conveniencia y ahora su familia es propietaria de tres canales de televisión abierta, entre otras empresas.
En las facturas por consumo de energía domiciliar aparecerá el monto del alza de 41.8 por ciento, pero el usuario no la pagará porque a la par habrá una leyenda indicando que ese valor ya está financiado por el Alba, y esta es también una forma de Ortega para hacerse propaganda electoral.
Con el dinero de Venezuela, Chávez se ha empeñado en sostener a Ortega en el poder; y sería paradójico que el presidente sandinista siguiera gobernando cinco años más y Chávez terminara derrotado en las elecciones de 2012, por efecto de su autoritarismo, los racionamientos de energía y otras carencias que hoy padecen los venezolanos.
- 23 de enero, 2009
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