Si Hugo se va
Foreign Policy – Infolatam
WHASHINGTON, DC. – No está claro si el carismático presidente venezolano está realmente tan mal. Pero lo que está claro es que su país está en serios problemas, tanto si regeresa como si no de su convalecencia en Cuba.
Hasta ahora, la pregunta más frecuente acerca del gobierno prácticamente de un solo hombre de Venezuela era si Chávez estaría dispuesto a abandonar el poder si pierde las elecciones. Esa pregunta se ha vuelto aún más vigente a la vista de la contienda presidencial del próximo año, al enfrentarse “El Presidente” a un país posiblemente en las peores condiciones desde que comenzó su régimen hace doce años.
Hoy, sin embargo, otra pregunta crucial – que rara vez se ha planteado – surge: ¿Qué pasaría si Chávez quedase incapacitado e incapaz de servir como presidente? ¿Y si se muere mientras está en el poder? ¿Quién le sucedería? ¿Cómo se elegiría a un sucesor?
El misterio que rodea el actual general omnipresente y locuaz de 56 años de edad, ex paracaidista ha dado lugar a tales preguntas….
Sin embargo, abundan los rumores y especulaciones sobre el estado y las intenciones de Chávez. Los informes de La Habana han sido pocos y distantes entre sí y carecen de cualquier detalle. Algunos creen que Chávez está en realidad tan en forma como siempre, pero que está disfrutando de ser el centro de atención y se está preparando para un retorno a la multitud vitoreadora. Otros citan declaraciones de la semana pasada del ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, de que Chávez está “luchando por su salud”, y señalan que su hija y sus nietos lo visitaron en La Habana, y están convencidos de que su condición es mucho más grave de lo que se le ha hecho creer al público.
Sea cual sea la teoría que resulte correcta, la primera ausencia prolongada de Chávez en las riendas del poder sugiere cómo es la precariedad de las instituciones de Venezuela ahora. También muestra el grado en que el país depende de su poder arbitrario. Es cierto que la Constitución de 1999 dice que el vicepresidente debe asumir en caso de que el presidente quede incapacitado. Pero pocos pueden imaginar que una adhesión estricta a las reglas – no ciertamente en una época en que Chávez ha reescrito el libro, básicamente, a su antojo – por no mencionar que es difícil ver al anodino Elías Jaua como sucesor del presidente.
En cambio, en el amplio movimiento conocido como chavismo que apuntala la revolución bolivariana sostenida por Chávez, es casi seguro que se produciría una feroz lucha de poder. De hecho, las maniobras ya han comenzado. El domingo, 26 de junio, el hermano mayor de Chávez, Adán, actualmente gobernador de su estado natal de Barinas, llamó la atención al sugerir que “como revolucionarios auténticos,” los venezolanos en realidad podrían usar “otros métodos de lucha”, incluyendo “la lucha armada” para asegurar la continuidad en el gobierno. Es un signo ominoso de las batallas por venir dentro del chavismo.
En ausencia del presidente carismático – que ha establecido un vínculo con, y sigue inspirando a la fe entre muchos venezolanos pobres (las encuestas muestran que conserva casi el 50 por ciento de apoyo) – hay un vacío completo del liderazgo político….
De hecho, al modo auténtico de un caudillo, Chávez se ha presentado a sí mismo como el salvador de Venezuela, el único hombre capaz de hacer frente a los poderosos intereses económicos y políticos dentro y fuera del país – especialmente en Estados Unidos, al que siempre se refiere como el imperio – y el único capaza de reparar la histórica injusticia social. Él solo toma todas las decisiones hasta en el nivel más mundano, con la firme convicción de que él encarna la voluntad del pueblo. Habiendo derrotado a tres rivales para la presidencia en 1998, 2000 y 2006 – y después de haber ganado un referéndum nacional de 2009 que elimina los límites del mandato – Chávez parece decidido a aferrarse al poder…
Tal vez lo más preocupante, es que la era de Chávez ha visto el surgimiento de una sociedad marcada por un nivel sin precedentes de la polarización y rencor. Chávez irradia la mentalidad de que o estás con nosotros o contra nosotros. En una industria clave como el petróleo, que se ha politizado cada vez más, un gran número de profesionales competentes y técnicamente capacitados se han ido. La restauración de un cierto grado de cortesía política y sensatez en la gestión y la ejecución económica no será fácil.
Como era de esperar, los opositores al régimen han tomado el asunto en sus propias manos, adquiriendo armas para protegerse de las milicias respaldadas por el gobierno movilizadas por Chávez como una capa adicional de defensa contra las amenazas internas – en el caso de que las fuerzas armadas no cumpliesen las órdenes. La tensa situación aumenta las probabilidades de que un eventual cambio de gobierno podría ser acompañado por algún tipo de violencia.
La oposición, que tiene la sensación de que Chávez ya no es invencible, se ha estado preparando para las elecciones presidenciales del próximo año. En febrero de 2012, tienen la intención de seleccionar a su candidato en una primaria abierta para desafiar a Chávez. Candidatos potenciales son dos gobernadores, Henrique Capriles y Pérez Pablo, y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.
La mayoría de los analistas coinciden, sin embargo, que Chávez tiene la sartén por el mango y probablemente ganaría una votación en la actualidad….
Por ahora, sin embargo, es poco probable que hayamos visto lo último de Chávez. Él está firmando leyes desde su cama del hospital en La Habana, parece que sigue conectado a Twitter. Cuando regrese, se espera a miles de sus seguidores para darle la bienvenida con vítores y celebraciones. Que este apoyo se extienda hasta las elecciones del próximo año – y si será suficiente para su reellección – es otra cosa.
Pero los venezolanos tienen derecho a estar aprensivos: la cruda incertidumbre política que ha quedado patente por el episodio actual hace que muchos – chavistas y antichavistas por igual – estén preocupados por el futuro de su país. Por enfermo que el presidente puede estar y si se recupera totalmente o no, está claro que no existe un plan para la sucesión. Y un vacío político en un país polarizado, con problemas económicos, fuertemente armado y sin instituciones como la Venezuela de Chávez es una receta para problemas.
Extracto de artículo publicado en Foreign Policy, traducido por Infolatam.
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