La amenaza de la demografía germana
The Wall Street Journal Americas
ERFURT-KÜHNHAUSEN—Como miles de pequeñas localidades repartidas por toda Alemania, este pueblo en la ondulada campiña de Turingia es la representación de la tranquilidad rural. Sin embargo, dentro de un par de generaciones, las pintorescas fachadas de piedra y ladrillos en sus sinuosas calles podrían ser lo único que sobreviva.
Algunos dicen que este pueblo y otros parecidos en Alemania corren peligro de desaparecer, víctimas de la declinante tasa de natalidad del país y el envejecimiento de la población. Una cuarta parte de los 1.200 habitantes de Kühnhausen, que se ubica en las afueras de la ciudad de Erfurt, en el este de Alemania, son ancianos, y muchos de ellos viven solos.
"A menos que nazcan más niños en Alemania, no habrá solución al problema", advierte la alcaldesa de Kühnhausen, Renate Lindner, de 61 años, sentada en la terraza de su casa desde la que se ve su jardín e invernadero, un sábado reciente.
Los economistas han dicho que el rápido envejecimiento de la población alemana es una de las más grandes amenazas a largo plazo al estatus del país como la potencia económica de Europa. La población en edad productiva está cayendo en más de 100.000 personas al año, lo que genera temores de que al final habrá demasiados jubilados y una insuficiente cantidad de trabajadores para mantenerlos. Las zonas rurales ya están sintiendo los efectos a medida que la escasez de mano de obra en Alemania hace que sus habitantes más jóvenes se vayan a las ciudades grandes, donde las compañías se pelean por atraer trabajadores capacitados.
La tasa de natalidad alemana —cuyo promedio estaba en 1,36 niños por mujer en 2009, de acuerdo con estadísticas del gobierno— sigue siendo una de las más bajas de la Unión Europea. Los esfuerzos por alentar a las mujeres para que tengan más hijos, incluido un programa del gobierno que paga parte del salario de los padres mientras que se toman un año de licencia por paternidad, han tenido un efecto mínimo. Una falta de guarderías y el estigma contra las madres que trabajan son parte del problema, dicen algunos.
La opción de una mujer
La actitud es que "la mujer siempre tiene que escoger entre la familia y la carrera, nunca puede manejar las dos", dice Barbara Riedmüller, una profesora de ciencias políticas en la Freie Universität de Berlín.
A menos que algo suceda, se pronostica que la población de Alemania caerá 20% a 64,7 millones de personas para el año 2060 desde los 82 millones de habitantes de hoy, calcula el gobierno. El tamaño de la población en edad de trabajar caerá 27% a alrededor de 36 millones. Hasta ahora, las severas leyes de inmigración han ayudado a impedir que Alemania importe suficientes trabajadores calificados para compensar esa situación.
Aunque los principales desafíos demográficos de Alemania están aún por delante, lo efectos ya comienzan a sentirse en pequeños pueblos como Kühnhausen. Algunas de las comunidades más rurales han dejado de construir, o incluso abandonado el mantenimiento de infraestructura como el transporte público y escuelas a medida que mueren los habitantes más viejos.
Las zonas orientales
envejecen más rápido
En algunos lugares, "el lobo está volviendo, la naturaleza se está apoderando de todo, por así decirlo, y realmente sólo queda gente vieja", dice Harald Wilkoszewski, un especialista en ciencias políticas en Population Europe, una red de colaboración de centros de investigaciones demográficas europeas.
"En general, las zonas orientales están envejeciendo más rápido que las occidentales", agrega.
De hecho, se espera que la población del estado de Turingia, que es parte de la ex República Democrática Alemana, se reduzca más de 40% a 1,3 millones de habitantes para 2060, de acuerdo con estadísticas oficiales.
La ciudad medieval de Erfurt, la capital de Turingia y Kühnhausen, que es básicamente un suburbio de Erfurt, están comenzando a mostrar su edad. Aunque el centro de Erfurt sigue siendo pintoresco y aún es una gran atracción para los turistas, algunos grandes edificios de apartamentos en las afueras están vacíos. En Kühnhause, hay menos familias multigeneracionales conviviendo bajo un mismo techo. Hoy es más común que la gente anciana viva sola.
Lindner, la alcaldesa, administra un pequeño hotel en el pueblo con su esposo. De sus tres hijos adultos, solamente uno vive cerca y tiene hijos. Una de las dos hijas de la pareja está trabajando en la ciudad de Hamburgo, en el norte, mientras que la otra va a la universidad en Weimar.
"Cuando hayan terminado sus estudios, especialmente las muchachas, quieren trabajar por un tiempo, quieren ganar dinero, quieren seguir educándose", cuenta Lindner. "En esta época, tener una familia y una carrera, no es tan fácil".
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