“Ay, mamacita”
“Desde que el mismo Fidel Castro en persona vino a anunciarme la noticia del hallazgo cancerígeno, comencé a pedirle a mi señor Jesús; al Dios de mis padres, diría Simón Bolívar; al manto de la Virgen, diría mi madre Elena; a los espíritus de la sabana para que me concedieran la oportunidad de hablarles desde este camino empinado por donde me siento que voy saliendo de otro abismo”. Cómo cambian las personas su manera de expresarse cuando sienten ya en la cara el aire tibio que comienza a salir por la puerta entreabierta que da al más allá. De este modo Hugo Chávez se dirigía a los venezolanos desde un lugar de Cuba, secreto, desde luego, pues todo siempre estuvo rodeado de un halo de misterio. En su mensaje anterior se había despedido de sus seguidores con la frase: “Por ahora y para siempre. Viviremos y venceremos. Muchas gracias. Hasta el retorno”. Se saltaba así su grito de guerra: “Socialismo o muerte”.
Chávez regresó a Caracas porque las cosas iban pasando del castaño claro al castaño oscuro. Más de uno se veía bien apoltronado en el sillón de Bolívar mientras en la calle los socialistas del siglo XXI se debatían entre la escasez y la pobreza, con una inflación de 28% (la media de inflación de los países latinoamericanos no pasa de un dígito). Como dice don Juan Tenorio: “Escuchad cómo gritan esos malditos”. Si hay apoyo del Ejército, los gritos de la calle no molestan.
La más preocupada por la salud de Cuba es la propia Cuba. Temen, y con justa razón, que se les muera el Santa Claus, ya que Venezuela le provee de 100.000 barriles de petróleo por día a precio de saldo porque el precio real no lo pueden pagar. En cambio, Cuba ha enviado a Venezuela: ¡30.000 médicos!, a los que hay que sumar otros veinte mil entre técnicos, asesores, profesores, entrenadores deportivos, etcétera. Buen negocio ha hecho Venezuela. ¡Mucho mejor lo ha hecho Cuba! En España, el diario “El País” hizo una investigación sobre el tratamiento que recibió Chávez en Cuba, donde tuvieron que operarlo dos veces porque la primera estuvo equivocada. Por su parte, “El Periódico de Cataluña”, basándose en fuentes diplomáticas venezolanas, afirmó que la primera vez Chávez fue operado erróneamente por un médico cubano y la segunda vez por un médico español.
De ser cierta esta versión, no sería nada sorprendente ya que en 2006 los médicos cubanos, que se ufanan del nivel que han alcanzado, estaban desesperados porque no sabían qué hacer con Fidel Castro que salía y entraba del quirófano todos los días. Fue cuando decidieron pedir socorro a España que le envió al doctor José Luis García Sabrido, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Se llevó a cuestas todos los aparatos que podría necesitar ante la seguridad que en Cuba no los encontraría. Si tal es el nivel de los médicos que debían salvar la vida a Fidel Castro, es fácil suponer el que deben tener los 30.000 médicos enviados a los pueblitos de Venezuela.
No me asusta la amistad que une tan estrechamente a Fidel con Chávez. Hay muchas cosas en común. Lo que me asusta es que tengan seguidores en la región (Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua) sin que sean capaces de elaborar el más pequeño juicio crítico sobre sus “propuestas”, así entre comillas pues no llegan ni siquiera a ese rango. Tanto Fidel como Chávez pretenden encarnar un marxismo-leninismo apolillado, revivir los esfuerzos de la Unión Soviética por crear un Estado que no pasó nunca de ser una utopía en su más estricto sentido y que terminó en una catástrofe económica y social. Su derrumbe provocó la aparición de mafias ciudadanas y la corrupción se volvió algo cotidiano.
Si en algo siguieron los pasos de la Unión Soviética ha sido en la debacle económica que ha llevado tanto a Venezuela como a Cuba a una situación de miseria patética. Escasean los alimentos; Cuba, de ser uno de los grandes productores de azúcar, ahora se la tiene que comprar a Vietnam; y Venezuela, uno de los grandes productores de petróleo, le tiene que comprar energía eléctrica a Colombia. Chávez tendría que cambiar su grito de batalla de “Socialismo o muerte”, por uno más realista: “Socialismo y muerte”.
- 4 de septiembre, 2015
- 5 de noviembre, 2015
- 10 de junio, 2015
- 15 de abril, 2019
Artículo de blog relacionados
Editorial – La Prensa, Buenos Aires El duro dictamen de la Fiscalía Nacional...
19 de mayo, 2007The Beacon Todo el que me conoce bien sabe también que venero a...
2 de abril, 2011BBC Mundo La aseguradora más grande del mundo, American International Group (AIG), dio...
6 de agosto, 2008El Expreso de Guayaquil Quienes tienen el privilegio de escribir en un periódico,...
14 de junio, 2009