Argentina: de cara al ballotage

El Imparcial, Madrid

Ocurrió lo que varios pronósticos anticiparon: la elección del domingo pasado en Buenos Aires vino a reflejar el escaso grado de adhesión de los porteños hacia el gobierno nacional y no sólo su opinión sobre estos cuatro años de gestión de Mauricio Macri al frente de la ciudad.

Macri, candidato de Pro, se impuso por 47,09. Daniel Filmus, por el kirchnerista Frente para la Victoria, consiguió el segundo puesto con un 27,78 %. El tercer lugar quedó para Pino Solanas, de Proyecto Sur, con un 12,82 %. Esto significa que en el ballotage del 31 de julio los dos primeros volverán a dirimir supremacías. Pese al optimismo de sus acólitos, es difícil que Filmus pueda remontar una ventaja de 19 puntos y menos aún superarla, teniendo en cuenta que Macri recibirá un porcentaje no irrelevante de votos antikirchneristas que prefirió otras opciones en primera vuelta, lo que ahora probablemente le permitirá alcanzar o bien superar el 60 % obtenido en el ballotage de 2007, disputado también con Filmus.

Si no fueron determinantes el domingo, los aciertos y desaciertos de Macri pesarán menos todavía el 31 de julio. Días antes, el escenario nacional se verá nuevamente agitado por los comicios del 24 de julio en la provincia de Santa Fe. Si éstos consagran al socialista Hermes Binner, si además Macri ratifica su triunfo y si el 7 de agosto es electo en Córdoba Juan Manuel de la Sota, peronista no alineado al gobierno nacional, llegaremos a las primarias abiertas del 14 de agosto con una seguidilla de tres derrotas para el kirchnerismo y, por consiguiente, como ha subrayado Rosendo Fraga, un “clima” de victoria para la oposición.

Mientras tanto, figuras prominentes del gobierno se empeñan en culpar a los medios por la derrota en la ciudad y a un electorado indigno de ser redimido por el “modelo”. Muchos sostenemos otras lecturas y vemos en cambio en la elección de Buenos Aires un gesto de madurez y responsabilidad ciudadanas.