Julissa, la tributarista improvisada
El apellido de Julissa es Reynoso. Y el cargo que ocupa en el gobierno de los Estados Unidos tiene un título largo y florido: Subsecretaria Adjunta de Estado para Asuntos de Centroamérica y el Caribe.
Casi tan largo y florido como la incontinencia verbal exhibida en sus recomendaciones tributarias para El Salvador, carentes del razonamiento que hubiera sido esperable de alguien con sus antecedentes académicos. Las alturas del poder suelen producir efectos devaluatorios en el pensamiento.
Son varias las cosas que sorprenden. La primera es que quienes dicen ser de izquierda no salgan a despotricar por lo que "Washington" les viene a dictar. Porque Julissa "es Washington": no es una simple ciudadana estadounidense emitiendo una opinión personal, sino una representante oficial de su gobierno. ¿Aceptan ahora que "el imperio" les dicte lo que tienen que hacer?. Qué decepcionante.
La segunda cosa sorprendente es que quienes dicen ser de derecha sigan sin entender que las discusiones fiscales deben hacerse en el ámbito político, no en el de las gremiales empresariales.
Es contraproducente, para ellos y para la sociedad, que los directivos de las gremiales empresariales, que no representan a los contribuyentes sino a los intereses de sus agremiados, sean quienes reaccionan ante cualquier atisbo de discusión fiscal.
Insistir con ese enfoque gremial, corporativista por definición, y para peor acotado a lo tributario (recaudo), delata una gran ingenuidad de sus directivos: es facilísimo satanizar a empresarios que pelean por temas impositivos: "los ricos no quieren pagar impuestos", ya se escucha en previsible respuesta, que alimenta la división social. El enfoque tiene que ser político y abarcar todo lo fiscal (recaudo y gasto).
Es decir, las discusiones no deberían agotarse en rediseñar "cómo, y en concepto de qué" se recauda, sino también incluir la reingeniería de "cómo, y en concepto de qué" se gasta. Ello excede largamente la incumbencia de las gremiales empresariales. Le corresponde a la política, en la Asamblea.
Recaudo y gasto, tan estrechamente vinculados (la alternativa de incrementar la deuda pública para financiar el gasto corriente no es viable), deberían tratarse con mayor seriedad. Por parte de los de izquierda, de los de derecha. Y de Julissa, si es que realmente quiere discutir de manera profesional. Aunque no parece ser el caso.
En efecto, una tercera cosa que sorprendió fue la propuesta mecanicista, sin sustento técnico alguno, que la llevó a afirmar que "por cada dólar que nosotros (los Estados Unidos) invertimos, que el sector privado (salvadoreño) invierta tres". ¿Por qué tres?, ¿por qué no diez?, ¿por qué no uno?
Cabe también preguntarse, ¿cómo calcularon que para solucionar el problema de la inseguridad serán necesarios tres dólares locales por cada dólar de donación?, ¿en qué monto total están pensando para afirmar que un "3×1" funcionaría bien?. Y más importante aún, ¿específicamente qué nuevos servicios de seguridad recomiendan que deberíamos recibir quienes vivimos en El Salvador a cambio de esos cuatro dólares incrementales?
Las preguntas son retóricas, porque no tienen respuesta. Sirven, sin embargo, para dejar en evidencia que una propuesta mecanicista no contribuye a que El Salvador resuelva sus problemas de inseguridad.
Y permiten sospechar seriamente que Julissa sólo sabe de El Salvador lo que lee en cables diplomáticos (esos que luego se transformarán en WikiLeaks), escritos desde el bunker de Santa Elena por burócratas que ni siquiera hablan en español. Demasiado poco como para andar dictando propuestas tributarias.
Haría bien Julissa, siendo funcionaria estadounidense, en leer la colección de 85 ensayos denominada "El Federalista" (1787-1788), en particular el Nro. 12, escrito por Alexander Hamilton, padre fundador y primer Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Observaría el grado de entendimiento con que esos visionarios abordaban los temas fiscales.
Y honraría mejor la memoria de los admirables padres fundadores del país del cual es funcionaria, si al opinar de temas fiscales cuscatlecos lo hiciera sin improvisaciones. Con la seriedad y el entendimiento que El Salvador se merece.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y cplumnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 26 de enero, 2014
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- 27 de noviembre, 2024
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